6- Las cartas del rey

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6-Las cartas del rey:

"No hay que preguntar cómo los grandes hombres hacen las cosas".

-¡Hemos vencido!

El bullicio llevó de nuevo a la joven líder a la tierra, vio los barcos destruidos y decenas de cuerpos regados por las costas, algunos flotando en el mar.

Es una de las primeras batallas y no será la última, tiene un gran barrido que se debe extender a las islas adyacentes, este no es fin.

Al marchar a la residencia del gobernador de alba solo pudo ver aldeanos afligidos mirándola con sumo rencor y odio, nada fuera de lo normal.

El hombre quien era un aún joven y tenía un rostro serio solo aceptó su destino jurando que su alma descansará pues su hijo continuará su legado.

-¡Jasn'ham Lohar! -gritó el hombre con la cabeza en el tronco listo para ser decapitado -. ¡Traidor a tu tierra! ¡Obtendrás tu merecido!

«Mi merecido es un cofre repleto de oro», bajó su espalda dorada rebanando el cuello del gobernador y su cabeza rodó hasta la turba furiosa, sin embargo, nadie más se atrevió a mover un dedo por temor a ser el siguiente en el tronco.

-¡Este es el regalo que le prometí al rey Aegon! -Levantó la cabeza del suelo enseñandola a sus hombres -. Ahora debemos ir por la del gobernante de olas negras y la princesa que rige en la menor.

Alba es una isla hermosa, con árboles altos y gente ancha, también son filosos en sus intentos de envenar su agua, gracias a los dioses ya conoció a más de un Dorninenses y puede diferenciar un agua pura y una turbia.

Junto con su primero al mando se fue preparando para la respuesta de las islas hermanas, y la obtuvieron en breve pues esa misma noche otra flota se dirigió al lugar con fervor.

-Ahí vienen de nuevo -dijo Gehil Tully a su espalda, ambos se miraron y entendieron, esto será una guerra continua, sin ningún tipo de descanso.

Su herida no es grave pero sí muy molesta, tiene al rojo cuidando su espalda, al parecer fue el deber que se encomendó.

Jamás fue una luchadora empedernida pero sí una dura, por más de no poseer un tamaño considerable como las mujeres guerreras de las islas ocultas, tiene el legado de su fiera madre corriendo por sus venas.

Así la segunda batalla con los isleños, dirigidos por el hijo del gobernador supo, se dio de noche.

Los barcos de los Velaryon no poseían «mata dragones» pues es una gran ofensa hacia la casa real, Jasn'ham deseó con todas sus fuerzas que no sean tan «majigatos lame culos» y pongan las ballestas en los barcos.

Pronto el hijo del gobernador desistió en su intento por recuperar alba y se alejó con sus barcos, tal vez se dirige a olas negras donde unirá fuerzas con otras flotas.

Por primera vez Jasn'ham Lohar tuvo el presentimiento, contempló la posibilidad, de no ganar. El gobernador de alba tenía razón en algo: «Su hijo es inteligente», un sudor frío le corrió por la espalda.

Con el rostro completamente sucio por el lodo y sangre, su nariz con ligereza fracturada y sus cabellos alborotados se sentó ante la escena de alba, esos barcos alejándose le dieron un mal presentimiento.

Al amanecer llegó una carta de un mensajero quien llegó en un barco espacialmente para entregar el sobre. Jasn'ham quedó sorprendida mientras comida en la mesa del difunto gobernador, sinceramente ni le interesa qué disturbios hacen sus hombres en el pueblo, solo lo ignoró centrando su atención en todo lo que pudieran saquear de la residencia.

En la mesa también se sentó su primero al mando, los comandantes de otros nueve grandes barcos y un joven erudito que por alguna razón viaja con ellos, cree que es el sobrino o hijo de alguien con influencia.

Indecisa abrió la carta, del sobre cayó un pequeño papel el cual desenrolló intrigada:

"Le deseo suerte en su enfrentamiento".

Una sola línea, la letra curvada y elegante con una tinta oscura, Jasn'ham no supo qué pensar.

Los comandantes, quienes la mayoría eran hombres de piel oscura y cabellos blancos, algún que otro pelirrojo como su primero al mando, todos se quedaron observando a la almirante leer la nota curiosos.

¿Esta es la carta de un rey a su socio más allá del mar? Al parecer pues no tiene ninguna otra instrucción, de seguro habla más fluidamente con Alyn Velaryon y es él quien sigue sus estrictas palabras.

Además, las cartas llegaron en destiempo pues su enfrentamiento en alba ya pasó, ahora sigue olas negras donde primero buscará algo de apoyo en cuanto a suministros por parte de Alyn Velaryon, a veces no puede creer que la casa Velaryon este subsidiando su guerra.

En realidad es ella quien pelea cual perro para ellos, aunque mientras ambos obtengan lo que quieran es un buen trato.

-Bien -soltó escondiendo la nota en su manga -. Continuemos -pidió y los comandantes supieron que ella no revelaría lo que el rey le dijo.

Tomaron control total de alba sembrando caos y un régimen cruel los siguientes siete días donde la almirante Lohar instruyó saquear todo lo que pudieron, si alguien se resiste debe ser ejecutado de inmediato.

«Es una guerra, no un paseo por el jardín», se dijo calmando su alterada conciencia que le pedía dejar al pueblo el paz y retirarse.

Quién sí caminó por un jardín con los nervios a flor de piel fue el maestre Kendric, se preguntaba: "¿Habré hecho bien al aconsejar al rey? Esa mujer está actuando de una manera demasiado cruel".

Aunque no hubiera esperado menos de un Lohar, recordó al alimenta cangrejos, los lysenos llevan la crueldad grabada en los huesos.

Su rey estos días no se encerró en su habitación, normalmente siempre iba a su estudio donde atendía los asuntos de estado y de regreso a su dormitorio para encerrarse hasta el día siguiente.

Ahora entrena por las mañanas, obtuvo diestros espadachines para pulir sus habilidades y comió con más frecuencia.
También fue informado de los actos déspotas de su prometida en alba, pero solo agitó su mano sin darle importancia alguna.

Como su intermediario también supo de las cartas que le enviaba a la joven, ¿ambos están consolidando una relación a espaldas de todos? Si es así no puede juzgarlo, solo aconsejar: "No se deje llevar por las palabras de las mujeres".

Para sorpresa suya el rey no recibía respuestas y esto lo puso con un humor lúgubre, no le habló a nadie por tres días consecutivos.

-Si lo que aflige su corazón es la falta de respuestas solo debo recordarle que la almirante ahora mismo tiene una gran guerra a su espalda, no puede hacer llagar sus mensajes tan lejos o con rapidez. Tenga la certeza que lee sus notas, en medio de la guerra los soldados necesitan una motivación, no escribe en vano, mi Rey -informó una mañana el maestre, el joven se removió en su silla y asintió.

Las únicas noticas que llegaron fueron por parte de Lasdon Velaryon quien reposa en Lys, de la flota en alba no recibió carta alguna, es algo lógico pues en medio de un asedio no hay tiempo para cosas como escribir y gastar recursos en palabras que no sean estrictamente de planeamiento militar.

"La almirante cumplió su promesa y le cortó la cabeza al gobernador de alba, la enseñó a su tripulación en honor al rey Aegon a quien llamó: 'el rey que se extenderá por el mar'.

Se le ordenó dejar el control de alba y partir a una península cercana, recobrara fuerzas y junto con mis barcos en conjunto partiremos a Olas negras donde el hijo mayor del difunto gobernador de alba ha reunido una flota considerable".

El maestre leyó fuerte y claro, el joven Rey con sus manos apoyadas en los respaldos de su silla prestó atención a cada palabra, luego pidió un papel y tinta para escribir una nota a la almirante.



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Lasdon el típico sujeto que se ve duro pero ama juntar parejitas.

Almirante Lohar (Aegon III) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora