El sol de la mañana se colaba a través de las cortinas de la habitación de Felix, despertándolo de un sueño intranquilo. La luz dorada bañaba las paredes, pero no podía disipar el torbellino de pensamientos que había ocupado su mente durante la noche. Sentía que su vida había cambiado en un abrir y cerrar de ojos desde la llegada de Hyunjin. Cada vez que pensaba en él, una mezcla de emociones, tan confusas como intensas, le recorrían el cuerpo.
La rutina matutina de Felix era la misma de siempre: levantarse, desayunar en silencio, prepararse para la escuela. Sin embargo, hoy se sentía diferente. Había una tensión en el aire, una expectativa que lo acompañaba mientras caminaba hacia la puerta principal, su mochila colgando del hombro.
Al abrir la puerta, se encontró con una sorpresa. Hyunjin estaba allí, esperándolo. Su corazón dio un vuelco al verlo, tan sereno y seguro, apoyado contra la barandilla con una ligera sonrisa en el rostro.
—Buenos días —saludó Hyunjin, con un tono suave que hizo que Felix sintiera una oleada de calor recorrerlo.
—Buenos días —respondió Felix, aún asimilando la sorpresa—. ¿Qué haces aquí?
Hyunjin se encogió de hombros con naturalidad.
—Pensé que podríamos ir juntos a la escuela. Ya que estamos en la misma casa, me pareció lo lógico.
Felix asintió, tratando de no mostrar demasiado su nerviosismo. La idea de caminar al lado de Hyunjin, sentir su presencia tan cerca, lo hacía sentir vulnerable, pero a la vez no podía evitar una sensación de emoción.
Comenzaron a caminar juntos, y aunque la distancia entre sus cuerpos era respetuosa, Felix no podía evitar notar la cercanía que compartían. Las calles estaban relativamente vacías a esa hora, y el sonido de sus pasos resonaba en la acera, acompañado del susurro del viento entre los árboles.
—Entonces… —comenzó Hyunjin, rompiendo el silencio—, ¿cómo te sientes con todo esto? Con nuestras familias, me refiero.
Felix tardó un momento en responder. Era una pregunta que él mismo había estado evitando, porque las emociones que la acompañaban eran complejas y difíciles de entender.
—Es… raro, supongo. No esperaba que algo así sucediera. Pero si mi madre es feliz, eso es lo que importa, ¿no?
Hyunjin lo miró de reojo, sus ojos oscuros brillando bajo la luz del sol.
—Sí, eso es lo más importante —coincidió—. Pero también es importante cómo nos sentimos nosotros. No es fácil para ninguno de los dos.
Felix sintió un nudo en la garganta. Había algo en la manera en que Hyunjin hablaba, una sinceridad que hacía que Felix se sintiera menos solo en sus pensamientos.
—Tienes razón —admitió—. Supongo que todavía estoy tratando de asimilarlo. Es mucho para procesar.
Hyunjin asintió, comprensivo.
—Lo sé. Para mí también es difícil. Pero estoy aquí, Felix. Si necesitas hablar o si las cosas se ponen complicadas… puedes contar conmigo.
Felix lo miró, sorprendido por la oferta. No estaba acostumbrado a que alguien se ofreciera a ser su apoyo. Había pasado tanto tiempo lidiando con sus problemas solo que la idea de compartir sus sentimientos con alguien más le resultaba extraña, pero a la vez, profundamente reconfortante.
—Gracias, Hyunjin —dijo finalmente, con una sinceridad que no podía ocultar.
Llegaron a la escuela antes de que Felix pudiera responder, y la marea de estudiantes que entraban al edificio los envolvió rápidamente. El bullicio de las conversaciones y el sonido de las mochilas golpeando los casilleros llenaron el ambiente, pero a pesar de estar rodeado de gente, Felix se sentía consciente solo de la presencia de Hyunjin a su lado.
—Nos vemos luego, Felix —dijo Hyunjin antes de que se separaran para ir a sus respectivas clases.
Felix asintió, sintiendo una punzada de decepción al ver a Hyunjin alejarse. Sin embargo, se dio cuenta de que no podía permitir que esos sentimientos lo dominaran. Tenía que concentrarse en la escuela, en su vida, pero la idea de Hyunjin seguía latente en su mente, como una melodía suave que no podía apagar.
Durante las clases, Felix trató de enfocarse en los profesores, en las tareas que tenía que completar, pero sus pensamientos siempre volvían a Hyunjin. Se sorprendió a sí mismo preguntándose qué estaría haciendo, cómo estaría lidiando con todo esto. Sentía una necesidad creciente de conocerlo más, de descubrir quién era realmente ese chico que había irrumpido en su vida de manera tan repentina.
En el almuerzo, Felix estaba en la cafetería con sus amigos, pero su atención se desviaba constantemente hacia la entrada, esperando ver a Hyunjin aparecer en cualquier momento. Cuando finalmente lo vio entrar, acompañado por algunos compañeros de su clase, Felix sintió una oleada de alivio, seguida de una ligera ansiedad. Hyunjin lo vio y, para sorpresa de Felix, se dirigió directamente hacia su mesa.
—¿Puedo sentarme aquí? —preguntó Hyunjin con una sonrisa amigable, pero había algo en su tono que parecía más íntimo, como si estuviera buscando más que solo un lugar para sentarse.
Felix asintió rápidamente, apartando su bandeja para hacer espacio.
—Claro, siéntate.
Sus amigos intercambiaron miradas curiosas, pero no dijeron nada, aunque Felix notó las expresiones de interés y sorpresa. Hyunjin se sentó al lado de Felix, y por un momento, el bullicio de la cafetería pareció desvanecerse.
—¿Cómo va tu día? —preguntó Hyunjin, comenzando a comer con naturalidad, como si siempre hubieran sido amigos.
Felix se encogió de hombros, tratando de mantener la calma.
—Bien, lo usual. ¿Y el tuyo?
—Agitado —respondió Hyunjin, con una sonrisa irónica—. Parece que todos están interesados en saber quién soy, ya sabes, el chico nuevo.
Felix sonrió, sintiendo una conexión en esa queja compartida. Ambos sabían lo que significaba estar bajo el escrutinio de los demás, aunque por razones diferentes.
Mientras continuaban hablando, Felix se sorprendió de lo fácil que era conversar con Hyunjin. A pesar de la extraña tensión que siempre sentía en su presencia, había algo en él que lo hacía sentirse relajado, como si pudiera ser él mismo sin miedo a ser juzgado.
Cuando el almuerzo terminó, y los estudiantes comenzaron a dispersarse para regresar a clase, Hyunjin le dio una palmada en el hombro a Felix, un gesto casual pero que hizo que el corazón de Felix latiera más rápido.
—Nos vemos en casa —dijo Hyunjin, sonriendo antes de alejarse.
Felix lo observó marcharse, sintiendo que algo dentro de él se movía, algo que no podía explicar pero que sabía que era importante. Hyunjin había logrado romper sus barreras, y ahora Felix no estaba seguro de qué hacer con las emociones que eso había despertado.
Pero una cosa era segura: su vida nunca sería la misma ahora que Hyunjin formaba parte de ella.
Read you soon...
-Mimi🦋
ESTÁS LEYENDO
Only Between U And Me (OBUAM) ||Hyunlix||
Fiksi PenggemarFelix nada más verlo por la puerta sintió un río de emociones en su corazón. No estaba seguro de si esas emociones eran por admiración y cariño o por amor pero no ese amor familiar sino de algo más... Pero de algo estaba seguro, y era de que ese pel...