Hope - [✔️]

๑Capítulo 10.

—¿En peligro? —la voz de Oliver salió con tanto miedo que el temblor en sus labios paró ante el impacto.

Lucius contesto una llamada y salió en grandes zancadas de la habitación.

—Lucius... —lo llamó Oliver, pero su voz fue tan baja que todos los gritos antes habidos en la habitación seguían resonando en las paredes, como un eco que igual llegaba. A sus oídos.

El omega tomo la perrilla de la puerta y quiso abrirla ante la desesperación que crecía en su pecho, pero la perrilla estaba bloqueada. Intento desesperado volver a abrir la puerta, pero no lo logro. Lucius lo había encerrado.

—¡Lucius! —golpeó la puerta. —¡Ábreme! ¡Lucius!

Las lágrimas que no sentía, salían por sus ojos con tanta frecuencia que su rostro ya estaba empapado de lágrimas y sus mejillas se habían hecho rojas, al igual que el borde de sus ojos.

—¡Lucius! —cayó lentamente al suelo, arrastrándose de la altura de la puerta hasta el suelo frio. —Por favor... Lucius...

No hay peor dolor que lastimar a alguien que amas y ninguna cantidad de palabras puede ser suficiente para remediarlo, no importa cuando quieras o puedas hacer, nada podrá borrar lo que hiciste. Cuando Lucius miro a sus ojos azules y supo que estuvo perdido, incluso él mismo lo sabía. En todos estos años se había preguntado; ¿por qué? y la razón siempre fueron ellos.

°||°

El chofer ya lo esperaba en la entrada cuando salió. Pidió que calmaran a los niños si se preocupaban por el estado de su madre, no tardaría mucho de todas formas. Se sintió lento, como si el tiempo hubiera decidido alargarse el doble, en minutos y segundos, sentía la ira pasar por su yugular, pero no llegar a ningún otro lugar al igual que el vació que poco a poco se acrecentaba dentro suyo. La oscuridad lo había cubierto por completo y ver la luz se le hacía cada vez más difícil.

—Señor, me acaban de informar que él niño no se encuentra en la casa indicada.

Su semblante cambió por completo al oír esas palabras.

—¿Donde esta entonces?

Su mandíbula afilada y sus ojos asesinos dijeron más que sus palabras.

—En el hospital comunitario.

—Llévame hacia allá.

—Sí, señor.

°||°

—¡Mami! —gritó el pequeño omega al escuchar el llanto de su madre. —¡Mami! —intento mover la manija de la puerta.

—¿Koda? ¡Koda! 

Oliver se levanto del suelo y se aferro a la puerta.

—¡Mami! —la voz de Nala.

Los niños estaban llorando y se sentía aún peor por causar eso.

—¡Todo esta bien! ¡Mami esta enfermo!

—Porque lloras, mami...

Oliver cubrió el sollozo que amenazaba con salir de sus labios con su mano temblorosa.

—No es nada, bebé. Solo me resfrié un poco.

El llanto de los niños siguió al igual que los movimientos en la manija.

—Jóvenes amos, a la cama. Su padre se enfadará si los encuentra despiertos a estas horas.

—¡Mamá esta llorando! —gritó Koda.

—Su madre solo esta un poco enfermo, así que jóvenes amos, por favor. Obedezcan y vayan a sus habitaciones.

—Vamos, Koda. Mamá estará bien.