Ethan:
Pocas semanas después...
—¡Ay, Dios mio, ayúdameee! —me quejé, impaciente e indeciso. Me encontraba en mi habitación del penthouse junto a Anna, mi mejor amiga, quien durante todo este tiempo había estado al tanto de mi reconciliación con el amor de mi vida y, ahora, viajó a Canadá solo para presenciar el momento más feliz de mi vida. Mientras tanto, Alex se encuentra en otra parte ya que ni debemos vernos hasta cuando empiece la ceremonia. —¿Cuál traje crees que me queda mejor? ¿Este negro, este azul marino o este blanco? —levanté mis manos con las cuales sostenía los colgadores de ropa.
Ella rió.
—Por Dios, Ethan, como se nota que sigues siendo el mismo, ¿eh? Ni en tanto tiempo transcurrido haz aprendido a decidir.
—Sorry, pero ese soy yo, amiga. Y la que puede puede.
Anna suspiró y se cruzó de brazos, observándome como si estuviera evaluando la decisión más importante del universo.
—A ver, cariño, empecemos por lo básico. ¿Cómo te quieres ver hoy? ¿Elegante y clásico? ¿Moderno y audaz? ¿O angelical y puro? —preguntó, señalando los tres trajes con su manicura perfectamente hecha.
Fruncí el ceño, indeciso.
—No lo sé… quiero verme perfecto. Es mi boda, Anna. No puedo permitirme un error de moda.
—Si eso es lo que te preocupa, entonces definitivamente el azul marino. —dijo, tomando el traje de la percha y colocándolo frente a mí. —Te hace ver sofisticado, pero sin parecer que vas a un funeral.
—¿Y el blanco? —pregunté, dudoso.
Anna arqueó una ceja y me miró como si acabara de sugerir salir en pijama.
—El blanco está bien… si quieres parecer el pastel de bodas en vez del novio.
Solté una risa, nervioso, y dejé el traje blanco a un lado.
—Ok, azul marino será. Dios, no puedo creer que me case en unas horas.
—Créelo, cariño. Y más te vale no echarte para atrás, porque volé desde el otro lado del mundo para verte caminar hacia el altar. —bromeó, dándome un suave golpe en el brazo.
Respiré hondo, intentando calmarme.
—No me echaré para atrás. Amo a Alex. Siempre lo he hecho.
Anna sonrió con ternura y me abrazó.
—Lo sé, Ethan. Y créeme, esta vez es para siempre. Te quiero mucho, amigo.
—Y yo a vos, pendeja. —reí, antes de abrazarla de nuevo. Luego entré al baño para vestirme.
***
Alex:
Mientras tanto, en casa de una familiar mio, yo terminaba de ajustarme la corbata frente al espejo. Respiré ondo y me pasé la mano por mi cabello recién lavado, reflejando ansiedad.
—No entiendo por qué estás tan nervioso, papá —dijo Noe desde el sillón, balanceando las piernas—. Si tú y papi ya viven juntos, ¿qué cambia?
Sonreí y me giré hacia él.
—Cambia todo, hijo. Es un compromiso, una promesa. Hoy le digo a todo el mundo que Ethan es el amor de mi vida y que voy a estar con él para siempre.
Noe frunció el ceño, pensativo.
—Pero tú ya sabías eso.
Solté una risa baja y me arrodillé frente a él, acomodándole la corbata del pequeño traje que llevaba puesto el.
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Las clases del Alfa
Romance〔PARTE 1 Y 2 DISPONIBLES〕 Ethan, un estudiante universitario omega, lleva tiempo enamorado de su profesor alfa, Alex. Así que, para llamar la atención de su profesor, Ethan decide empezar a bajar su rendimiento y tener malas notas apropósito. Con es...