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Capítulo 22. Okinawa

Nota de la autora: Hermana, ¡ponte los audífonos y escucha mi disco de piano de Shingeki no Kyojin mientras lees! No te arrepentirás. Puedes encontrarla en diferentes plataformas a través de este link:https://links.altafonte.com/jujutsukaisen

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06 de septiembre

Satoru's POV

—¿Quieres que ponga música? —Le pregunté a la princesa de la noche. Dios, esa mujer me traía estúpido completamente.

—¡PORFAVOR! ¡Qué gran idea Satoru!

Me respondió con esa sonrisa bellísima con la que nos controlaba a ambos. Puse el aleatorio y lo primero que sonó fue "Attention" de Charlie Puth. Jane había decidido tomar una pausa antes de continuar con nuestra noche, no sé si lo hizo para torturarnos, ambos estábamos desesperados por penetrarla y devorarla. Ella estaba recargada sobre el pecho de Suguru, que se encontraba sentado en la cabecera de la cama con las piernas abiertas y Jane en medio, ella levantaba los brazos al ritmo de la canción.

—¡wuuuuu! ¡Es tu canción Satoruuu! —gritó tan juguetona que me prendió.

—¿Quéeee? Jajaja ¿de qué hablas?

—¡You just want attention! ¡You don't want my heart! Jajajajajaja —Jane cantó en sincronía con la canción.

Probablemente se había vuelto loca por el éxtasis de la sustancia que ella misma había preparado y que nos habíamos inyectado minutos antes. La miré con los ojos entrecerrados reprendiendola por la crueldad de su broma.

—¡OYE! ¿cómo supiste que no quiero tu corazón? ¡Lo que quiero es una mordida, vamos cariño, solo una!

Me puse en posición de acecho y me lancé a ella sin importar que estuviera recargada sobre Suguru, la tomé por las piernas y la arrastré hasta mí, ella gritó entre risas. Los tres estábamos desnudos. Suguru se levantó por un cigarro, a pesar de su seriedad ya no se sentía el ambiente cabreado como en un inicio.

—jajaja ¡Suéltame! ¡No eres un perro! Bueno sí pero no literalmente así que ¡no me muerdas!

—¿Qué dijiste? —Me incliné hacia ella —¿Con esa boquita besas a tu amado Suguru?

Esa era probablemente la broma más pesada y graciosa que me había dicho así que por mucho que me molestara no podía negar que quería morirme de risa. Para ese momento ya le había quitado la venda de los ojos y había quedado por ahí, en la orilla de alguno de los sillones.

—Oye, podrías volverte rica con esa medicina tuya —dije mientras bebía un vaso de agua helada y analizaba el frasco de donde habíamos preparado las jeringas.

—Tal vez.

Jane le quitó el cigarro a Suguru y fumó mientras lo abrazaba. El cabrón no le tocaba más que la espalda. Admiro verdaderamente su nivel de autocontrol, si fuera yo, estaría intentando penetrarla en ese momento. Ella tenía el cuerpo más espectacular que había visto en mi vida. Había comenzado a sonar "A little Death" de The Neighbourhood. Jane era melómana, prácticamente podías controlar su estado de ánimo con música.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó Suguru.

—Hambrienta.

Le respondió con la voz más seductora del mundo y acto seguido, se hincó frente a él para hacerle un oral. Él la miraba con tanto deseo que su expresión había quedado congelada en un par de ojos felinos entrecerrados. Le acariciaba el cabello, maldito romántico.