Dispatch.

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Canny se preparaba para salir, eligiendo su outfit con cuidado: una camiseta negra ajustada debajo de un buzo suelto, también negro, y una pantaloneta que le daba una vibra despreocupada pero segura. Se había vuelto más reservada en estos últimos tiempos, su sonrisa ya no era tan frecuente y su mirada parecía mucho más seria de lo que alguna vez fue. Mientras pasaba por la sala, todas las chicas la miraron, sorprendidas por la dureza que irradiaba.

Rora la observó con curiosidad y preguntó:
  
—¿A dónde vas, Canny?

Canny, sin detenerse demasiado, respondió con un tono neutral:

—Voy a ver a Ella.

Al instante, Asa y Ahyeon hicieron muecas de disgusto, intercambiando miradas. El aire en la sala se volvió tenso, pero las demás chicas, intentando suavizar el ambiente, le desearon suerte. Pharita incluso le lanzó una sonrisa de aliento, mientras Canny salía por la puerta, sin mirar atrás.

Al llegar al sitio de encuentro, no notó que un camarógrafo de Dispatch la estaba siguiendo de manera discreta. Estaba demasiado concentrada en sus propios pensamientos como para notar los flashes camuflados entre la multitud. En cuanto llegó al lugar y vio a Anna y Ella esperándola, su corazón dio un pequeño vuelco. Anna, llena de energía, corrió hacia ella y prácticamente le saltó encima, abrazándola con fuerza. Canny, con una ligera sonrisa, la correspondió mientras sentía la calidez de esa amistad tan especial.

Sin embargo, en ese instante, el camarógrafo que había estado oculto aprovechó la oportunidad y comenzó a tomar fotos frenéticamente. Desde el ángulo en el que estaba, las imágenes que capturó hacían parecer que Canny y Anna se estaban besando en los labios, cuando en realidad, Anna solo le había dado un beso amistoso en la mejilla. Las fotos, fuera de contexto, contaban una historia completamente diferente.

—¡Dios, cómo te he extrañado! —dijo Anna, todavía abrazada a Canny, casi aplastándola con su entusiasmo—. ¡Has cambiado tanto! Estás más alta, y... no sé, ¡tan diferente!

Canny sonrió levemente y respondió:

—Yo también te extrañé... aunque te tengo que advertir que ya no soy la misma de antes.

—Lo noté —bromeó  mientras le daba un pequeño apretón más antes de soltarse y mirarla de arriba a abajo—. Pero, oye, ¡te queda bien!

En ese momento, Ella, siendo más reservada, le dio un zape a su mejor amiga en la cabeza y soltó:

—Déjala respirar, Anna. Siempre tan intensa.

Las tres rieron por el comentario, y se dispusieron a caminar hacia el salón de ensayo, un lugar donde podrían estar más tranquilas y hablar sin la molestia de las cámaras o las miradas curiosas. Canny sentía un poco de alivio estando con sus amigas de siempre. Era como una pequeña burbuja de paz en medio del caos que había sido su vida últimamente.

El salón de ensayo era el mismo lugar donde habían pasado horas cuando eran más jóvenes, ensayando bailes, hablando de sueños y compartiendo secretos. El ambiente era relajado, y Canny se sintió un poco más ligera en su compañía, aunque una pequeña parte de ella no podía dejar de pensar en cómo todo había cambiado tanto, y en qué impacto podrían tener esas fotos que el camarógrafo había tomado sin que ella lo supiera.

—Entonces... —empezó Ella mientras se estiraba en el suelo—. ¿Qué tal todo, Chi? Sabes que Lisa me contó algo, pero quiero oírlo de ti.

Canny suspiró, preparándose para abrirse un poco con sus amigas. No iba a ser fácil, pero sentía que lo necesitaba. Era tiempo de desahogarse.

—Asa terminó conmigo —dijo finalmente, con un tono cansado.

Ella y Anna la miraron en silencio, dejándole espacio para continuar.

Te Quiero a Ti (GiP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora