Satoru Gojo y Suguru Geto son asignados como guardaespaldas de una hechicera de grado especial que tiene una misión clara, acabar con el asesino de su clan. Esta misión no le permitirá tener una relación con ninguno de los dos pero, ambos están deci...
¿Qué tal escuchar Riko in the Aquarium versión con lluvia con este capítulo hermana?
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Nota de la autora: Hermana, ¡ponte los audífonos y escucha mi disco de piano de Jujutsu Kaisen mientras lees! No te arrepentirás. Puedes encontrarla en diferentes plataformas a través de este link:https://links.altafonte.com/jujutsukaisen
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03 de Junio.
Satoru's POV
Desperté con el primer rayo de luz que se filtraba por la ventana. Me giré hacia Jane que aún dormía profundamente a mi lado, su rostro estaba relajado a pesar de todo lo que cargaba en su interior. Por un instante, me permití recorrer cada detalle de su expresión. Sabía que en cuanto ella despertara, la realidad nos golpearía de nuevo.
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Las malditas emociones me retorcían el estómago como una comida mal pasada. Por un lado, tenía la confianza inquebrantable que había construído con ella y por otro, la traición más cruel que había experimentado en mi vida por parte del que alguna vez llamé mi mejor amigo. Y ahora, tanto ella como yo, sabíamos que debíamos matarlo.
Jane comenzó a moverse, despertando lentamente. Aparté la mirada justo cuando sus ojos se abrieron, para evitar enfrentar la verdad en su rostro. Ambos sabíamos lo que debíamos hacer.
—Satoru... —dijo Jane, su voz apenas era un susurro.
—Lo sé.
Nos sentamos en silencio durante unos momentos, dejando que la gravedad de la situación cayera sobre nosotros. No era solo mi deber entregarle al gobierno la cabeza de aquel criminal, esto era personal.
—¿Estás lista? —pregunté, sin apartar la mirada del frente.
Ella asintió, pero sus ojos decían lo que sus labios no podían: el dolor que sentía por el conflicto interno de tener que enfrentar al hombre que alguna vez amó.
—No tenemos opción, ¿verdad? —murmuró ella, aunque ya conocía la respuesta.
Negué con la cabeza —No. No la tenemos.
Dos horas después, a las 7 a.m., la imprudencia de Kento llegó a la puerta. Jane lo recibió pero, a diferencia de otros días, no lo saludó con la efusividad de siempre.
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