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Capítulo 39. El fuego que no quema

Nota de la autora: Hermana, ¡ponte los audífonos y escucha mi disco de piano de Jujutsu Kaisen mientras lees! No te arrepentirás. Puedes encontrarla en diferentes plataformas a través de este link:https://links.altafonte.com/jujutsukaisen

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30 de mayo

Satoru's POV

Geto seguía entre nosotros a pesar de que se había largado hace meses, estorbándome desde adentro de la mente de la mujer a la que intentaba amar.

No dejaba de pensar en la última vez que habíamos intentado tener sexo. Para mí, esa noche iba a convertirse en la primera vez que tendríamos intimidad desde que ella estaba "libre" emocionalmente pero, para sorpresa de ambos, Jane se encontraba lejos de estar libre. Si lo ponemos en mejores palabras, Jane era completamente prisionera de los recuerdos con ese cabrón.

Aún así, los sentimientos que tenía por ella me otorgaban el deber de cuidarla y protegerla. Y no pensaba renunciar a ese deber por nada del mundo.

Cuando Jane se convirtió en escolta del servicio secreto dejó de tener guardaespaldas. Sin embargo, seguíamos viviendo juntos en el departamento de Suguru. Ella se negaba a salir de ahí.

Aquella mujer que llegó a brillar como el sol, estaba sumergida en una tristeza que la marchitaba.

Por un momento había creído que su tolerancia a mis bromas había aumentado, sin embargo lo que había disminuido era su energía vital, aquella energía que la motivaba a ganarme en todas nuestras competencias. Cuando llegue el momento, voy a acabar con sus enemigos, aunque eso me lleve a perderla.

Prefiero mil veces contemplarla felíz desde la distancia que vivir cerca de ella y observar cómo su brillo se apaga dolorosamente.

Estaba harto de verla llevar la vida a la que había sido orillada, estaba cansado de verla prisionera.

Kento, Jane y yo fuimos llamados de emergencia a la oficina de Masamichi después de recibir un reporte de amenaza de ataque a uno de los templos más importantes del país.

Con apenas dos meses en el servicio secreto, Jane se había convertido en uno de los miembros más importantes. Ganaba casi el doble que yo y eso, era absurdamente impresionante. A mí me habían asignado aquel sueldo en cuanto mi apellido había salido a la luz, nunca me habían impuesto ningún exámen. En cambio a ella, le habían hecho nueve exámenes en total desde que había entrado al servicio secreto. Literalmente su altísimo salario podía comprobarse en documentos.

El colegio se paraba de cabeza para tenerla contenta y eso solo demostraba el ridículo miedo que tenían de que ella decidiera usar su técnica ritual para fines ajenos a los del colegio.

La trataban como si lo más importante para ella fuera el dinero pero, a pesar de la enorme cantidad que facturaba mensualmente, Jane jamás salía de compras, comía básicamente vegetales preparados en casa, si es que comía. Nunca salíamos a comer a restaurantes ni teníamos actividades recreativas. Su vida se limitaba a estudiar, descansar y completar misiones de alto rendimiento.

Masamichi tenía el semblante amarillo. Como si hubiera enfermado de preocupación. Se tomó un respiro antes de extendernos las carpetas con todos los datos de la próxima misión.

Ninguno estaba acostumbrado a abrir las carpetas, por respeto a recibir las instrucciones orales primero, así que ninguno de los tres se movió de su asiento.