Las clases del Alfa

Capítulo 26: Se que te mueres por...

Ethan:

Con salimos del cine ya era de noche.

Alex nos trajo a mi hijo y a mi a nuestro departamento y después el se fue. Todos estos últimos días habían sido super complicados para mi puesto que tener que resignarme a la idea de compartir a mi hijo era algo a lo que me costaba acostumbrarme. Alex es el padre de mi hijo, lo sé, pero me desagrada bastante tener que dejar que Noe salga junto a él todos los sábados y quizás que cosas hablaran.

Pasó otra semana más y era solo mirar para darse cuenta de lo ansioso que estaba Noe por volver a salir con Alex. Cuando llegó, me despedí de mi querido hijo y el junto a Alex se marcharon. Ahora me encontraba en mi departamento, solo, y lo único que se me ocurrió fue llamar a mi mejor amiga para juntarnos en alguna parte.

***

Ya en la noche mi hijo volvió a mi departamento de la mano de Alex. Este otro llevaba una bolsa de papel en su mano derecha.

—¡Papi! —corrió a abrazarme. —Alex me compró juguetes.

—¿En serio? —pregunté a Noe, disimulando la emoción que sentí.

Justo cuando iba a agregar algo más, mi hijo corrió emocionado hacia su habitación con la bolsa de papel en su mano. Me quedé en la sala, junto con la compañía de mi ex profesor. No hace falta decir que el silencio que reinaba entre nosotros era más que incómodo.

—¿Y tú ya te...?

No pude terminar la frase ya que Alex dio un paso hacia mí hasta que quedé completamente acorralado contra la mesa. No quería ni mirarlo, no podía... el solo hecho de volver a mirar directamente a sus hermosos ojos me hacía sentir una nostalgia tremenda.

—Ethan, se que tú no quieres hablar conmigo, pero me gustaría saber porqué te pusiste tan indiferente conmigo. Así, de la nada. —se encogió de hombros con las cejas alzadas. Después, al ver que yo no respondía, se inclinó más a mi hasta que su cuerpo se pegó al mio.

—M-mueve, Alex. Y por favor vete. —intenté alejarlo poniéndole la mano en el pecho, pero este no se movió. Mi nerviosismo comenzó a crecer sin parar, podía sentir su respiración golpeando mi rostro y su aroma a Alfa rodearme entero.

—No, Ethan, no. No pienso moverme ni mucho menos irme hasta que hablemos. —afirmó con el menton alzado. Intenté hablar, pero me era imposible y solo me quedó agachar la cabeza para no verlo directamente. —Ethan, mírame.

Esta vez usó su tono dominante y frío, el cual usaba hacía tres años atrás cuando eramos... algo. No pude evitar hacerle caso como si fuese un maldito Sumiso de mierda.

—Ethan, se que aun me amas pero lo disimulas con tu indiferencia. Se que te mueres por que esté a tu lado, por besarte, por controlarte... —fue diciendo mientras deslizaba su pulgar por mi labio inferior. Mi corazón estaba a nada de salirse de mi cuerpo. —Sé que también te mueres por que volviéramos a estar juntos, y más aun desde que aparecí de la nada en la feria de halloween.

Y en ese momento, todo pareció detenerse. Solo existiamos el y yo, en un espacio super pequeño y a escasos milímetros el uno del otro. Y sin previo aviso y darme tiempo de reaccionar, Alex me agarró del menton y procedió a juntar sus labios con los míos en un salvaje beso.