7 ¿Quién va?

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Cada año la escuela realiza una excursión escolar al parque nacional a unos kilómetros del pueblo, donde los chicos se aburren en su mayoría por no tener señal en sus teléfonos. Mocosos dependientes de la tecnología y el internet.

—¿Qué profesores irán a la excursión?

Varios profesores por no decir todos, odian tanto la excursión como los alumnos, porque nadie quiere estar ahí, pero el estado les obliga a tener salidas recreativas. Aparte que los adolescentes se ponen aún más gruñones e incontrolables sin sus teléfonos, tablets y computadoras.

—Vamos no sean tímidos, levanten la mano o los elegiré yo —hasta evitan el contacto visual—. Bueno haremos esto a la vieja usanza, Jasmine ya que eres nueva para interiorizarte con las excursiones, Janet...

—No puedo esa semana tengo un torneo con el equipo que entreno —la directora suspira.

—Bien, Stella...

—¿Por qué yo?

—Te vienes salvando hace tres años —le responde sin prestarle atención a como se sigue quejando—, Rune —el profesor joven y serio de química, todas las adolescentes mueren por él— ahora por el último sacaré un papelito de la bolsa de quienes no están aquí, Antonio —el profesor de español —los demás suspiran, sobre todo Gerbert y el profesor de Álgebra, hubieran transpirado como cerdos—. Bueno todos pueden irse. Los alumnos de primero y segundo ya han sido informados a sus padres de la excursión a más tardar este viernes tienen que traer ma autorización firmada.

Todos los años los alumnos de primer y segundo año, hacen una excursión por cinco días al parque nacional, se quedan en las cabañas que usan para las colonias de vacaciones y realizan varias actividades a cargo de los docentes, que tiene un grupo de chicos, los cuales se componen de los nombres de cada adolescente escogido al azar de una bolsa. Los demás chicos también tienen excursiones pero solo de un fin de semana por tres días, nada más.

—Bueno creo que seremos compañeras de excursion —le dice la pelirroja a Stella con una gran sonrisa, a lo que la otra blanquea los ojos y se aparta.

Stella camina por los pasillos pensado en una y mil maneras de safarse del compromiso, pero sabe que es imposible, frente a todo el grupo los nombres fueron dados, nadie iba a querer ocupar su lugar y por mucho que este rabeando sabe dentro de ella que si quiere ir a ese viaje con ella, aunque tiene miedo, de lo que pueda pasar las dos solas en una misma cabaña, porque todos se separaban en cabañas dónde todos los chicos duermen separados de las chicas y eso incluye a profesores.

Las cosas entre ella y Janet siguen aún más tirantes cuando vió a dónde estuvo ese fin de semana.

—¿En serio Stella? Tenías el cumpleaños de la nueva, por eso no podías ir a conocer a mis amigos.

—Janet —la toma de la mano, pero la suelta cuando unos estudiantes pasan por su lado—, la conozco desde hace años, fue mi mejor amiga. Me invitaron y me había comprometido, ya había rechazado la propuesta muchas veces.

—Era importante para mí, te juro que hasta el último segundo pensé que irías.

—Estaba por hacerlo —ella suspira y la observa—, te juro que sí, me pare en su casa y estaba a punto de marcharme cuando me vieron y ya no pude escapar.

—Has lo que quieras.

—Janet espera —Va tras ella y se meten en el armario dónde guardan las cosas de gimnasia—. Puedo conocerlos aún, hagamos una reunión en tu casa o en la mía, este fin de semana —la otra afloja la mirada.

—¿De verdad?

—De verdad ¿Puedo besarte? O me darás un pelotazo.

La más joven suspira se acerca y le deja un beso corto en los labios, pero Stella no está satisfecha, la toma apoyándola contra la puerta, colocándole el seguro desde adentro, y la besa con pasión, es entonces cuando un recuerdo asalta su mente el mismo lugar, un beso pero con Jasmine, lo que provoca que se separe abruptamente de Janet.

Enséñame a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora