Amiga 34. (Seg Temp)

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TN PV.

Me quedé atónita ante lo que estaba sucediendo en ese momento.

***: Soy yo, Dexter, TN.

Dexter.

Ria.

Ri.

Mi amiga de la adolescencia, aquella que me vio en mi locura y rescató lo mejor de mí. Podía verla desde la pantalla junto a la puerta, ver que el tiempo no había pasado por ella. Realmente estaba aqui?

Ria: TN?

Sin pensarlo más, abrí la puerta sin importarme que Aki entrara a la casa y corrí hasta la puerta abriéndola con mis llaves. Ni dije nada, pero creo que las lágrimas que corrían por mi rostro indicaban que rebosaba felicidad. Quité el último seguro y la vi frente a mí con sus cabellos rubios sin mechas rojas y recogido elegantemente, vestía unos jeans y una blusa clara que le daban un aspecto jovial. Dios, debíamos tener la misma edad y ella lucía como de veinte. Su sonrisa se extendió por el rostro y sus ojos de un puro celeste se cristalizaron tanto como los míos.

TN: Ria - susurré a penas notando que mi voz temblaba.

Ria: Hola – su voz… era exactamente la misma que recordaba.

La atraje hacía mí y la abracé con todas mis fuerzas pestañeando para poder ver con claridad. Cómo había terminado aqui? Qué tipo de sorpresa era ésta? No importaba siempre y cuando se quedara a mi lado. Su perfume había cambiado a uno más cítrico y pude notar que sollozaba en mi hombro como yo hacía en el de ella. Me obligué a separarnos para cerrar la puerta con llave y tomé su brazo guiándola por el jardín.

TN: Dios… enserio eres tú?

Ria: Claro que sí, tonta! – me reí de su expresión.

TN: Es que siento que estoy soñando, Ri.

Ria: Somos dos. Dios, te juro que no puedo creer que esté viéndote de nuevo. Han pasado tantos años y…

TN: Lo sé, realmente nos equivocamos al no comunicarnos, ahora no sé nada de tu vida!

Ria: Bueno, tengo todo el día libre para que conversemos.

TN: Pero… Estás segura? – le pregunté cuando nos adentramos en la casa.

Ria: Claro! Jesucristo, TN, éste lugar es espléndido! En serio vives acá? – exclamó observando todo lo que nos rodeaba.

TN: No es para tanto, Ria – sonreí.

Ria: Bueno, me sorprende de ti porque antes vivías en departamentos de sectores muy públicos y la extravagante era yo

TN: Las cosas han cambiado – murmuré recordando a mi hijo.

La guié hasta la cocina, en donde me habló de su trabajo como jefa del departamento de control pediátrico y jefa de todo el hospital central de Berlín, de su fascinación por el arte culinario y los dulces árabes. Me comentó que se casó con Tom Kaulitz, su pareja en aquellos tiempos donde yo estaba con Bill, y que tras unos años se divorciaron.

Ria: … la verdad es que aún lo amo, no he salido con nadie más desde que estuve con él pero…

TN: Pero?

Ria: Hay conflictos que aún nos separan.

TN: Oh… puedo saber qué pasó para que acabaran así?

Ria: Cuando te fuiste, di con tu paradero unas semanas después cuando Bill pasaba encerrado en su cuarto sin hablar ni siquiera con Tom – sentí una herida antigua reabrirse lentamente a medida que Ría hablaba sin dejar de observar la taza de té con canela entre sus manos - Le dije a Thomas que viajaría por motivos de estudio y fui a buscarte a Nueva York.

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