IX

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Definitivamente nunca le iba a decir a Haerin. La había cagado, y en grande, y lo sabía. ¿Ahora como podría ir a su salón y poder actuar normal frente a la alta?

Y esa era la pregunta menos importante a comparación de todas aquellas que habían surgido en su cabeza la tarde del domingo.
¿Por qué le había molestado tanto el comportamiento indiferente de Minji? ¿Por qué había ido detrás de ella? ¿Por qué le había dicho todo eso? ¿POR QUÉ LA HABIA BESADO?

Maldito Sunghoon y su maldito alcohol. Obviamente iba a culpar a esa bebida, probablemente adulterada, porque ella jamás besaría a la estúpida Kim, ¿cierto? La odiaba, y no había ser más detestable que ella, ¿verdad?

—Okay, me encantaría ignorarte pero esos resoplidos y esa cara de querer matar a cualquiera a tu alrededor me causa incomodidad. ¿Qué te pasa?

—Nada.

—Oh, me alegra ser mujer y saber que ese "nada" significa "todo". Dime.

—Lee, estoy bien.

—Hanni, ya. ¿Qué tienes?— Hanni se quedó en silencio, entonces la menor tomó la decisión de adivinar — ¿Te peleaste con Haerin? Ya les dije que es estupido discutir por cuál es su animal favorito, la rana... Okay, no es eso. ¿Estrés académico? No, ella te pasa todos los apuntes. ¿Peleas intrafamiliares? ¿Se rompió tu guitarra?

—Para, no es nada de eso.

—¿Minji? — intentó bromear mientras reía, pero al ver que la cara Hanni se endureció dejo de sonreír. —¿Qué te hizo? Y antes de que me digas que nada, le voy a decir a Haerin que estás mal por ese oso si no me dices.

La vietnamita se rindió y le contó todo lo que pasó, con lágrimas en mis ojos y sintiéndose horrible por sus acciones. Hyein no la juzgo, sabía que era un tema serio, entonces no interrumpió.

—Debes hablar con ella.

—¿Y decirle qué?

—"Lo siento", sabes que hiciste las cosas mal, entonces debes atender las consecuencias de tus acciones.

—Claro, llego y le digo "Hola. Oye, perdón por haberte comido la boca....

—"y que se repita".— la interrumpió Hyein ganándose una mirada de odio puro— O si quieres no, ya está en ti decirle lo que quieras.

—No le digas a Haerin, me va a matar. Piensa que Minji es una buena persona.

—¿No lo es? Las pocas veces que la he visto, se ve como una persona amable.

—No lo sé.

Ambas de quedaron en silencio, repasando todo lo hablado. Ninguna de las dos tenía el valor de preguntar si a Hanni le había gustado, una por miedo a un golpe y la otra por miedo a qué la respuesta sea afirmativa.

La bajita jamás se había cuestionado su sexualidad, ella era lo que se supone que "debe ser". Simplemente nunca había puesto de más su atención en ninguna chica. Obvio reconocía cuando una mujer era linda. Obvio quería ser amiga de esas mujeres lindas. Obvio intentaba acercarse a esas mujeres lindas, pero hasta ahí.

Bueno, ese no era el punto de sus pensamientos. Lo que ahora rondaba por su cabeza era la maldita de Kim Minji. No quería saber de su existencia, ni siquiera verla en pintura. ¿Le podría poner una orden de alejamiento? Claro que sí, lo haría.

Tenia pavor por ir al día siguiente a la escuela, no sabía cómo debería actuar. Maldito internet inservible, no había nada ahí sobre como actuar frente a una persona que besaste, pero, aclaro, no quería besar. ¿No le haría daño a nadie si faltaba no?

Actualmente la idea de darse de baja, e irse a otra escuela, o ciudad, hasta país, no sonaba mal. En realidad eran las mejores opciones que tenía, quizá hasta eran las únicas.

—Creo que debería irme, me siento completamente ignorada y yo necesito atención.

—Claro, nos vemos.

—Ya ni me ruegas. Está bien, Hanni, cuando quieras algo. — La chica se seco las lágrimas falsas, pero nada hacia que su amiga se sintiera un poco mejor. Así que prefiero darle su espacio e irse. — Tienes que hablar con ella, ¿okay?

Y esas fueron las últimas palabras que escuchó Hanni ese domingo, con sus pensamientos al punto del colapso. Temiendo a cada una de las respuestas de sus preguntas, queriendo dejar de pensar. Deseando que el maldito de Sunghoon nunca le hubiera dado de su maldito alcohol.

Basorexia (Daerin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora