Hope - [✔️]

๑Capítulo 20.

Lucius se quedó un momento más en su despacho, la foto entre sus dedos crispados. Oliver, su omega, no era solo un omega cualquiera, sino el hermano de Kenai. La idea lo dejó atónito, pero no tenía el lujo de perderse en las emociones. Sabía que debía actuar con rapidez y precisión.

Dejó la fotografía sobre el escritorio, su mente ya enfocada en lo que debía hacer. Salió del despacho con pasos decididos, su mirada fría y calculadora. No podía permitir que esta conexión sanguínea pusiera en peligro lo que había construido. Oliver era suyo, y Lucius estaba dispuesto a tomar cualquier medida necesaria para protegerlo, incluso si eso significaba desenterrar secretos enterrados hace mucho tiempo.

Subió las escaleras hacia su habitación, donde Oliver dormía tranquilamente. Al abrir la puerta, lo encontró acurrucado entre un montón de ropa, su respiración suave y regular. Lucius se detuvo en la entrada, observándolo por un momento. La visión de Oliver, tan sereno e inocente, contrastaba con la tormenta que rugía en su interior. Pero esa tranquilidad no podía distraerlo de lo que debía hacer.

Lucius cruzó la habitación en silencio, cuidando de no despertar a Oliver. Se deslizó hacia el baño adyacente y encendió la luz con un suave clic. Sus ojos recorrieron el pequeño espacio, buscando lo que necesitaba. Ahí, junto al lavabo, encontró el cepillo de dientes de Oliver. Sin dudarlo, lo tomó con firmeza, consciente de que este pequeño objeto podría ser la clave para desentrañar un misterio mucho más grande.

Con el cepillo de dientes en mano, salió del baño y echó un último vistazo a Oliver, que seguía dormido, ajeno a lo que estaba ocurriendo. Lucius cerró la puerta con cuidado, su mente ya enfocada en el siguiente paso. No tenía tiempo que perder.

Bajó las escaleras y cruzó la mansión hasta llegar al ala donde los médicos holandeses estaban instalados. Había confiado en estos especialistas para tratar a Kian, pero ahora necesitaba que sus habilidades fueran utilizadas para algo diferente, algo mucho más personal.

Al entrar en la sala, los médicos se levantaron al verlo, reconociendo la urgencia en su expresión.

—Requiero una muestra de ADN —dijo Lucius, entregando el cepillo de dientes de Oliver—. Verifiquen si coincide con uno de los registros confidenciales del hospital familiar. El código del bebé es CC02.

Los médicos intercambiaron miradas, conscientes de la gravedad de la solicitud. Tomaron el cepillo de dientes de las manos de Lucius sin hacer preguntas, sabiendo que la situación no permitía demoras.

Lucius observó cómo empezaban a preparar el equipo para analizar la muestra. Su mente seguía trabajando, procesando cada detalle. Si Oliver era el bebé CC02, entonces la conexión con Kenai sería mucho más profunda y peligrosa de lo que había imaginado. Y si ese era el caso, Lucius necesitaría un nuevo plan, uno que garantizara la seguridad de su omega y la estabilidad de su familia.

Mientras los médicos trabajaban, Lucius se quedó a un lado, vigilando cada movimiento con la frialdad de alguien acostumbrado a tomar decisiones difíciles. No permitiría que nada ni nadie amenazara lo que era suyo. Si la misma sangre de Kenai era la que corría por las venas de Oliver, entonces eso solo significaba que Lucius tendría que ser aún más implacable en protegerlo.

El silencio en la sala se hacía más denso con cada segundo que pasaba. Lucius sabía que el resultado de esta prueba podría cambiarlo todo, pero estaba preparado para cualquier cosa. Sin importar cuál fuera la verdad, tomaría el control de la situación y se aseguraría de que Oliver nunca estuviera en peligro.

°||°

Lucius cerró la puerta con cuidado tras de sí, el peso de lo que acababa de hacer se desvanecía poco a poco mientras volvía a su habitación. Al ver a Oliver acurrucado entre su ropa, sintió una oleada de ternura que lo envolvió por completo. Su omega, tan hermoso y vulnerable, se había creado un pequeño refugio con sus prendas, rodeándose de su aroma, de su esencia. Era una escena que calmaba cualquier tormenta que pudiera haberse desatado en su interior.