21-Casarse

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21-Casarse.

“Tan vez lady Peake quiera dar otro paseo”.

Verlo sentado delante suyo con sus ojos firmes, no podía creer lo que oía:

“La ceremonia de rectificación”, es una segunda boda donde el marido y la esposa están cara a cara, en la sala hubo silencio.

—Los Lores no aceptarán a una reina extranjera —Quien rompió el silencio fue Lord Baratheon quien se había unido a la sala de juntas hace muy poco, él mismo pretendía presentar algunas de sus hijas pero cuando conoció más a fondo el carácter peculiar del rey desistió: Quien se atreva a hacer tal cosa se gana un boleto solo de ida al destierro.

El rey desposó a su actual mujer en una ceremonia representativa la cual puede como no puede tener peso alguno, la joven es hija legal del almirante Sharako Lohar de la triarquía lo cual representa un verdadero problema.

Jamás tuvieron tal cosa como una reina extranjera, sin embargo, el rey es viudo, normalmente los segundos matrimonios son más flexibles.

Los ojos de todos se posaron en la lysena quien solo se quedó en su silla sin querer moverse, puede sentir la presencia de Alyn Velaryon aplastandola.

—Ya nos hemos casado e intimado, no hay nada que se puede hacer —Palabras cortas como siempre pero de gran impacto.

La ola de murmullos no se hizo esperar, Jasn'ham quería que él volviera a hablarle pero no de esta manera, inclusive aún guarda algo de rencor por los rumores de su cercanía con lady Peake.

—¡No lo acepto! —dijo Unwin, su rostro estaba blanco como una sábana —. ¡Es una... perdida!

No hubo tiempo para asombrarse pues Alyn Velaryon se apresuró a levantarse.

—¡Rata traidora! —Alyn Velaryon dio un golpe en la mesa y señaló hacia una Jasn'ham muy sorprendida, nunca esperó un arrebato como aquel por parte de un hombre tan sereno como Alyn Velaryon, debe estar furioso.

—¡Quién se cree que es para levantar la voz en mi salón! —exclamó al rey sin pararse de su alta silla, tenía las manos cruzadas sobre la mesa y vio a Alyn Velaryon con veneno —. Y... ¿refieriendose así a mi esposa?

El hombre alto y moreno dio una reverencia y salió de la sala antes que haga algo de lo que se arrepentirá, o será colgado.

Quien se quedó fue Lord Unwin, el violáceo de sus ojos oscuros se tornó peligroso al verlo, la misma Jasn'ham supo que él joven rey estaba colérico luego de que la llamarán ramera.

«Ey, no es para tanto, sí lo soy», quería decirle a Aegon pero es mejor morir callada. Aunque admite haber quedado muy aterrada al oír el castigo que el rey le dio a Lord Peake, cuando se enoja puede ser un tirano.

Esa tarde lo fue a buscar en el jardín donde supo estaba colgando sus jaulas adoradas, Jasn'ham ahora debe usar vestidos largos los cuales le dificultan el movimiento, o solo quizás no está acostumbrada.

—Hm —Él volteó al verla llegar y la ignoró como es costumbre.

—Mi rey —empezó.

—Y tu esposo —la interrumpió Aegon para rectificar su posición.

—Esposo mío —se corrigió —. Espero que sea consciente que me está obligando a romper un contrato solo por un capricho.

Tenía un enojo que no pudo desquitar, la expresión estoica del joven se deformó en una desagradable, dio un chasquido y se paró firme ante ella.

—Mi señora —se acercó con su semblante disgustado, la apuntó con su dedo —. Nunca vuelva a faltarme el respeto, la perdonaré hoy.

Jasn'ham comprendió de inmediato su gran error y se disculpó, enfadada abrió la boca de más. La cercanía con el joven la puso tensa.

Almirante Lohar (Aegon III) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora