๑Capítulo 08.

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—¿Quien es Kian?

La voz de Lucius salió tan fría y gruesa que la paz que los había rodeado hasta ahora se fue en cuestión de un minuto.

—No se a que te refieres —susurró tan lento Oliver como si la voz en su garganta se hubiera disipado de manera tan abrupta, que tuvo que tragar saliva por la sequedad.

Lucius se acomodo mejor sobre sus codos, sentándose sobre la gran cama, abrazo mejor a Oliver, como si lo aprisionara entre sus brazos, por lo que lo apretó aun más entre él. El pelirrojo sintió como el poco aire que había conseguido retener, se iba de un solo soplido

—Te amo, lo sabes... ¿Verdad? —la voz de Lucius se hizo incluso más espeluznante de lo que creyó alguna vez escucharía. —Solo te estoy preguntando algo. Responde.

El pánico en el pecho de Oliver creció tan inmensurable que había dejado de respirar.

—Oliver.

¿Lucius ya lo sabía? ¿Desde cuando? ¿Qué haría? ¿Le quitaría a Kian?

—Yo..y-yo... Iba a decírtelo —apenas respiro. El pánico se podía ver en todas las facciones de su rostro consternado.

—¿Lo ibas hacer? —la voz de Lucius lo invadió de nuevo como si de una ráfaga se tratara. —¿Cuando?

—Yo- —la voz de Oliver se entrecorto y antes de nada, se sentó encima del cuerpo desnudo del alfa sin darse cuenta, incluso no se percato de su cuerpo desnudo. —Te lo iba a decir, yo...solo que él... No me lo quites- —el dedo anular de Lucius sobre sus labios lo calló.

—No —sentenció Lucius. —Claro que te lo voy a quitar.

La cabeza de Oliver comenzó a negar.

—No. No. No. No —repitió Oliver, mientras se alejaba del cuerpo del alfa que no había apartado sus ojos de su cuerpo tiritante y no por su desnudez sino por el miedo que lo había envuelto de repente y sin medida alguna, como si el puñal que tenía ya enterrado desde hace años en su pecho  se moviera y lo cortara aún más. 

Las manos temblorosas de Oliver que cubrían su cuerpo desnudo con la sabana blanca entre sus manos, ahora cubrieron sus oídos.

Lucius se acerco a él que ya se encontraba al borde la cama. Sus ojos parecían estoicos, pero no se podía decir lo mismo de las feromonas alrededor suyo que parecían consumir la calma en cuestión de segundos cada que su cuerpo se acercaba más a los del omega que lo miraba como si fuera una especie de demonio desfigurado.

—¿Por que no? —preguntó sintiendo el dolor en su garganta que creyó jamás sentir nuevamente si tenía a Oliver de nuevo. ¿Tanto quería a ese bastardo? ¿Qué mierda le daba que él no le había dado?

Oliver se dejo caer al suelo al alejarse del alfa sin importarle el dolor en su espalda baja y en todo su cuerpo en general. Su cuerpo desnudo y adolorido era lo ultimo que le importaba en esos momentos, quiso pararse, pero el temblor en sus pies no lo dejaron por lo que cayó al suelo y la sombra que se hizo detrás de él lo estremeció tanto como el dolor en su nuca.

—¿A donde vas? —Lucius lo tomo por el cabello.

Los ojos dorados había vuelto y para cuando Oliver se dio cuenta fue demasiado tarde, de todos modos no tenía el control de su cuerpo para cuando fue lanzado encima la cama nuevamente.

"Claro que te lo voy a quitar", las palabras de Lucius volvieron a él cuando el alfa lo miro con rabia. Las lagrimas que había contenido hasta ahora cayeron sobre sus mejillas.

El dolor que sentía era tan diferente a lo que había sentido el ultimo tiempo, como si la capa que él mismo había puesto para ignorar lo que estaba amortiguándolo se hubiera deshecho tan lento que solo le quedaba una herida que jamás cicatrizo. Ahora la estrella que él mismo había imaginado que lo seguía por las noches, desaparecerá ante sus ojos, ante los ojos dorados, llenos de odio que lo miraban como un paracito.

Hope - [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora