La actitud de Lucius era extraña, y Oliver lo había notado con claridad. Su alfa no había ido a trabajar en aproximadamente tres semanas. Al principio, Lucius le había dicho que solo sería una semana de descanso, pero las cosas cambiaron rápidamente. Los mareos matutinos y los vómitos de Oliver se volvieron demasiado frecuentes, a todas horas del día, trastocando la rutina familiar. De no haber sido por el escuadrón de doctores y enfermeros que estaban instalados en la mansión, Lucius hubiera llevado a Oliver al hospital cada cinco minutos.
Era un embarazo sin complicaciones, al menos eso decían los médicos, pero había algo diferente en cómo lo vivía Oliver. Sentía que su cuerpo respondía de manera distinta, como si cada síntoma estuviera amplificado, no solo físicamente, sino también en su relación con Lucius. El médico había recomendado que Lucius lo marcara durante el primer trimestre, cuando el embarazo fuera completamente seguro, aunque, en realidad, las cosas no estaban exentas de riesgo.
Lucius estaba más atento que nunca, vigilando cada movimiento de Oliver, cada uno de sus síntomas, y también a los niños. No permitía que Oliver hiciera absolutamente nada, cuidándolo con una intensidad casi sofocante. En esos días, Oliver había hecho un nido para él y su hijo, un refugio seguro en el que encontraba consuelo en medio de la incertidumbre. Kian, su pequeño con leucemia, pasaba mucho tiempo con él en ese nido, disfrutando de la calidez y la cercanía de su madre. Y junto a ellos, Koda y Nala también se acurrucaban, rodeados por la ropa de Lucius que Oliver había usado para crear el nido, envolviéndolos a todos en una sensación de protección.
Sin embargo, la sensación de que algo estaba cambiando seguía latente en la mente de Oliver. La presencia constante de Lucius, su mirada siempre atenta, y la forma en que evitaba hablar del trabajo solo aumentaban la inquietud en el ambiente.
Mientras Lucius se acercaba al nido donde Oliver estaba recostado junto a los niños, una sonrisa traviesa apareció en su rostro.
—Oli, no quiero alarmarte, pero creo que me estoy quedando sin calzoncillos.
Oliver levantó la vista, sorprendido por el comentario.
—¿Qué? —preguntó, sin poder evitar una sonrisa al ver la expresión de Lucius.
—Es en serio —continuó Lucius, fingiendo preocupación—. He revisado todos los cajones y, al parecer, han desaparecido misteriosamente.
Oliver soltó una risita, entendiendo a dónde iba la conversación.
—Bueno, tal vez no has buscado bien.
—O tal vez —Lucius se inclinó hacia él, sus ojos brillando con picardía—, alguien los ha estado usando para construir un nido tan impresionante que hasta yo querría mudarme ahí.
Oliver se rió, sintiendo cómo la tensión en su pecho se aliviaba un poco.
—¿Estás diciendo que tu ropa interior es la pieza clave de mi nido?
—Absolutamente. Sin mis calzoncillos, este nido no sería lo mismo —Lucius se dejó caer al lado de Oliver, envolviéndolo con un brazo con precaución de no despertar a los niños—. Así que, si quieres que siga faltando al trabajo, vamos a tener que negociar. A este ritmo, voy a terminar usando toallas como solución de emergencia.
Oliver le dio un suave golpe en el pecho, riendo.
—¡Qué horror! No quiero ni imaginarlo y... —jugueteó con su dedo sobre el pecho de Lucius. —Hablando del trabajo, no quiero que faltes. No digo que no puedas o que debes ir obligatoriamente... pero es extraño y con el asunto de tu padre.
Lucius se teso y Oliver lo noto. Había arruinado el ambiente.
—No tienes que preocuparte por eso —el tono en la voz de Lucius cambió. —Ahora solo somos nosotros.
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Hope - [✔️]
RomantizmSinopsis: Oliver, un omega solo, atrapado en deudas y con un hijo de cinco años, se ve obligado a aceptar la ostentosa propuesta de uno de los alfas más adinerados de Londres. Para su fortuna o infortunio, este alfa resulta ser el padre de su hijo...