𝙎𝙏𝙊𝙋 ʰᵉᵉʲᵃᵏᵉ

28

Jake no se mostraba afectado por lo que sucedió, contrario a como Heeseung lo encontró. Pensaba que tal vez quería evitar recordarlo, no era algo bueno después de todo, pero en el fondo sentía que ignorarlo, de alguna forma, haría que le doliera más después.

De alguna forma, termino quedándose en el departamento con él más de un sólo día, incluso había conocido a su madre, la cual le molesto diciendo si era ese chico del que tanto hablaba. Cosa que era verdad, pero que tuvo que negar pues Jake la había escuchado.

—¿Cuándo volverás a casa?— preguntó cuando vio a Shim entrar a la habitación y dejarse caer en la cama.

—¿Quieres que me vaya?— Heeseung movió la cabeza de lado a lado, girandose en la silla para verle de frente. Si le pidieran adivinar, creía que Jake no se iba porque tenía miedo, por más que parezca fuerte, él sabía que no era así del todo, y probablemente tenga el temor de que al salir, aquel chico aparezca nuevamente. —Mamá y papá dijeron que podía quedarme cuanto quiera, siempre y cuando no molestará.

—Bien, pero te toca dormir en el suelo.— se levantó viendo la cara indignada del rubio. Heeseung se acercó a la cama, sentadose al borde de esta y mirando en silencio al más bajo.

—¿Qué?— preguntó ante la atención que recibía.

—¿Estas bien?— jake soltó su celular y lo miró, sentándose correctamente en la cama; en esos dos días que había estado ahí, pudo notar un cierto cambio en Heeseung, más que nada en la manera que se dirigía a él. Ya no eran bromas o burlas, le hablaba con tacto y pensaba demasiado las cosas, incluso si debía pasar a su lado o simplemente no hacerlo. Por un lado, podía entenderlo, era extraño ver ese lado de Shim, y realmente nunca se había mostrado tan vulnerable ante nadie que no haya sido Félix o su padre.

Ahora que sólo tenía a Felix, se había cerrado más con las personas.

—¿A qué te refieres?— río sin gracia alguna, pero tratando de mostrar una verdadera sonrisa. —Estaría mejor si pidieras algo de comida, pero-

—Sabes a qué me refiero.— Jake borro su sonrisa y le miro tratando de encontrar algún rastro de burla en sus gestos. Pero Heeseung estaba hablando en serio.

—¿Qué quieres que haga? ¿Que lloré? Eso no hará que todo esto nunca haya pasado, ni logrará que me sienta mejor.— quería salir en ese momento y gritar tan fuerte que su garganta doliera. —Yo sé cómo pasó esto, no tienes que sentir lástima ni tratarme diferente.— Heeseung se mantuvo en silencio, aún cuando Jake se puso de pie para salir de la habitación. —Por favor.

Siendo así el sonido de la puerta cerrándose lo último que escuchó.

Jake había vuelto al colegio el Lunes, no parecía tan radiante como todos los días, pero no parecía tan demacrado como el sábado. Tenía razón, Chan no volvió a mostrarse por ahí, ni al día siguiente, ni la semana que vino. A todos les pareció extraño, pero para Shim, sólo era un problema menos.

—¡Jake-ah!— detuvo su andar para ver a su amigo correr hacia él. —¿Qué tal van las cosas con Heeseung?— dijo tan pronto llegó a su lado.

—¿Cómo deberían ir? Bien, supongo.— se encogió de hombros.

—¡Vamos! Estabas llorando en mi casa porque no sabías si te gustaba o no.

—¿Cuándo? Yo nunca estuve en tu casa.

—Claro que sí, la semana pasada.— Jake negó con la cabeza y Felix le dio un golpe en le hombro. —Sólo dile que salga contigo, esta vez una cita.

—No quiero citas.— cortó.

—Bah~ Entonces comienza tu relación sin citas, pídele ser novios sin preparación.— felix siguió hablando de cómo podría pedirle salir, pero jake sólo lo escuchaba sin decir nada.

Jake aún no podía concluir qué era lo que sentía por Heeseung, podría gustarle, pero si le pedía salir y este no aceptaba, no quería alejarlo de esa manera. Pensaba que la única forma de mantenerlo era dejando las cosas como estaban, sin mover nada, nada malo podría pasar.