-Capitulo XXIX-

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Hace una semana que Matthew se convirtió en mi novio, pero cada mañana, cuando lo veo llegar, me sorprende lo nerviosa que me pongo, más que cuando intentaba conquistarlo. Siempre soy la primera en llegar al colegio de nuestro salón, pero al verlo aparecer, todo en mí se descontrola. Mi corazón late con tal fuerza que siento que podría salirse de mi pecho, mis piernas se vuelven como gelatina y mis manos empiezan a sudar, lo que me impide siquiera saludarlo de inmediato.

Ayer por la tarde, al salir del colegio Central, me sentí inquieta cuando vi a Valezka sentada en un poyo a mi izquierda. Matthew, a mi derecha, sostenía mi mano con firmeza, lo que me hizo sentir aún más nerviosa. No he tenido el valor de decirle a Valezka que estoy saliendo con su primo, y esa falta de honestidad se está convirtiendo en un peso que me cuesta llevar.

Esta mañana, durante el receso durante clase de Gestión, Valezka vino a saludarme. Matthew estaba hablando con nuestros compañeros, pero sentí su mirada fija en mí, preocupada en cierta parte. Aproveché un momento en que Valezka se distrajo para mirarlo. Lo vi reírse, y no pude evitar sonrojarme por lo perfecta que me pareció esa escena. Me sentí culpable al pensar en lo que podría significar para nuestra amistad. Valezka ha sido mi amiga durante años, siempre presente en los momentos más difíciles, y temo que mi relación con Matthew pueda herirla.

Ahora me encuentro atrapada en un conflicto interno, luchando por equilibrar mi relación con Matthew y la amistad que tengo con Valezka. No quiero perder a ninguno de los dos, pero cada día que pasa sin enfrentar la verdad, me siento más atrapada en esta situación...

Al regresar al salón, Matthew me preguntó si le había dicho algo a Valezka sobre nuestra relación. Le respondí que no, por supuesto, pero entonces él me confesó que prefería que ella no se enterara. Su preocupación era comprensible: la madre de Matthew es la mejor amiga de la mamá de Valezka, y si esto llegara a salir a la luz, podría convertirse en un caos. Pero al mantenerlo todo en secreto, siento que la que está al borde del caos soy yo.

Sé que en cuanto pase el primer mes, tendré que decírselo a mamá. Me hace mucha ilusión la idea de llevar a Matthew a casa, ver películas juntos, cocinar, y simplemente disfrutar de su compañía. Pero mientras mantenga nuestra relación en secreto, esas cosas parecen inalcanzables. Y luego está su madre, otro obstáculo que me preocupa. Tengo miedo de que no apruebe nuestra relación y que me rechace como pareja para su hijo menor.

Todo esto me hace pensar demasiado. Me siento culpable por ocultar nuestra relación a tantas personas. Incluso Tatiana y Lesly, mis primas más cercanas, aún no lo saben. No he encontrado el valor para decírselo; los nervios y el miedo a decepcionar a mi mamá me paralizan. Ella ya conoce a Matthew, lo recuerda por la vez que él vino a casa durante Semana Santa. Pero jamás se imaginaría que su hija más seria se haya enamorado del chico de cara de bebé. Y es que, aunque todo esto me llena de alegría, la carga de mantenerlo en secreto empieza a pesar demasiado, y no querría imaginar como me sentiré pasando el mes.

(..)

Matthew caminaba unos pasos adelante, charlando con los chicos, mientras yo me quedaba rezagada, atrapada en mis pensamientos. No pude contener más el peso que sentía en el pecho.

-Matty-llamé, y al instante se giró hacia mí, reduciendo el paso, con su atención fija en mis ojos.

-¿Qué ocurre?-preguntó, su voz cargada de preocupación.

-No puedo seguir así, no puedo cargar con la culpa...-confesé, y él se detuvo en seco en el pasillo. Sabía lo que eso significaba.

-Si le dices a Valezka, hay probabilidades de que eso llegue a oídos de mi madre, y no sé cómo lo vaya a tomar-dijo, su tono serio, pero sus ojos mostraban un destello de ansiedad.

-Me aseguraré de que no lo haga-respondí, tratando de sonar firme-. Valezka es mi amiga, y de verdad espero que ella entienda la situación. Tal vez no le guste que salga contigo, pero al menos espero su apoyo.

Le di un pequeño abrazo, buscando refugio en su calor, intentando calmar la angustia que este secreto me provocaba.

-Espero que sea así. Yo pensaré en cómo decirle a mi mamá lo nuestro, así que no pasa nada-dijo, regalándome una de esas sonrisas que siempre logran desarmarme. Seguimos caminando hacia la salida, pero mis pensamientos estaban en otro lugar.

Durante todo el camino a casa, no dejé de pensar en cómo le diría a Valezka, en cómo se lo contaría a mi madre y a mis hermanos. Esta situación era completamente nueva para mí, y la idea de enfrentar a mi madre, que tantas veces me había dicho que no quería que tuviera novio a esta edad, me llenaba de miedo.

(..)

-Hola, Jos-dijo Valezka cuando salí del salón de español. Matthew salió detrás de mí, y ella lo saludó con una sonrisa antes de dirigirse a mí nuevamente. Él se adelantó a la siguiente clase, dejándome a solas con ella.

-Princesa-la llamé suavemente, y ella volteó a verme, sus ojos marrones casi negros fijos en los míos mientras se pasaba la mano por sus rulos azules. Era momento de decirle algo, y no pretendía hacerlo más largo de lo necesario- Quería decirte que... me gusta Matthew.

Su expresión cambió. Abrió la boca, pero la cerró sin decir nada, su sorpresa evidente.

-Jos... tú sabes que él es mi primo, ¿verdad?-preguntó, y yo asentí-. No sé qué decirte, la verdad. Me has dejado en shock.

Valezka se sentó en una banca cercana, mirando al suelo, perdida en sus pensamientos. Sabía que no era el momento para decirle todo, pero necesitaba prepararla para lo que venía.

-Vale, necesito hablar contigo seriamente-le dije, aunque sabía que no era el momento adecuado para soltar la verdadera bomba-. ¿Crees que podamos hablar mañana, frente al salón de inglés?

-Sí, ahí estaré-respondió, su voz algo distante, mientras yo asentía y me dirigía al salón de inglés, donde Matthew ya me esperaba.

Su reacción había sido más suave de lo que temía, pero sabía que cuando le dijera que Matthew y yo ya éramos pareja, todo podría cambiar. Al llegar al salón, Matthew se giró para verme, su mirada expectante. Me acerqué para abrazarlo, buscando consuelo en su cercanía.

-¿Qué ha dicho?-susurró cerca de mi oído.

-No he podido decírselo todo-admití- Solo le dije que me gustabas, y la expresión en su cara me dio mucho miedo sobre lo que voy a decirle mañana.

Matthew me apretó un poco más fuerte.

-Puede que no lo acepte, pero no quiero que esto nos afecte. Valezka y yo crecimos juntos, pero nuestra relación se fue distanciando con el tiempo. No sé, no pensé que realmente le importaría tanto.

-Yo tampoco lo sé-dije, dejando salir un suspiro-. Pero me da miedo que nuestra amistad no sea la misma. Aunque las cosas sean difíciles, no puedo hacer nada. Tú me gustas y me haces feliz...

Matthew solo me sostuvo más tiempo entre sus brazos, y juntos esperamos en silencio la llegada de la profesora de inglés, con la incertidumbre presente en el ambiente...

Rumores de un Corazón Desgarrado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora