2- Un rey joven

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Un rey joven:

“Él es lo que el reino necesita”.

Maestre Kendric:

“Al pueblo pretendo darle paz, comida y justicia”, esperó demasiado tiempo para oír aquellas palabras.

Su rey creció, en su cumpleaños número dieciséis se paró ante el consejo como un adulto, aunque siempre pareció más viejo de lo que realmente era, y dijo tales palabras que dejaron a más de uno con la boca abierta.

—El rey no está teniendo varios factores en consideración —se apuró a interrumpir uno de los lores, es Lord Brome “estúpidamente aferrado al poder” lo apodó el maestre en su cabeza.

Sin embargo, la verdadera piedra siempre será el hombre delgado y alto con una barba puntiaguda como sus ojos filosos: «el perro de picaestrella».

—Soy el regente y no lo habló conmigo en privado —dijo el mencionado, Lord Unwin Peake parándose de su asiento.

—He cumplido la edad propicia, Lord Unwin —lo interrumpió el joven parado en la punta, todos en el salón de reuniones se miraron los unos a los otros.

Al pueblo pretendo darle paz, comida y justicia. Si eso no basta para ganar su favor, mandemos de viaje a Champiñón. O quizá a un oso bailarín; una vez me dijeron que nada gusta tanto a la gente sencilla como los osos bailarines. También pueden cancelar el banquete de esta noche: envien a los señores de vuelta a sus castillos y repartan la comida entre los hambrientos”.

El maestre casi cae de su silla por la risa, se tuvo que cubrir la boca con fuerza ante las miradas furiosas de los señores.

La tensión en la reunión del consejo en ese día era palpable, el joven rey despidió a casi todos, hay algunos que se aferraron con uñas y dientes a su posición negándose a abandonar el castillo, uno de ellos fue Lord Unwin Peake, aunque pasó a ser Lord mano y no regente.

La era de los regentes había terminado con las palabras del joven:

Esa será mi política: estómagos llenos y osos bailarines”, casi ridiculizando a sus antiguos regentes al despedirlos, el maestre quiso dar una carcajada pero se contuvo, el rey no hacía otra cosa más que hundir el orgullo de esos lores.

La situación aún no está pedida para la mayoría, no para quienes tienen hijas en edad de casarse: La reina Jaehaera saltó de la torre, ella se suicido.

El viejo maestre sin duda llegó a la conclusión: “fue empujada, mi rey”, le susurró al oído al joven rey quien solo miró hacia otro lado, en esa cabeza mil ideas revoloteando aunque su rostro esté congelado hasta los huesos.

Si de algo se enorgullece el maestre Kendric es de su relación cercana, si no echarlo de su estudio se puede considerar cercano, con el joven. El viejo fue nómada por un tiempo hasta ser llamado por el círculo con la llegada de Aegon III al poder, el viejo ya había vivido dos reinados y no deseaba estar envuelto en esas confabulaciones. Sin embargo, cuando conoció al dichoso rey era solo un niño ingenuo y débil, algo en el corazón del viejo se encendió al verlo rodeado de víboras estranguladoras, así se mantuvo en un rincón solo deseando hacer una buena acción para lavar sus pecados anteriores en su vida y tal vez poder ascender al cielo con una buena obra.

La mañana en la que el rey Aegon lo llamó a su estudio sin nadie más presente supo que él joven tenía una idea en su mente, lo primero que vio fue su figura al raz de la ventana y sintió miedo: «No saltará, ¿verdad?».

La espalda recta y con la mirada hacia el cielo, Aegon notó su presencia y le invitó a tomar asiento con un gesto desganado de su mano.

Hubo un momento de incómodo silencio, aunque con el rey siempre hay momentos de silencios prolongados.

—Alyn Velaryon quiere que me case con su sobrina y Unwin Peake me presentará a su hija —habló por fin —. ¿Cuál de los dos es peor? —le preguntó cómo si se tratarse del clima.

No hay un mejor aquí, solo unos peores que otros.

El maestre Kendric es consciente que con la partida de Cregan Stark al norte, el joven rey solo lo tiene a él con quién poder hablar de estás desiciones tan importante. Podía aprovecharse, hacer alianzas según su beneficio y escalar, el rey es hosco con cualquier otro que no sean sus hermanas, el bufón «maloliente», su catador de vinos Gaemon peloblanco, y el maestre Kendric. El viejo no puede traicionar la confianza del joven, eso lo destrozaria más de lo que ya está.

—Ninguno —respondió y Aegon giró desde su ventana para verlo con intriga —. No elija a ninguna, es lo que les conviene a ellos, haga una elección propia sin tener en cuenta los intereses de nadie más que los suyos.

El joven entendió y asintió, aún así le preguntó: “Tiene a alguien en mente”.

Al viejo le llenó el corazón que su rey lo tenga en tan alta estima, ¿tener a alguien en mente? Demasiadas, alguna señorita del norte que no sepa de las confabulaciones y solo se dedique a ser un soporte para su esposo, sin embargo, no puede hacer tal elección.

—Es su esposa de quien hablamos, mi rey —el anciano se levantó para caminar hasta el joven, este no se sintió incómodo con la cercanía del viejo lo cual es un gran logro pues el rey Aegon odia el contacto humano —. El matrimonio es una unión sagrada, divina. No es un contrato político, debe tomar su desición por su propia cuenta pues será su vida la que se entrelazara con otra y será esa mujer la que le dé herederos.

—Sin embargo... —interrumpió el joven.

Sin embargo, debe elegir a uno de los dos.

—No acepte la propuesta de Alyn Velaryon —Claro que está al tanto de sus conversaciones con Alyn Velaryon —. Que él acepte la suya —afirmó con fuerza.

El maestre Kendric Lannister quien fue echado del castillo durante el reinado de Viserys I por su Lord mano Otto Hightower gracias a confabulaciones que no vio venir, esta decidido a no ver lo mismo ocurrir dos veces: «No pondrán a sus hijas al lado del rey».

El viejo viajó mucho y vio muchas cosas, cosas nuevas e interesantes durante sus expediciones, tenía una noción clara de las posibilidades infinitas del mundo. También está bien enterado de lo que ocurre en las tres hijas, se dice que el almirante al cual le gustaba vestir de mujer fue asesinado hace unos meses dejando como heredera a su hija mayor quien es igual o peor que el mismo almirante.

Las ideas alocadas fluyeron por la cabeza perspicaz del anciano, si no puedes ganarles en su juego entonces cambia las reglas, cambia a los participantes hasta lograr cambiar por completo todo el juego, ¡hazlo uno a tu favor! Donde solo tú sabes cuál pieza es cuál y como moverlas.

El joven rey del aura melancólica pero ojos firmes ese día platicó con su maestre de confianza hasta altas horas, se encerraron casi todo el día discutiendo las posibilidades.

La llamada serpiente Lannister fue acusada muy pronto de poner ideas irreales en la cabeza del joven rey aprovechandose de su corta edad, el mismo Lord Unwin lo confrontó en los pasillos un día.

“Estoy aquí para servir, si me piden mi consejo lo daré. Y si quiere saberlo, sí, fue una plática acerca de la futura esposa del rey”.

Unwin se marchó con las manos vacíos jurando regresar y aplastar a la serpiente Lannister, esta está ansiosa preguntandose si Unwin Peake es tan letal como Otto Hightower o solo una escusa barata, una mera sombra del gran susurrador.



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Se viene matrimonio arreglado :D



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