Heeseung había recibido un mensaje de Shim, donde avisaba iría a visitarlo. Era algo repentino, y claro que puso de los nervios al pelinegro, después de lo que ocurrió hace unos días con Jungwon, no sabía qué actitud esperar del rubio.
Miraba a su madre caminar del comedor a la cocina, llevándose los platos sucios. Cuando el timbre del departamento sonó, Heeseung se puso de pie tan rápido que su madre creyó se caería de la silla.
—Yo te ayudo.— tomó los platos que su madre sostenía y los llevó a la cocina, dejando a la mujer un poco confundida, pero rápido el timbre volvió a sonar haciendo que se dirigiera a la puerta.
Heeseung escuchaba todo desde la otra habitación, desde como su madre saludaba a Jake muy alegre hasta como este le preguntaba por él con esa suave voz que siempre usaba al hablar con personas mayores. El tatuado sacudió la cabeza, comenzando a lavar los platos y vasos como una forma de evadir el momento que claramente se acercaba: ver a Jake.
Hubo algunos pasos después de que la puerta se haya cerrado, sabía que eran del rubio, pero también había mucho silencio por parte de su madre así que supuso se había ido a comprar algunas cosas, como siempre hacia cuando algún amigo de Heeseung llegaba de visita.
Sólo que esta vez Heeseung rogaba porque regresara.
—Hola, Hee.— la voz de Jake lo asusto un poco después del largo silencio, provocando que casi tire un vaso al suelo. Jake río bajo. —¿Por qué estás tan nervioso?
El rubio se acercó a su lado, viendo lo que hacía como si fuese algo fuera de lo común. —No estoy nervioso...— titubeo al final, alejando su vista del sonriente chico a su lado. Quería tranquilizarse, probablemente rogarle que lo perdone, pero tenía miedo de haber arruinado todo nuevamente y que Jake sólo haya ido para decirle que olvidará todo, más que nada el avance que hubo en su relación.
Si es que podía llamarlo así.
—Mmm vine porque quería hablar contigo.— susurro jugando con una servilleta que estaba encima de la mesita.
—Debiste llamar, no tenías que cruzar toda la ciudad...— trato de bromear.
—Sabes que no vives lejos de donde yo.— sonrió. —¿Podemos?— tomó su brazo, acercandolo un poco a su cuerpo.
—Ah-a, ¿"Podemos"...? ¿Qué?
Jake río un poco. —Hablar.— aclaro, arrastrándolo a la sala después, donde Heeseung por fin noto que su madre no se encontraba realmente. Lo había abandonado. El rubio se sentó en un sofá y espero que Heeseung hiciese lo mismo.
—¿Sobre qué quieres hablar?— pregunto con la voz suave, sentándose a su lado.
—Hace... Dos días, hablé con jungwon.— comenzó, mirándolo de reojo. Heeseung trago duro. —Él me pidió hablar, y fue... Extraño al principio-
—Perdón.— Heeseung baja la cabeza y toma las manos de Jake entre las suyas. —Perdóname, no era mi intención decir eso. Sé que tu debías decirle, y que no estabas listo, perdón por no saber cerrar la boca.
—Oye, Heeseung... Esta bien.— coloco su mano en el hombro del más alto. —No estoy molesto.— dice con una sonrisa en su rostro, tratando de tranquilizar al pelinegro. Heeseung levanta la mirada y cuestiona con esta. —En serio, sólo quería decirte que él ya sabe, así que fue un gran paso supongo...
—¿No estas molesto?— susurro, Shim negó con la cabeza. —¿Ni un poco?
—Buenoo... Cuando me dijo sí me molesté un poco, pero no es algo tan malo, jungwon iba a saber en algún momento y fue como un pequeño empujón.— se encogió de hombros. Heeseung sonrió, por fin tranquilo sobre aquel tema. —Pero...
—¿Pero?— Jake se soltó de su agarre y golpeó su hombro, moviendo un poco al contrario. Lee frunció el ceño. —¿Qué-?
—¿Por qué le contaste... De... Bueno, tu sabes?— los ojos del rubio se movían por todo el lugar.
—¿Qué cosa?
—Del beso.
Heeseung sonrió. —Oh... eso...
—Sí, eso.— Jake lo miro. —No era necesario, ¿sabes?— se cruzo de brazos. —También me dijo que... Le dijiste eramos novios.— Heeseung esperaba una mala reacción por parte del rubio, pero este sólo lo miro algo indeciso, probablemente esperando lo mismo de su parte. Jake creía que era una broma, y que Lee reiría en cualquier momento.
—¿No lo somos?— pregunto tras un pequeño, e incómodo, silencio. Shim, con sorpresa, abrió la boca queriendo decir algo, pero no tenía una respuesta a ello.
—¿Lo somos?— regreso la pregunta, ambos chicos buscando la afirmación, o negación, por parte del otro. —Digo... Nunca hablamos sobre eso, sólo... Bueno...— sintió su rostro volverse rojo con intensidad debido a la vergüenza que aún sentía al hablar, o recordar, los besos que se dieron hace días. Más sabiendo que seguían en esa etiqueta de "amigos".
Heeseung soltó un pequeño suspiro. —¿Tu quieres?— aquella conversación parecía una confesión, la cual ya habían hecho, pero cada vez que lo mencionaban se sentía como la primera vez.
El más bajo presiono sus labios sin apartar la vista del contrario, Heeseung, por su parte, se acercó con lentitud al rostro del rubio. Podría ser aquella la respuesta a su pregunta... sólo debía terminarla.
Justo cuando sentían sus labios tocarse, la puerta principal se abrió y la madre del pelinegro entró al departamento con una gran sonrisa y algunas bolsas en sus brazos. Ambos menores se separaron con las mejillas rojas, desviando la vista del otro.
—¿Tienen hambre?— Jake fue quien asintió con la cabeza, pero Heeseung se puso de pie para ayudar a su madre con lo que cargaba. La mujer dijo prepararía algo para ambos, dejándolos nuevamente solos en la sala.
Heeseung miró de reojo al rubio en el sofá, suspirando antes de ir por el pasillo hacia la cocina, pero la dulce voz del más bajo lo hizo detenerse.
—Espera...— Jake se acercó y se apoyo en su hombro, mirándolo con una pequeña sonrisa. Tomó las bolsas de sus manos y dio un casto beso en los labios del más alto, dejando con un gesto de sorpresa al mismo. Heeseung abrió la boca queriendo decir algo, pero nada salía de ella. —Sí, sí quiero.
Y con aquella sonrisa que tanto le gustaba a Heeseung se dio vuelta para ir a la cocina.
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𝙎𝙏𝙊𝙋 ʰᵉᵉʲᵃᵏᵉ
FanfictionJungwon pide ayuda a Heeseung para alejar a su hermano de su vida ఌ︎Hᴇᴇᴊᴀᴋᴇ ఌ︎Cʀᴇᴅɪᴛᴏs ᴀ @sᴛʀᴇʟʟᴢ ఌ︎ Aᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ © Todos los derechos reservados