Basorexia (Daerin)

VIII

—¿Qué mierda hiciste, Minji?

—La bese. — Danielle podía ver el arrepentimiento en la cara de su amiga, y cada una de la palabras que había escuchado salían lentamente y arrestadas, demostrando lo angustiada que estaba la coreana.

—¿Por qué?

—¡No lo sé! Todo pasó muy rápido, el impulso me gano y ¡pum! Estaba besando a Pham Hanni.

—No, no. Eso no funciona así, ¿cómo que un impulso?

—¡Lo fue, Danielle!  Ella se veía jodidamente bien, y... ella se acercó y... pasó, simplemente pasó.

La noche anterior

Había ido al baño. No se tardo ni cinco minutos para salir, pero al intentar regresar se encontró a los demás chicos en la sala de estar. Incluida Pham.
Pero no estaba Danielle. No se enojaría si no regresaba, ¿cierto? No le pasaría nada si no estaba con ella.

Se decidió acercar a el grupo de adolecentes, y para su suerte, y tortura de Hanni, el único lugar disponible era a lado de la vietnamita. ¡Que coincidencia!

En realidad, a lo contrario que todos creeríamos, no estaba intentando nada. Solo se sentó, convivio. No molesto a Hanni, no le coqueteo, ni siquiera invadió su espacio personal. Quizá las palabras de Danielle eran ciertas, y debería darse por vencida.

Podía notar a Hanni un poco tensa, pero no sé preocupo de más. Pero como una persona con humanidad, le dio más espacio. ¿Por qué Hanni parecía mas tensa? Se había alejado de ella mínimo unas tres veces, y en cada una de ellas Hanni estaba más tensa, y más y más. Se estaba cansado de eso, no debía soportar más rechazo por parte de la bajita, ella ya no quería estar para eso.

Se disculpo diciendo que iba a ver a Danielle, lo cual fue una completa mentira. No la iría a ver, quizá se estaba arreglando con Haerin, al ser las únicas que faltaban en ese círculo. Se levantó y se dirigió a la cocina.

¿Por qué tenía que ser Hanni? Una de las pocas personas que no la encontraban atractiva. ¿Por qué no podía ser como todos los demás y demostrar interés en ella?

Se sirvió un poco de agua y sintió pasos llegando al mismo cuarto en dónde se encontraba. No le dio importancia, en realidad ni siquiera le importaba. Estaba muy frustrada, tenía demasiados pensamientos en esos momentos como para que su alrededor le importará.

—¿Qué te pasa, Minji? — De pronto la voz de Hanni la hizo cambiar de opinión y volteo rápidamente.

—¿Qué me pasa de qué?

—¿Por qué estás tan distante? — Espera, ¿Hanni estaba borracha? Sus párpados se cerraban y sus palabras iban más lento.

—No, no lo estoy— agarro su vaso de agua y se la tomo de un solo trago—. ¿Estás borracha?

—Eso no te importa. Dime, ¿por qué estás tan diferente hoy?

Y todavía se lo preguntaba, no era suficiente el hecho de que la rechazaba cada que podía y hablaba de lo fastidiosa que era. Ahora estaba ahí, delante de ella, preguntándole por qué había cambiado.

—Porque quiero dejar de molestarte. Parece que me odias, y prefiero, mínimo, tener una buena relación de compañeras contigo que odio de por medio. Quiero que te dejes de sentir incómoda conmigo, y si para eso debo de dejar mis sentimientos de lado, lo haré sin dudarlo.— Hanni tenia la expresión más neutral que jamás había visto. ¿A caso no había escogido las palabras correctas?

—¿Y qué pasa si yo no quiero eso?

—¿Qué? — Apenas pudo murmurar eso, estaba confundida.

—Y si no quiero que me dejes de molestar. Y si yo no me siento incómoda contigo— con cada palabra la vietnamita se acercaba más y más —. ¿Y si no quiero que dejes de sentir por mí? — Al finalizar esa frase ya estaban a escasos centímetros de la otra.

—¿No quieres eso?

La otra no respondió, solo se alzó para alcanzar a la alta y rodeo el cuello de Minji con sus brazos. Se veían a los ojos. Aún cuando Minji estaba confundida tomo a Hanni por la cintura. Se seguían mirando a los ojos.

La bajita acercaba sus labios a la de la otra cada vez más.

—¿Estás segura?

De nuevo no hubo respuesta. Pero si un beso. Al principio era tranquilo, de esos en los que demuestras todos los sentimientos .

Se sentía como un sueño. Era un sueño hecho realidad. Estar besando los labios de la vietnamita, esos labios suaves, carnosos, con un toque de alcohol y cereza.

De pronto el beso se intensificó, ahora Hanni acariciaba con rudeza la nuca de Minji. Y Minji pasaba sus manos de la cintura a la cadera de Hanni.

Esto definitivamente era un sueño. Se sentía como estar en el cielo, caminando en cada una de sus nubes. Se sentía irreal, pero al sentir las mordidas en su labio inferior, lo hacían real.

A falta de aire se separaron y respiraban al unísono, tan rápido como podían. Se volvieron a ver a los ojos. Minji le dio la sonrisa más grande y radiante que jamás le había dado. Y Hanni.... Hanni la miro con la misma cara neutral, se dio media vuelta y se fue a paso rápido de ahí. Dejando nuevamente a una Minji dolida y confundida.

He aquí la última parte del maratón.
Muchísimas gracias por el apoyo, en especial a esas personitas que siguen la historia y votan en cada capítulo <3

Otra caso, aunque no había día de publicación oficial, generalmente eran los miércoles; ahora, aún sin ser un día de publicación oficial, trataré de que sean los lunes.