18- Hablemos del divorcio

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18- Hablemos del divorcio:

“Un gran noble debe desposar a una noble dama... No a un pirata con ambiciones y un gusto pervertido por su cuerpo”.


“Shara enfermó de tristeza, no desea probar bocado y se la pasa todo el día mirando el muelle en espera del regreso de su hermana mayor”, decía la carta.

La mañana en la que recibió la noticia de la enfermedad de su hermana Shara solo pudo correr a encontrarse con el maestre Kendric, entró al estudio apresurada y le preguntó dónde se hallaba el rey.

El maestre ya sabía de la reciente cercanía de la almirante con el rey, le instruyó: “No lo perturbe, está en los jardines cuidando a sus aves”.

¿Perturbar? No lo hará, solo desea hablar de un tema muy importante con urgencia, ya es hora de volver a casa. Fue un viaje tan interesante, sacará buenas anécdotas para contar en los bares en Lys.

El jardín de las aves no es un lugar donde todos puedan ingresar, ella solo lo hizo gracias a su reciente cercanía: «le chupo el pene todas las noches».

Siempre y cuando él esté de humor le chupará el pene como si su vida dependiera de ello, está orgullosa de su buen trabajo, se lo notó más relajado estos últimos días y hasta podría decirse de buen humor.

Ante las jaulas delicadas y rodeado de platas lo vio parado, muy diligente en su cuidado no apartó su atención del pequeño pichón en su mano.

—Majestad —llamó, los guardias nunca la detienen.

—Hmm —lanzó el joven de espaldas, podía saber que es ella y se relajó, hasta ese “hmm” se sintió como un tarareo agradable.

Jasn'ham nunca se imaginó que fuera ella quien debiera tocar este asunto, ya pasaron demasiadas semanas y aún no la libran de su deber como la pared que protege al rey, su escudo, también una espada en su mano lista para cumplir su deber.

—Debemos hablar —dijo Jasn'ham, habló con suavidad, no es propio de ella.

El joven notó la extrañeza y giró la cabeza para verla, ese día solo se peinó el cabello plateado a los costados y se puso una camisa simple, no hay muchos asuntos que atender en la corte gracias a la ayuda de Alyn Velaryon y Unwin Peake, aunque parezca más una lucha entre ambos que una preocupación real por el reino.

—La escucho, almirante Lohar —respondió.

«¿Debo decirlo ahora?», Jasn'ham colocó sus manos en su espalda para pararse lo más recta posible y levantó la barbilla, no es asunto de pasión sino de trabajo, no debe por qué afectarle de algún modo.

—Estoy aquí para hablar acerca del divorcio —soltó, su voz firme, es una parte del trato del que debe estar al tanto el rey.

No es extraño que ella negocie sus términos, con ello en mente esperó la respuesta, un: “Hablelo con Alyn Velaryon”, “puede retirarse, su labor será recompensado con un barco de oro puro”, esa idea la puso de buen humor, hizo tanto, ¿cuál será su recompensa?

—¿Divorcio? —mencionó el joven, su tono se complicó y puso al pequeño animal en la jaula.

Por fin había llegado el momento de terminar aquella farsa y librarse del yugo real, Jasn'ham se hallaba radiante, hasta que notó la extrañeza del joven, la miró de costado como si ella estuviera demente.

El rey parecía sacado de lugar, su rostro estoico tuvo un cambió por primera vez ante los ojos sorprendidos de Jasn'ham, tuvo una sensación de estar perdiendose de algo.

—¿No era parte del trato, mi rey? —preguntó como si dijese algo lógico —. Alyn juró... —Al instante calló, sería mejor no mencionar sus tratos con Alyn Velaryon ante el rey.

Almirante Lohar (Aegon III) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora