V

254 39 0
                                    

Era viernes, y había sido su peor semana. Sabía que ser una buena estudiante no era una tarea sencilla, pero estaba más agotada de lo que pensó.

-Debemos ir

-No puedo, tengo horas de sueño que reponer.- Minji le había estado insistiendo por los últimos diez minutos de ir a una pequeña reunión con sus compañeros de clase al día siguiente, obviamente porque Pham Hanni iba a ir.

-Ándale. También va a ir Haerin, quizá puedas llevarte mejor con ella.

-¿Por qué quisiera llevarme bien con ella? - cuestionó a la defensiva, ya que no era normal que Minji mencionara a su compañera.

-Quizá porqué llevas una semana esforzándote para que no te vuelva a gritar.

-Minji, a nadie le gusta que le griten.

-O sea, no, pero siento que te estás esforzando de más.

-Claro que no. Aparte no solo lo hago por ella, también por mi y el bien de mi futuro.

-Si tú quieres seguir creyendo eso- y con eso Minji se alejo para acercarse a una fastidiada Hanni.

Era obvio que Minji estaba completamente perdida por la vietnamita. Pero ella no le daba ni la hora, y, aunque, no lo demostrará, sabía que a Minji le dolía como ninguna otra cosa.

Al principio se burlaba, se reía de la situación de su amiga, ya que no podía llegar a entender el dolor que podría llegar a sentir su amiga porque nunca había sentido tanto, poco, nada por una persona románticamente. Después con el tiempo vio como la morena estaba decaída, como solo veía a la nada y se perdía en sus pensamientos. Luego ver cómo lloraba por saber que no tenía la más mínima oportunidad con Hanni, y en ese momento le aconsejo que fuera detrás de ella, que luchará por ella.

Ahora no sabía si su consejo había sido el mejor, porque cada día Hanni se veía más enojada, irritada y fastidiada con la presencia de su mejor amiga; y Minji cada día estaba más decidida a no dejarla ir y usar cada momento para acercarse y coquetear.

Había intentado hablar con Minji un par de veces. Trato de decirle que quizá lo mejor era rendirse para que no ganará una enemiga y terminará más lastimada, pero solo obtuvo una discusión con la alta. Así que no lo intento más y dejo que se diera cuenta por si misma.

Decidió ir por un café al comedor para soportar sus últimas tres clases.

-Hola, Dani.

-Hola, Joohyun.

-Deja de decirme Joohyun, es muy serio. Simplemente dime Irene. - Hablo la chica que atendía la cafetería.

-Bueno... Irene- ambas soltaron una risa.

-Te ves cansada, ¿estás bien?

-No, he estado llegando temprano toda la semana y haciendo notas de cada una de las clases que tengo.

-¡Dios mío, Danielle! Que tortura - Hablo sarcásticamente antes de soltar una carcajada.

-No te burles, es realmente complicado.

-Claro, si tú lo dices.

-Me encantaría seguir escuchando tus ánimos, pero debo seguir siendo una alumna responsable - rodo los ojos al ver la sonrisa burlona de su amiga-. ¿Me das un Capuchino de vainilla?

-Sí, sí. Enseguida señorita.

Espero aproximadamente cinco minutos antes de recibir su café. De despidió alegremente de Irene y después de unas cuantas burlas de la mayor se marcho a su salón.
Aún tenía tiempo de sobra, pero prefería tomar si café mientras escuchaba música sentada sin nadie a su alrededor.

-Danielle, te estaba buscando - Se dio la vuelta al escuchar esa voz conocida-. Hola - Dijo Haerin al llegar a su lado -, ¿vas al salón?

-Sí, pero dime que pasa.

-Vamos juntas. - Parecía que su acompañante estaba nerviosa porque jugaba con sus dedos mientras caminaban-. Oye, quería pedirte disculpas... Sé que lo que dije no estuvo nada bien y me arrepiento como no tienes idea. No intento justificar mis acciones, pero si quisiera que entiendas mi punto de vista...

-Lo sé, no te preocupes. Yo no fui la mejor persona contigo y quizá me lo merecía - la interrumpió y sonrió para tranquilizarla, lo cuál, aparentemente, funcionó, ya que vio como su compañera se relajo y le regreso la sonrisa.

-¿Entonces todo bien entre nosotras?

-Claro.

Basorexia (Daerin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora