Between Hallways and Promises

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Mientras caminábamos por el pasillo, sentía la mano de Evans en la mía. Aunque me llenaba de calidez, algo me inquietaba. Habíamos avanzado mucho juntos, caminando sin miedo ante las miradas curiosas de los demás, pero en el fondo, no podía dejar de pensar en que, a pesar de todo lo que habíamos vivido, Evans nunca me había preguntado si éramos oficialmente novios. Simplemente parecía asumir que lo éramos, como si fuera algo natural. Y aunque me agradaba la idea, algo dentro de mí seguía esperando esa pregunta formal, algo más claro.

El ambiente en la escuela era emocionante; el baile de graduación estaba a la vuelta de la esquina, y la temática de disfraces de los 90s hacía que todos comentaran sus ideas para la gran noche. En los pasillos, los estudiantes hablaban sobre las series y películas icónicas de esa década.

"No puedo creer que vayamos a tener una temática tan genial para la graduación. ¿Tú ya sabes cómo te vas a disfrazar?" le pregunté a Evans, intentando iniciar una conversación. Pero él, como siempre, mantenía esa actitud calmada, como si nada de esto fuera realmente importante.

"Bueno, sí. Pensé que podríamos ir como 'Titanic'. Tú de Rose, y yo de Jack," soltó, como si fuera lo más obvio del mundo.

Me quedé paralizada por un segundo, el aire se sentía más denso alrededor de mí. ¿Titanic? Esa era una de mis películas favoritas de los 90s, una historia que había visto un sinfín de veces. El nombre de la protagonista, que además coincidía con el mío, siempre me había hecho sentir una conexión especial con la película. Pero lo que más me impactó fue que Evans lo supiera.

"¿Cómo... cómo supiste que esa es mi película favorita?" logré balbucear, sintiendo cómo el calor subía por mis mejillas.

Evans se encogió de hombros, con esa media sonrisa que solía ponerme nerviosa. "Presto atención más de lo que crees. Siempre la mencionas cuando hablas de películas de los 90s. No fue muy difícil de adivinar."

Sentí una oleada de emoción y sorpresa. ¿Cómo podía él haber captado algo tan importante para mí, algo que apenas compartía con otras personas? No lo podía creer.

De repente, decidí soltarlo disimuladamente, sin mucha expectativa: "¿Es oficial entonces? ¿Vamos a ir como pareja al baile? Porque, hasta donde yo sé... nunca hicimos nada oficial, ¿no?" solté una risa nerviosa, esperando que él captara la indirecta.

Evans soltó una pequeña risa nerviosa cuando se dio cuenta de lo que acababa de decir. "Tienes razón... en realidad, aún no te he pedido nada oficialmente", admitió, bajando la mirada por un instante. Sus mejillas, para mi sorpresa, se sonrojaron levemente, algo que no veía muy a menudo en él. "Supongo que me adelanté un poco, pero... no te preocupes, te voy a sorprender pronto. Estoy planeando algo especial para ti," añadió, mirándome de nuevo con una sonrisa que me hizo sentir ese cosquilleo familiar en el estómago.

Mi corazón dio un vuelco, pero no quise dejar que el momento pasara sin aprovechar la oportunidad de hablar de algo que había estado rondando mi mente por un tiempo. "Evans... ya que estamos hablando de cosas pendientes, hay algo que me sigue inquietando. Lo que escuchaste hace un tiempo sobre Alexa y Michelle... ¿qué era exactamente?"

Tan pronto como mencioné el tema, vi cómo su expresión cambió. Su sonrisa desapareció casi al instante, y su rostro se tornó serio, distante. Parecía que lo había llevado a un lugar incómodo. "No es algo de lo que quiera hablar ahora, Rose," dijo con firmeza, como si cerrar esa puerta fuera su única opción.

Sentí un pequeño nudo en el estómago. Sabía que había algo más detrás de lo que él había escuchado, pero no quise presionar. "Está bien," respondí suavemente, aunque no pude evitar sentir que esa conversación estaba lejos de terminar. Aun así, decidí no insistir. Era evidente que ese tema lo afectaba más de lo que pensaba, y no quería arruinar el momento que estábamos compartiendo.

Continuamos caminando en silencio por el pasillo, con nuestras manos aún entrelazadas, pero una pequeña sombra de duda se había instalado entre nosotros. Aunque sabía que él me sorprendería pronto con algo especial, también sabía que había cosas en su mente que aún no estaba listo para compartir conmigo. Y eso, de alguna manera, me preocupaba.

Decidí dejarlo pasar y pensar en otra cosa, como las citas con la nutrióloga, que estaban dando frutos: había perdido cinco kilos en un mes, lo cual me hacía sentir más segura de mí misma. Y ahora, con el baile de graduación en el horizonte y el disfraz perfecto decidido, sentía que las piezas comenzaban a encajar. Aunque había sido un mes lleno de cambios y desafíos personales, como mis citas médicas y mi alejamiento de mis amigas, Evans estaba ahí, atento a los detalles que importaban.

Mientras seguimos caminando juntos, no pude evitar pensar en lo lejos que habíamos llegado. Tal vez no habíamos hablado de ser novios oficialmente, pero en ese momento, mientras él elegía un disfraz que significaba tanto para mí, supe que las palabras no eran tan importantes como lo que estábamos construyendo juntos.

Primer AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora