Te Quiero a Ti (GiP)

Fuego.

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La cena transcurría entre risas y conversaciones ligeras. Asa y Canny, sentadas una frente a la otra, disfrutaban de la comida, intercambiando bromas y anécdotas de la gira. Asa, sin embargo, no podía evitar sentir un pequeño nudo en el estómago. Por más que disfrutara del momento, había una pregunta que llevaba rondando en su mente desde hacía días, algo que le causaba cierta inseguridad. Aunque sabía que estaban avanzando en su relación de manera genuina, no podía evitar preguntarse por el pasado de Canny, específicamente su relación con Ahyeon.

Entre bocado y bocado, Asa jugueteaba con su tenedor, su mirada enfocada en el plato, pero su mente divagaba. No quería arruinar el momento, pero sabía que no podría relajarse del todo hasta aclarar esa duda.

—¿En qué piensas, bebé? —preguntó Canny, notando que su chica estaba algo distante.

Asa levantó la vista, viendo la expresión curiosa de su novia. Sabía que Canny merecía su honestidad, así que decidió armarse de valor y soltarlo de una vez.

—Es solo que... hay algo que me ha estado rondando la cabeza —dijo, mordiéndose el labio nerviosa.

Canny ladeó la cabeza, claramente intrigada.

—¿Qué cosa, amor? Puedes preguntarme lo que sea.

Asa respiró hondo, jugueteando con el borde de su servilleta.

—Es sobre Ahyeon... —dijo finalmente, mirando a Canny de reojo para observar su reacción.

Canny frunció el ceño un poco, sorprendida por el giro de la conversación.

—¿Ahyeon? ¿Qué pasa con ella? —preguntó, aunque en su tono ya había un ligero indicio de preocupación.

—Es que... no quiero sonar celosa ni nada —comenzó, su voz titubeante—. Pero, quería saber si... ustedes... ya sabes... si tuvieron intimidad.

Canny parpadeó, claramente tomada por sorpresa. Por un momento, no supo qué decir, y Asa empezó a sentir que tal vez había metido la pata al preguntar.

—Lo siento si es incómodo, es solo que... — tragó saliva—. Si lo hubieran hecho, no sé, me dolería un poco, porque... me gustaría ser tu primera, Canny.

Canny respiró hondo, recomponiéndose tras el shock inicial. Sabía que Asa no lo preguntaba desde un lugar de desconfianza, sino de vulnerabilidad.

—Amor, mira... —empezó, su voz más suave ahora—. Sí, es cierto que con Ahyeon pasaron algunas cosas, pero nunca llegamos al final.

Asa alzó una ceja, sintiéndose confundida pero también aliviada por esa parte de la respuesta.

—¿A qué te refieres? —preguntó, curiosa.

Canny bajó la mirada por un momento, claramente avergonzada, antes de volver a mirar a Asa.

—Es algo vergonzoso, pero... cuando estábamos juntas y las cosas se pusieron más... intensas, mi cuerpo simplemente no respondió como yo esperaba. No sé por qué. Tal vez los nervios, o simplemente... no era el momento.

Asa la observó en silencio, procesando lo que acababa de escuchar. Pero entonces, Canny, con un poco más de valentía, añadió:

—Pero contigo es diferente. Desde el principio, siempre que estamos cerca... no sé cómo explicarlo, pero mi cuerpo está completamente despierto, activo. Todo lo que siento por ti es más intenso, más... real. Eso nunca me pasó con Ahyeon.

Asa sintió cómo un alivio inmenso la invadía, y no pudo evitar que una pequeña sonrisa se dibujara en su rostro. Levantándose de su silla, se acercó a Canny y, sin dudarlo, se sentó suavemente en sus piernas. Canny, un poco sorprendida, la abrazó instintivamente, mientras Asa la miraba con ternura.