4-La propuesta de Alyn Velaryon

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4- La propuesta de Alyn Velaryon:

“Nadie ofrece ser reina solo porque sí”.

Con los pies descalzos como le gusta viajar caminó sin rumbo por las calles, se preguntó dónde se había metido Leysa con sus hijas pues no las vio por ninguna parte, tal vez huyó protegiendo lo poco que aún tiene y no la culpa si es así.

Con sus días en pobreza, también llegaron los ladrones a los cuales despachó con facilidad. Intentó recordar alguna pista, ¿su madre realmente le dejó una gran dote escondida? Está segura que sí, pero no puede descifrar dónde.

“Lo sabrás cuando llegue el momento”, siempre confió en sus palabras.

Sentada en una esquina vio a la gente cruzar con una botella en la mano, debe dejar la bebida uno de estos días o morirá ahogada. Su cabello estaba hecho una maraña, solo pudo pensar en la pobre Shara quien debe estar asustada y Jasn'ham no puede hacer nada al menos que recuerde donde su madre dejó su dote.

«Todo por unas monedas», siempre le gustó el oro y las extravagancias, ahora que de ello depende la integridad de su hermanita no vale tanto a su parecer.

—Jasn'ham Lohar —habló un hombre vestido con el color azul que tanto odia, Jasn'ham asintió y una arcada subió por su garganta, vomitó justo en los pies del hombre y este retrocedió asqueado.

—Soy yo —respondió limpiando su boca, el jugo cayó por su boca, sabe a vino —. ¿Quién me busca?

El hombre se presentó como un enviado de Alyn Velaryon y Jasn'ham prendió todos sus sentidos, no lo creyó y quiso sacar su espada la cual es lo único que lleva consigo.

Hasta que el sujeto le entregó un papel doblado el cual Jasn'ham leyó una y otra vez saliendo de a poco de su ebriedad:

El secreto del que le hable: Su madre fue envenenada antes que ese asesino la haya apuñalado. Tanto el veneno como el hombre que le quitó la vida fueron enviados por su primo Lozzar Lohar para deshacerse de su madre”.

Dejó caer sus brazos a los costados, claro que lo sabía, todos lo saben en realidad y lo ignoran.

—Llevame con tu señor, quiero saber por qué anda detrás mío como un perro en celo —mencionó levantándose y sacudiendo la tierra de sus pantalones.

El hombre la llevó hasta un barco en el puerto donde hombres con el animal acuático esperaban, algunos le escupieron pues sabían de donde venía: “Lohar”.

—Al parecer mi madre dejó una gran impresión en ustedes —se burló.

En el camarote principal un hombre que no había visto jamás se sentó ante ella con una expresión tan o más seria que los otros, notó también a Lasdon Velaryon parado a un costado con sus brazos firmes y muy callado cual estatua.

Nadie mencionó las fachas terribles de Jasn'ham Lohar, tenía tanta mugre que podría ser un mendigo perdido, aunque una sonrisa cuelga de su cara alargada, esos ojos hundidos ven el mundo con suma atención.

—¿Me busca, Lord Velaryon? —empezó con su tono divertido —. Jamás creí estar en un barco Velaryon tan plácidamente.

El hombre se presentó como Alyn Velaryon y la invitó a tomar asiento, Jasn'ham lo hizo muy gustosa y con su típico gesto escupió a un costado sin importarle que sea una habitación limpia y ordenada.

—Tengo algo que usted desea y usted tiene algo que yo deseo —dijo Alyn Velaryon —. ¿Dónde está el príncipe Viserys?

«Ya entiendo», meditó un segundo para soltar una carcajada, «carajo, no tengo idea», pero fingira que sí la tiene. Estos días todos esperan que ella confiese sobre asuntos que no sabe ni su sombra.

Almirante Lohar (Aegon III) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora