El echo de ser casi un niño, lo hace propenso asentir miedo, por que su inmadurez en ciertos sentidos le hace creer que todo saldrá mal, le hace temer el echo de no llegar con su pareja, su primer amor, y poder decir de nuevo, o por primera ves un te amo..
Su pueblo estaba encerrado, su familia oculta, su tierra derramando sangre, su linaje era un linaje de podredumbre, secretos y abusos, y sus manos a ahora temblaban.
Por que fue criado para liderar, fue entrenado para defender, fue capacitado para resistir, pero jamás le enseñaron a matar... Jamás mato a alguien hasta ahora.
Con sus manos temblando vio la espada en ella, derramaba y goteaba sangre, sus manos manchadas, sus zapatos rojo y no negros como antes, y su vestimenta completamente manchada, y su cabeza dando vuelta.
Acababa, a sus quince años, acabar con un soldado, acababa de manchar su camino de sangre, y aunque creyó estar preparado, no lo estaba, no ahora que ve el desastre se da cuenta de que nunca lo estuvo. Jamás estuvo preparado para ver eso, para ver a su gente correr, llorar y morir.
No quería eso, no quería matar, no quería ver sangre, el quería un pueblo bueno, donde los niños rieran, no donde estén escondidos, uno donde las omegas pudieran lavar en el río mientras cantaban, o donde los alfas pudieran tener cosechas abundantes, no quería lo que estaba viendo, no lo quería.
Se dejó caer de rodillas frente a el soldado, su respiración se comenzó a cortar, no quería eso, ver como soldados y rebeldes estaban de espada contra espada frente a el, como cania algunos soldados heridos, se agarro el cabello largo y jalo de este, temblando y manchándose sus cabellos castaños de sangre en sus manos.
Negó mientras derramaba lagrimas, maldiciendo ver cuanta gente desde hace dos días falleció, maldiciendo el ver a su pueblo escondido, maldiciendo a su linaje de rufianes.
Comenzó a llorar entre cortando su respiración fuertemente, sintió una mano en su cabeza, quintando sus propias manos de sus cabellos que aun jaloneaba mientras temblaba y llorar tratando de recuperar el oxigeno.
-cálmate, Osamu
Sus ojos voltearon a ver a quien le hablaba, y ahí, ahí estaba el, bello como siempre, y sonriendo para apoyarlo.
-lo mate - le enseño sus manos y este solo negó sobando sus mejillas e hincándose junto a el - no te merezco, yo manche mi camino, yo lo mate- derramo lagrimas de nuevo, pero el seguía ahí, y era tan hermoso que creía que estaba imaginándolo a su lado, apoyándolo y deteniendo su caída - no te merezco.
-Samu, lo hiciste por tu pueblo - pero el negó, por que el era mas débil mentalmente - para ayudar a tu reino, tenías que mancharte las manos - el sobo su nariz con un beso esquimal - me mereces, y yo a ti, los dos estamos hechos para amarnos- quito los cabellos del rostro de su amor- estamos hechos para estar juntos.
-chuu- negó lentamente mientras se abrazaba a su omega-no quería esto
-lucha por tu pueblo, yo te cubriré, jamás te dejare - el alfa negó, por que lo que menos quería era perderlo, por que no quería que estuviera en riesgo.
Y se odio al verlo caminar hacia la batalla desenvainando su espada, quiso levantarse pero sus piernas no lo dejaban, sus manos temblaban y su mente le daba muchos escenarios trágicos.
Pero con todas sus fuerzas, tomo su espada y se puso de pie, por que prefería volverse a manchar las manos, pero no dejar que su omega lo hiciera, asi que camino en medio de heridos y muertos, y sin piedad alguna, corto la garganta del soldado que estaba apunto de atacar a su omega, y chuuya solo pudo ver ese miedo en la mirada de su amor.
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EMPERADOR Y YO (SOUKUKO)
Randomen un mundo donde los omegas varones son poco vistos, y los pocos que existen son apreciados como cual tesoro otorgado, chuuya se encuentra frustrado por ser uno. Es el unico omega varon del reino de Yokohama Japón , por lo cual es tratado como unic...