20 Al fin en casa

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La semana que los adolescentes pasan con Stella es la más feliz de su vida, George cita a la brevedad a la madre de los niños, ella firma el papel de adopción y ellos retiran los cargos de ambos lados.

Stella compra helado y se dirige a casa, dónde ellos la esperan. Ender se ofreció a hacer el almuerzo ayudando a Jasmine que trajo sus cosas de manera definitiva a lo de Stella, George está llevando también su caso de divorcio junto a su hija, que es abogada, mientras se hace el tiempo de ver su sencillo caso con la nueva pasante de la firma, que es una alumna en la universidad, dónde ella dicta clases solo por este año.

—Bienvenida a casa amor —la recibe la pelirroja con un beso.

—Buenas noticias, ya firmamos los papeles —muestra la bolsa— y compré helado.

—Genial, profe —el joven toma la bolsa con una gran sonrisa.

—¿Cómo te fue con Adam? —le pregunta bajito cuando está a su lado y la cara de Jasmine lo dice todo— Así de mal entonces —toma su mano y la pelirroja asiente.

—¿Cuándo será un buen momento para hablar sobre nosotras? —indaga Jasmine.

—Ahora todo es más complicado —mira a los chicos—. No quiero que nos quiten a los niños —Jasmine suspira soltando su mano y asiente—. No me importa si perdemos nuestros trabajos, podemos irnos a otra parte, pero no quiero perderlos a ellos, somos la estabilidad que no han tenido en mucho tiempo y tengo miedo de que Laura vuelva a esa casa con ese asqueroso ¿Estás enojada?

—No, yo lo entiendo, solo pensé que podría finalmente poder besarte o tomarte de la mano delante de quién sea, deseaba poder hacer eso —exhala pesadamente—. Pero ellos y su seguridad es más importante. Podríamos esperar que Laura cumpla los 16, si hay riesgos de que nos la quiten ella podría emanciparse de todas maneras y no tener que volver a con ellos, George tiene su expediente y...

Stella acorta la distancia y la besa, la trae hacia ella tomándola de la cintura y la besa con ternura, se separa y Jasmine la mira.

—Gracias por entender, eres maravillosa y te amo.

—Awww que tiernas, mirá como nuestras nuevas mamás se dan amor ¿Nos darán un hermanito? —dice Ender y Stella le larga un trapo riendo.

—Niñato molesto —se acerca y lo abraza con fuerza y él se deja.

Mientras Laura lee muy entusiasmada su libro, de la gran biblioteca de Stella, Ender se pone al lado de Jasmine decidido a aprender a hacer de comer. La castaña se coloca a su lado mientras Jasmine está del otro lado.

—Ender —le dice seria y él voltea a verla—, piensa en lo que te dije antes, lo de la universidad.

—Prefiero que mi hermana vaya a la uni, profe.

—Pueden ir ambos ¿No hay algo que quieras estudiar? No hay algún tema o algo que te apasione —lo empuja suavemente con su hombro. El joven la mira y sonríe.

—Me gusta la política, me apasiona el debate —se encoje de hombros—, soy bueno en economía también.

—Estudia eso entonces, lo que quieras, tienes opciones. Laura puede obtener una beca, puedo hablar con algún contacto en la universidad y le conseguimos una plaza.

—Lo tendré en cuenta, mamá —le dice y el corazón de Stella da un brinco. Él baja la mirada a las verduras que corta. No es la primera vez que le dice, pero ya es oficial— ¿Las podemos llamar eventualmente de esa manera? Osea de manera real, no como un juego de manera de molestarlas.

Jasmine y Stella se miran quedándose calladas, sonríen con los ojos cargados de brillo.

—Si se sienten cómodos sí —le responde ella y él suelta el aire contenido—. Si se te escapa en la escuela se te van a burlar, menos mal que te queda solo un año, hijo —lo besa en la cabeza sacándole una sonrisa y vuelve al lado de Laura, para servirle de almohada mientras ella lee su libro.

—Mami —le susurra a Jasmine y ella lo observa con una gran sonrisa—, creo que nuestra pequeña familia es inefable* y me encanta que sea así, me encanta que sean mis mamás —Jasmine lo abraza de manera cálida y maternal y él se hunde en su abrazo.

Inefable* algo tan increíble que no puede ser expresado en palabras.

—Hijo —susurra—, ustedes son lo mejor que nos ha dado este año y siempre —se separa acariciando su mejilla— para ustedes tendremos "agapē", es la forma más pura de amor, generoso, incondicional y reflexivo que perdura a través del tiempo sin importar las circunstancias.

La sonrisa de Ender dura un rato, Jasmine lo observa y le explica cómo cocinar, a lo que él aprende bastente rápido y con interés genuino.

Jasmine piensa que en tan poco tiempo volver al lado se Stella le ha hecho ganar dos hijos, una casa y hasta un perro, que hasta tiene el nombre que siempre ha querido, ella se lo ha dado todo en un parpadeo, se siente mucho más feliz de lo que alguna vez pensó.

Stella mira a su pequeña familia y piensa en su madre, que se marchó con pesar en sus ojos al ver que su hija se quedaba sola, si pudiera verla ahora estaría tranquila ya que aunque tardó un poco en hacer su familia, ya no está más sola. Observa a cada uno en lo suyo y piensa en lo afortunada que es, en como desde que Jasmine volvió todo a cambiado para mejor. Sigue acariciando de manera despreocupada el cabello de Laura acostada en sus piernas y la adolescente se va quedando dormida de a poco, la mira le sonríe y se acurruca cuando toma el libro así no golpea su rostro, susurrándole "gracias mamá"

Ender y Laura se sienten al fin parte de una familia que aunque es reciente, ensamblada, algo rara y muy nueva. Sienten que reciben más amor de ellas que lo que recibieron alguna vez de sus propios padres. El joven observa a su hermana dormir con tranquilidad, luego voltea a ver a Jasmine concentrada cocinando y piensa que a falta de una madre que nunca los puso como prioridad la vida les dió dos mamás dispuesta a luchar por ellos y amarlos.

Todos se sienten en casa, finalmente esto en un hogar.

Enséñame a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora