8- cumplir su parte

42 8 1
                                    

8-Cumplir su parte:

“Lo olvidé”.

«Carajo lo olvidé», ella le había prometido a su socio el paradero del príncipe Viserys Targaryen.

Con Shara de nuevo en sus brazos donde la puede proteger, no pudo evitar lanzar unos sollozos lastimeros.

Sin embargo cuando quiso bajar del barco con su hermanita de la mano las espadas se interpusieron, para su sorpresa Gehild Tully avanzó para enfrentarse a quienes sacaron sus armas.

—¿Qué significa esto? —preguntó el pelirrojo con el ceño fruncido y su espada en la mano apuntando al guardia.

El septo se bajó de su altar para arreglar sus vestiduras y salir sin pena alguna, él no ha visto nada de lo que ocurrió aquí, aunque claro, si es llamado ante el rey dará fe de esta unión, hasta entonces su boca está sellada.

—La señora no puede marcharse sin revelar el paradero del príncipe Viserys —dijo Lasdon, el sol casi se escondía —. Esto no es según nuestra voluntad sino la de su rey y ahora marido, pide a su señora —Sacó una carta de su chaleco para leerla en voz alta —. “Esposa mía, te ruego develar el paradero de mi hermano menor, si me tiene respeto como su esposo lo hará”.

Jasn'ham tragó en seco, casi olvida ese pequeño detalle, ¿dónde está el príncipe Viserys Targaryen? Con Shara abrazada a su cuerpo recordó algo, sucedió hace cinco años.

Un día, cuando Shara era más pequeña y le contó una historia, con sus propias palabras le relataba a la niña:

El día en que derribe a un dragón, soplaba el viento y hacía frío, el invierno estaba cerca y nuestra madre lo sabía.

Oí de la llegada de un mediador proveniente de King's Landing, un tipo alto rubio llamado “Tyland Lannister”, me escabullí al campo principal para ver qué causó tanto alboroto y hallé a nuestra madre luchando en el lodo del tipejo, lo hizo puré con sus manos.

Aunque aceptó su solicitud, su odio por la serpiente marina fue grande, no me dejó marchar con ella en su navío pues: ‘será la guerra más grande que hayan visto los siete reinos en el mar’, le advirtió.

El mata dragón, una especie de lanza tirada por una gran tanza que solo puede ser usada entre más de cinco hombres para que despegue del suelo, mi madre puso fe en este nuevo invento el cual elevó la espíritu de su flota. Aún así, por más que se mostrara segura de sí misma, a todas mis insistencias siempre respondía: ‘No’.

Sin embargo, a mis quince años recién cumplidos las ansias cegaron mi juicio e hice una idiotez digna de una paliza, me colé entre los jóvenes marineros con una armadura robada que me quedaba grande en aquel entonces. Los dos días navegando hacia Gaznate estuvieron cargados de nerviosismo, la verdad, tenía miedo pero también estaba emocionada... Que ingenua fui.

Nuestro barco no llegó al punto de fuego en las costas, fuimos acechados por una criatura en el cielo y dimos la vuelta, mi emoción se convirtió en miedo al caer la noche y con el manto negro se vio la figura de un dragón en el cielo”

En este punto la niña la detenía para preguntar: “¿Un dragón de verdad?”, claro que era un dragón de verdad.

La danzarina lunar, el dragón de la temible princesa Baela Targaryen. Todos estaban condenados.

“El agua comenzó a caer del cielo y pude ver a la criatura volando en el cielo, entre los árboles nos acechó, también vislumbré el «mata dragón» aún intacto en la proa, corrí hacia él y me subí con mucha dificultad.

El fuego se extendió sobre nuestras cabezas como una manta infernal, las velas quedaron encendidas y se oían los gritos de los hombres.

Jamás había manejado un arma semejante, nunca fui lo suficiente buena con las flechas, en realidad las detesto. No sé de dónde salió mi valor para intentarlo, gracias a los dioses la tanza ya había sido preparada para usarla contra el dragón del príncipe Jacaerys.

Me gusta creer que una mano divina guió la lanza, ni siquiera podía ver con tanta lluvia cayendo.

‘¡Flash!’, salió disparada la gran vara directo al animal alado y este dio un rugido, sentí un líquido caliente rociarme y grité por el ardiente dolor, era color negro y olía tan fuerte como aceite.

A la mañana siguiente me hallé con los brazos abiertos tirada en la maleza a la orilla del río, podía sentir mi cuello y parte de mi rostro en carne viva, apenas el sol salió supe que la batalla había culminado y el clamor a lo lejos hizo saber: «ganamos».

Cuando mi madre me encontró su expresión era fiera, me miró en la cama en la cual me habían colocado y dio vuelta para abofetear varias veces a alguien pero no pude ver a quien pues el dolor fue ensordecedor, pasaron varios días y viajé en el barco principal que quedó en pie.

Una de esas noches pude oírla discutir con un hombre, él era un sujeto de baja estatura y con una gran barriga de cerveza.

—¿Y a quién se lo darás tú, Bazanne? —preguntó la voz de madre algo exaltada —. Aceptaré su peso en oro, está bien alimentado después de todo. Pero quiero saber qué harás con él.

«Bambarro Bazanne», el magíster Bambarro.

—Los Rogare lo cuidarán por mí como los Kalil cuidan tu oro en sus criptas, Almirante Lohar —respondió el magíster”.

Cómo no lo recordó antes, en ese entonces solo se retorcía en la cama sumida en dolor, con el tiempo las quemaduras se transformaron en marcas de guerra dando testimonio que la hija de Sharako Lohar derribó al dragón de la princesa Baela Targaryen, muchos se lo tomaron como un rumor poco creíble y ella misma solo lo alardea cuando está ebria pues tampoco desea despertar viejos resentimientos.

Se dice que la bestia sobrevivió para poder enfrentarse con el dragón del rey Aegon II en una lucha aguerrida, al final de la batalla el animal pereció. Siempre se preguntó si fueron las heridas que ella le causó lo que provocó su derrota, si es así entonces mejor.

Ahora todos apuntan sus armas en su contra preguntando dónde está el príncipe Viserys, siempre lo supo aunque el recuerdo estuviera enterrado por los días en fiebre.

—Con los Rogare —soltó cortando la tensión, todo bajaron sus armas asombrados —. El príncipe Viserys fue vendido a la familia Rogare, se le tiñó el cabello y no sale nunca del patio interno... Vayan por él si así lo quieren —sentenció —. Vamos, Shara.

Con su hermanita en sus brazos salió caminando por la tabla que daba a la playa, no miró atrás y solo se dirigió al barco que su “marido” le había regalado. Debe tener cuidado con ese joven rey, no es tonto y ni ninguna oveja obediente, algo le dijo que estar bajo su mando es igual de peligroso que estar en su contra.

.


.

.








Spoiler: A Jasn'ham se le escapa un día borracha que ella hirió a danzarina lunar.

Almirante Lohar (Aegon III) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora