๑Capítulo 34.

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(Pov Oliver)

Hoy se cumplen exactamente un año desde que Kian tuvo su cirugía. Mientras miro a mi alrededor, siento una mezcla de gratitud y alegría. El tiempo ha pasado volando, y cada día me siento más aliviado al ver cómo su cuerpo se adapta a los nuevos tejidos. Su cabello ha crecido y ahora brilla con un pelirrojo más claro que el mío. A menudo me pregunto si hay algo más hermoso que ver a tus hijos florecer después de haber enfrentado tantos desafíos.

—¡Mamá, mira! —grita Kian desde el jardín, donde está jugando con Koda y Nala.

Me acerco a la ventana y veo a Kian montar su patinete, una enorme sonrisa en su rostro. Koda intenta seguirle el ritmo mientras Nala, la pequeña alfa de la casa, corre detrás de ellos, riendo y disfrutando del momento. A mi lado, en mis brazos, tengo a Esme, nuestro pequeño omega. Sus ojos brillan con curiosidad y alegría mientras observa a sus hermanos.

Hoy es un día especial. Esme cumple un año, y estamos organizando una pequeña celebración. La casa está decorada con globos de colores, y la mesa del jardín está lista para la fiesta. Todo está preparado para recibir a nuestros amigos más cercanos: Dante y su pareja, Kenai y su esposo, y por supuesto, Lucius, quien ha sido un pilar inquebrantable en nuestras vidas.

Cuando miro a Lucius, que está revisando los últimos detalles en la cocina, me siento afortunado. Ha pasado por tantas cosas conmigo y ha estado a mi lado, apoyándome en cada paso del camino.

—¿Qué estás haciendo, cariño? —le pregunto, acercándome a él con Esme en brazos.

—Solo revisando el pastel. No quiero que sea un desastre como el año pasado. —Sonríe, recordando la primera vez que intentamos hornear algo juntos.

—No te preocupes, este año todo va a salir bien. Además, tengo un plan para que todos se diviertan.

—¿Un plan? —me pregunta, levantando una ceja.

—Sí, un concurso de juegos para los niños. Ganará quien complete el recorrido en el menor tiempo posible. —Le explico, sintiendo una chispa de emoción.

—Eso suena genial, Oliver. Sabes que los niños lo adorarán. —Me da un suave beso en la frente.

La tarde avanza y, a medida que llegan nuestros amigos, la casa comienza a llenarse de risas y alegría. Dante trae a su pareja, y sus historias sobre los problemas que enfrentan con sus mascotas hacen que todos nos riamos.

—El otro día, mi perro decidió que sería una buena idea robar un pastel de la mesa —dice Dante, gesticulando exageradamente—. ¡Tuve que correr detrás de él por todo el parque!

—Eso es lo que pasa cuando tienes un perro travieso —responde Kenai, riendo.

Los niños están correteando por la casa, llenándola de energía. Kian se ríe con Koda y Nala mientras intentan organizar una carrera. Es un recordatorio de lo que hemos logrado juntos como familia.

—¿Estás lista para la carrera, Esme? —pregunta Kian, agachándose frente a la cuna de su hermano.

Esme solo sonríe, como si entendiera lo que está pasando. La veo desde mis brazos, con una expresión de alegría pura, y no puedo evitar sonreír.

—¿Qué te parece si primero soplamos las velas? —sugiero, y todos asienten con entusiasmo.

Mientras nos dirigimos a la mesa, todos los ojos están puestos en Esme. Él, aunque no entiende del todo, sonríe con alegría.

—¡Feliz cumpleaños, Esme! —gritamos todos al unísono.

Kian y Koda se acercan para ayudar a soplar las velas.

Hope - [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora