Capítulo 29

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     — Mamá.

     Kori cayó de rodillas al pronunciar esa simple palabra.

     — Kori.

     No estaba soñando, no era una alucinación, no se trataba de un producto de su torcida imaginación, era su madre, Rei Todoroki en carne y hueso, portando un vestido negro y teniendo un cabello notablemente más largo.
Inevitablemente las lágrimas se deslizaron por los ojos de la bicolor mientras intentaba arrastrarse hacia ella, no tenía fuerzas para levantarse.

     — Ma... mamá ¡Mamá! — en cuanto estuvo lo suficientemente cerca se aferró a las piernas de la mujer y lloró, lloró como nunca lo había hecho.

     — Tranquila cariño, estoy aquí — Kori pudo sentir el cómo Rei acariciaba calidamente su cabeza mientras hablaba con su característica voz suave, aunque ligeramente temblorosa — Mamá está aquí.

     No sabía cuánto tiempo había pasado desde entonces, pero en algún punto, su madre la recostó en su regazo para que terminara de desahogarse. Una vez se sintió levemente mejor, Kori se incorporó arrodillandose frente a Rei, apenas dejando un mínimo espacio entre ellas, lista para volver a aferrarse a la albina en cualquier momento.

     — Mamá — si bien estaba increíblemente feliz eso no quitaba el hecho de que había muchas cosas que preguntar — ¿Qué te sucedió? ¿Donde estuviste todo este tiempo? — dió un vistazo alrededor de la fábrica, reparando nuevamente en las criaturas dentro de las cápsulas, pudo contar veinte de ellas, algunas grises y otras negras, todas con el cerebro al descubierto, sintió un escalofrío de solo observarlas, agradeció mentalmente que parecieran inconscientes.

     — Mira cuanto has crecido — Rei le ofreció una cálida pero tiritante sonrisa, ignorando completamente sus preguntas — Te volviste una chica muy hermosa Kori.

     La bicolor casi por reflejo se tapó el ojo izquierdo con las manos, como queriendo ocultar la cicatriz que de por sí ya estaba cubierta por su flequillo.
La sonrisa de lo mayor menguó, pero al instante acercó sus propias manos para intentar quitar las de su hija.

     — No... no te ocultes, por favor — batalló un poco, pero Kori terminó por ceder, Rei movió su flequillo dejando al descubierto la quemadura y procedió a acariciarla levemente con su pulgar — Es cierto, hay alguien que quiere disculparse contigo — la menor se confundió un poco al escucharla, antes de abrir completamente los ojos con comprensión, en ese momento Rei le sonrió, pero esta vez su sonrisa no reconfortó a la joven, al contrario... — Ven, Touya — ...la estremeció.

     Por su don, Kori nunca era totalmente consiente de su temperatura corporal, pero en esa ocasión fue diferente, frío, su sangre se heló al escuchar ese nombre y más al ver el muro de fuego azul que apareció detrás su madre.

     — Que... ¿Qué? — pegó un saltó hacia atrás, algo le decía que saliera corriendo de ahí.

     Lamentablemente no hizo caso.

     Del fuego salió una criatura de piel totalmente negra, con el cerebro a la vista tal como los de las cápsulas, vestido solo con pantalones marrón, tenía fácilmente más de dos metros y medio de altura y era tan músculos como su padre o All Might, incluso más. Quería creer que estaba alucinando, que era otra de sus pesadillas o que su madre no había llamado Touya a esa cosa, pero a fin de cuentas, los inconfundibles ojos azules de su hermano estaban ahí. Quería negarlo pero no podía, era él, Touya Todoroki.

     — Pe... To... ¿Touya...? — Kori empezó a temblar violentamente ante aquella grotesca vista — Ma... Mamá ¿Qué...?

     — Vamos Touya, no seas tímido — mientras tanto la mayor, ajena al creciente pánico de su hija se acercó a Touya y le dio un par de palmadas en el antebrazo — Acércate a tu hermana y pídele perdón.

《PARADOJA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora