16 Derrotado

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Adam quedó con la familia de Jasmine en una juntada sin consultarle, solo pasó a comunicarle que quedarían y hasta invitó a Stella.

-¡Este maldito imbécil! -dice Jasmine tomando las llaves de su auto-, ahora va a conocerme.

-Amor -Stella intenta frenarla, pero no lo logra-, por favor trata de calmarte.

-Dejame salir.

-No, mírate como estás.

-¡Organizó una reunión familiar a mis espaldas! Le pedí el divorcio, y él hace esto ¡¿Cuánta materia fecal tiene nadando en la puta cabeza de mierda?! Se la voy a arrancar, a ambas cabezas.

Sin saber que más hacer la abraza, y ella lucha por zafarse, pero no lo logra, entonces Jasmine comienza a llorar y tira las llaves abrazándola fuerte. Llora apoyando la cabeza en su pecho.

-Estoy cansada de luchar contra él, hace años que quiero divorciarme y siempre encuentra la manera para que no lo deje.

-Amor -suspira-, perder el control e ir a enfrentarlo así, no es la solución. Le dijiste eso y te fuiste de tu casa, cada vez que han hablado, han discutido, quiere llamar tu atención de alguna manera.

-Lo que está logrando es llamar la atención de mi ira -la castaña se separa de ella, y la besa acariciando su mejilla-. No quiero verlo, quiero quedarme aquí contigo -dice sorbiendo su naríz ¿No tienes una máquina del tiempo o algo así? Desearía no haberme casado, tendría que haberme quedado contigo. Tendría mi útero, mis ovarios, no sería la madre de un hijo muerto, y sería feliz contigo. Mi estúpida desición, solo me ha traído desgracia.

-Amor -acuna el rostro entre sus manos-, vamos a resolverlo ¿Está bien?

-Siempre fuiste la más optimista de las dos -junta sus frentes-. Tengo que ir a hablar con él, pero lo haré mañana, no va a arruinarme el fin de semana, estos días contigo han sido los mejores en 17 años -la abraza.

Apaga el teléfono y se queda con ella todo el domingo, en una medida desesperada Adam llama a Stella para preguntarle si sabe dónde está su esposa, pero ella lo niega. Entonces la llamada en madrugada lo cambia todo.

-Hola...

-¿Adam? -ambas despiertan y encienden la luz- ¿Qué hora es?

-Como las tres Stel -exclama balbuceando.

-¿Estás borracho?

-Solo un poco. Stel busqué en cada maldito hotel, le pregunté a todas sus amigas sobre Jasmine y nadie sabe dónde está -ellas se miran-. Creo que me engaña, ella lo hace -comienza a llorar-. Jamás me amó Stel -se queda callada- ¿Sabes cuántas veces me dijo te amo? Las mismas veces que me buscaba para tener sexo, cero -se responde-, ni siquiera fingía llegar a un orgasmo, era como cogerse a una muñeca inflable, una rica muñeca inflable...

-Adam...

-Tuvimos un hijo y lo perdimos, no fue mi culpa que él muriera, pero sé que ella me culpa, me culpa por eso y por la histerectomía que le hicieron de urgencia. Jamás va a perdonarme su muerte y yo lo sé -la pelirroja le pide que le corte-. Yo sé que volvimos a este maldito pueblo porque ella jamás dejó de amar de quién estaba enamorada y cuándo sepa quién es el hijo de puta que se coje a mi esposa lo voy a matar, mataré al maldito y ella al fin podrá amarme, no habrá más obstáculos entre nosotros. Así que dime Stel, dime quién es, dame su nombre y yo jamás diré nada.

-Adam ella no... -mira a Jasmine- ¿Dónde está? Dime en que bar estás y voy a buscarte.

-No, quiero que me des el maldito nombre de ese bastardo -balbucea apenas para que se le entienda. Ella hace un silencio-. Sé que sigues ahí Stella ¡Dame el nombre y no lo cubras más! -le grita y se escucha su teléfono caer. Una voz diferente toma el mismo-. Hola, tu amigo está en el bar 1889 de Edison y Sherlock, ven a buscarlo que está muy ebrio.

-Ya voy.

Le corta y comienza a vestirse bajo la mirada preocupada de Jasmine, le pide que no vaya, que se quede, pero ella no puede dejarlo tirado se siente demasiado culpable, por eso jamás pudo ser una amante cuando una mujer se lo propuso, por eso no quiere ser la amante, la culpa no la deja vivir, no puede dejarlo tirado. Toma las llaves de su auto y sale a buscarlo, antes de besar a Jasmine y pedirle que la espere aquí y no se vaya.

Llega al bar y lo ve tirado sobre una silla durmiendo, dos hombres le ayudan a meterlo a su auto, paga lo que debe de lo que bebió y lo lleva a su casa, abre la puerta, le tira un vaso de agua en el rostro y cuando el medio despierta se apura en bajarlo del auto y caminar hasta la casa.

-Estás muy pesado y no lo pareces.

-Es que voy al gimnasio -le dice balbuceando-. Si viniste, Stel.

-Sí, Adam, si vine.

-Eres una buena amiga.

-No somos amigos.

-¿Qué te hizo buscarme si no fue el poder de la amistad? Yo soy amigo fiel... -comienza a cantar la canción de toy story ella cierra los ojos y trata se apurarse, no solo porque apesta, sino porque no quiere decirle la verdad y está muy cerca de escupirle todo-. Dime el nombre Stel, dame el nombre de ese bastardo -se le acerca y la huele llegando al sillón, ella lo tira cuándo él hace eso- ¿Sabes?, hueles a ella -lo suelta tirándolo al suelo.

Se sube al sillón y se queda dormido apoyando el torso encima, Stella se marcha tapándolo con una manta que saca de la habitación de él, al entrar en la habitación de Jasmine ve todo roto, al igual qu se da cuenta de la destrucción a su paso mientras baja al living, todas las fotos de ellos dos rotas al medio, lo tapa y sale. Al llegar a su casa ve todo apagado, pero ve el auto de ella aún ahí, no cree que se haya ido, la busca por la casa y no está, sale al patio y la ve en el pórtico sentada fumando.

-No sabía que fumabas.

-Lo hago muy de vez en cuando, cuando estoy muy estresada -le dice sin voltearse a verla tirando el humo, apaga el cigarrillo en cuanto Stella se sienta a su lado sobre la tapa de una caja de cartón-. Nuestro bebé se durmió esperándote -le muestra al cachorro envuelto en una colcha entre sus piernas-. Pensé en irme -finalmente la observa-, pensé en irme a un hotel, pero era una reacción infantil, y no quería dejar a Bosco solo.

-¿A mí si me hubieras dejado sola? -la otra niega con una sonrisa- Tenía que ir, por eso no puedo ser una amante, me siento demasiado culpable, quizás si él fuera una mierda de marido contigo, sería más fácil ser indiferente a él u odiarlo, pero afortunadamente no lo es.

-¿Estaba muy mal? -suspira- a veces salía a tomar cuando discutíamos fuerte, él se iba y no volvía, mentiría si dijera que no me preocupaba por él.

-Sí, estaba bastante mal y seguía insistiendo en que le dijera el nombre del hombre con el que -mira hacía adelante- lo engañas. También antes de tirarlo al sillón olió mi cuello y sintió tu olor. Sé que ya lo hablamos, pero ¿Estás segura de esto?

-No voy a echarme para atrás si es a lo que temes -baja la mirada a Bosco y lo acaricia-, sé que mi prontuario no es exactamente el más confiable, pero no voy a echarme para atrás. No volveré a perderte a ti, pasar por ese infierno una vez, fue más que suficiente -entrelaza sus manos.

Escuchan ambas golpes desesperados en la puerta y se miran asustadas. Tal vez Adam la siguió, tal vez está aquí, se meten rápido adentro y ahí está él parado, con el rostro desencajado y al parecer temblando de ira.

Enséñame a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora