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—No quiero tu dinero.— Heeseung tomó una papita y se la metió a la boca. Jungwon, que estaba frente suyo lo miró extrañado.

—¿Entonces no me ayudarás?— Yang preguntó sin siquiera tocar su comida.

Heeseung trago. —Sí, te ayudaré. Pero después ya no, sabes... Hay veces en las que simplemente quiero ver a tu hermano, no todo es negocio en la vida.— Jungwon frunció el ceño pero rápidamente lo quito, extendió sus manos por encima de la mesa miró directo a los ojos del mayor, tratando de ver mentira en los mismos.

—¿Te gusta Jake?— susurró con la intención de que sólo el tatuado le escuchará.

—Tal vez.

Jungwon jadeo por la sorpresa y se pego al respaldo de la silla, cubriendo su boca por lo mismo. Heeseung lo miró confundido, no entendía por qué reaccionaba así, ¿era tan sorprendente?

—¿Saldrás con él?

—Tengo que gustarle igual para eso.

—Él nunca lo dirá.— se cruza de brazos, mofandose de conocer más a Jake que Heeseung. —Cuando alguien le gusta se lo guarda hasta que ese crush se va, después alguien más llega y el curso se repite.— mira sus manos de manera engreída, con la seguridad de que algo entre aquellos dos no podría llegar a suceder.

—Entonces le digo yo.

Jungwon rompió su burbuja y lo miró en silencio. —¿Y si te rechaza?

—¿Cuál es el problema? Podemos ser amigos.— sigue comiendo tranquilamente, no viéndose afectado por las palabras del menor.

—Él nunca es amigo de quienes se le declaran.— murmura sin quitar su pose arrogante.

—Parece que sabes demasiado sobre su vida amorosa.— Jungwon abre la boca queriendo negar aquello, pero Lee habla nuevamente. —Es curioso porque según sé, él no ha gustado de nadie ni ha salido con nadie.— el mayor se puso de pie, sacando unos billetes y poniéndolos encima de la mesa antes de pasar a un lado de Jungwon con dirección a la puerta.

—¡Es porque no te lo ha contado!— grito queriendo ser escuchado por el pelinegro, pero este ya estaba demasiado lejos y Jungwon sólo pudo desplomarse en su silla con un puchero.

Si esos dos saliesen, Jungwon sabía que le crecerán canas verdes.

[...]

Jake veía desde su puerta a Heeseung leer una de las revistas que tenía en su habitación como si fuese la sala de espera de algún consultorio; el más alto había llegado repentinamente diciendo que estaba cansado y su casa quedaba muy lejos, alegando que sólo estaría unos minutos. Shim siquiera le dejo entrar, el tatuado entró por su cuenta y se acomodo en su cama como si fuese suya.

—¿No tienes amigos?— soltó.

—No por estos lados.— Heeseung respondió con calma, pasando de página.

—¿Y qué hacías por aquí?— Heeseung le dio una vaga mirada antes de sonreír y dejar el papel a un lado. Jake se sintió pequeño bajo la fija mirada del tatuado.

—Vine a ver a alguien, ricitos.— Jake ya había olvidado aquel tonto apodo.

—¿Y por qué no te quedas con esa persona?— pregunto entre dientes, pero Lee pudo escucharlo perfectamente.

—Me gusta estar más contigo.— sonrió al notar el rostro de Jake ponerse rojo.

Jake no dijo más, dejando que Heeseung lo admirara en silencio mientras el rubio luchaba contra lo que aquella frase le había hecho sentir. Se sentía tonto estando junto a Heeseung, siempre que este soltaba cosas como la anterior no hacía más que frustrarse y darle el gusto de verlo nervioso. Aquello lo confundía en demasía, no sabía si Heeseung realmente lo hacía con intención detrás o sólo eran sus típicas bromas.

—¿A qué estás jugando?— preguntó molesto, no contento con la idea de quedarse callado. Se sentó a un lado de Heeseung.

—Nadie está jugando a nada, Ricitos.— Jake vio al más alto unos segundos antes de volver a mirar el escritorio frente suyo. —¿Por qué preguntas?

—Deja de decir esas cosas, podrías...— limpio sus manos en sus pantalones no pidiendo seguir la frase.

—¿Podría qué?— se acercó sin aviso y coloco su brazo detrás del cuerpo contrario, no tocándole realmente.

—Olvídalo.— se puso de pie antes de que Heeseung pudiese acercar más y miró al contrario una última vez antes de salir de su habitación, apoyándose en la puerta y preguntándose si realmente estaba haciendo las cosas bien.

𝙎𝙏𝙊𝙋 ʰᵉᵉʲᵃᵏᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora