XIX

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—Paso uno, decirle a Danielle, tú, Haerin, ayudarás aquí.

—Lamentablemente lo tengo que hacer.

—Sí. Entonces le diremos que Hanni se va a disculpar y que... — la menor se vio interrumpida por la vietnamita.

—¿Es necesario que todos se enteren?

—Es su mejor amiga, así que si quieres que el plan funcione tendrá que enterarse — continuo Hyein —. Danielle le dirá después de clases a Minji que la acompañé a algún lugar, y ahí, por "casualidad", estaremos nosotras. Interactuaremos con ellas y le pides disculpas. Fácil. — aplaudió sonriente.

—¿A dónde la llevará Danielle? — la coreana mayor hablo con la boca llena de palomitas, ganándose una mirada de asco por parte de Hanni.

—A tu casa.

—¡¿Mi casa!?

—¡¿Su casa?!

—Claro, no hay mejor lugar. Todos sabemos que Haerin no tiene la suficiente energía para ir a algún lugar que no sea su casa.

—Pero ustedes sí.

—Hanni no le hablaría a Danielle fuera de la escuela, y yo ni siquiera las conozco bien, entonces es la mejor opción y no se cambia.

Las otras dos chicas suspirando, no les quedaba más que aceptar su destino y esperar al lunes para llevar a cabo su grandioso plan.

... . ...

Okay, la verdad no le encontraba la necesidad de involucrar a Danielle en este plan mediocre, porque claramente Hanni apenas viera a la morena rodaría los ojos y la ignoraría, entonces todo lo que estábamos a punto de hacer sería un desperdició. Pero ese no es el punto aquí. Hyein me estaba explotando el celular con mensajes que decían lo mismo: decirle a Danielle sobre el plan, y si se reusaba a cooperar, obligarla. Palabras textuales de ella, no mías.

Así que aquí estaba, esperando a mi compañera de clases en nuestro lugar "secreto", hace unos cinco minutos me avisó que ya venía, entonces no debería tardar en llegar. Aproveché para poner la playlist que ella había hecho especialmente para nuestros momentos en esta jardinera, e incliné mi cabeza para atrás.

Me sorprendían las vueltas de la vida, hace no mucho las únicas interacciones que tenía con aquella chica de linda sonrisa era para reproches y ahora me encontraba aquí, muerta de nervios, no solo porque le iba a contar del plan más tonto de mundo (si, estaba mucho más arriba que cuando fuimos por Haewon), sino porque últimamente todo lo que hacía ella era grandioso, todo lo que decía era entretenido y gracioso, sus mensajes alegraban el momento y su cercanía era mi perdición. Con solo tener su hombro a centímetros de mí causaba miles de cosquillas en cada célula de mi cuerpo, hace unas semanas creía que era porque apenas nos estábamos conociendo y, claramente, conocer personas nuevas nunca ha sido mi hobbie. Pero ahora, después de pasar esa etapa de no tener confianza y todo eso, seguía sintiendo esos nervios.

¿Lo peor de esto? Uno de esos días donde veníamos a la jardinera, me sorprendí admirando cada parte de su rosto, en la forma en los que sus pequeños pómulos se elevaban suavemente al sonreír, sus ojos cerrados por los rayos de sol que le pegaban directamente a la cara, pero aun así se negaba a intercambiar lugares, la forma en la que movía sus dedos al ritmo de la música, y, finalmente, me encontré observando sus labios. Fue tan raro que me fui casi corriendo de ahí, de suerte y me despedí. No entre a ninguna clase en lo que restaba del día, en cambio me fui a mi casa.

Esa tarde recibí decenas de mensajes por parte de Dani preguntando si estaba bien, obviamente le respondí hasta el día siguiente y los próximos días la evité, traté de no hacerlo muy obvio, pero creo que no lo logre. Solo hablaba con ella por mensaje, poniendo excusas sobre las muchísimas cosas que tenía que hacer y los planes que tenía con mis amigas; así que sí, esta iba a ser la primera vez en entre esta semana y la anterior que hablábamos en persona.

Basorexia (Daerin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora