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La luz radiante del sol, entrando por la ventada, anunciando otro caluroso día. Todavía estaba acurrucada en su pecho, sintiendo el calor de su cuerpo y su respiración tranquila.

Me moví un poco para mirarlo, profundamente dormido. Su rostro parecía tan pacifico, transmitia tanta paz. Le acaricié el pecho despacio, sin querer despertarlo, disfrutando de ese momento.

No quería moverme, no quería que se terminara esa sensación de estar juntos después de tanto tiempo sin vernos. Su cumpleaños, el hecho de que estuviéramos solos, se sentía como un pequeño regalo más para mí, que para el.

Cerré los ojos otra vez, intentando quedarme dormida de nuevo, aunque en el fondo sabía que todo esto terminaría en algún momento, que la distancia volvería a separarnos. Pero por ahora, solo me quedaba disfrutar ese instante, su compañía, y la tranquilidad de saber que, al menos por esa noche, durmió conmigo.

Valentín se movió, despertándose. Sentí cómo su brazo se apretaba un poco más alrededor de mí, y abrió los ojos despacio.

—¿Te desperté? —pregunté en voz baja, mirándolo.

—No, tranquila. —respondió con una sonrisa somnolienta— Buenos días, hermosa.

—Buenos días, cumpleañero —dije, mientras le acariciaba la mejilla con el dorso de la mano—. ¿Dormiste bien?

—Con vos siempre duermo bien —susurró, acercándome más a él. Su mirada tenía algo de tristeza.— no quiero que esto termine, me gustaría despertarme así todos los días.

—tenemos un par de días ¿No?

Valen asintió, pero su tono seguía siendo serio.

—Sí, pero después... vos en Córdoba, yo en Buenos Aires. Volvemos a lo de siempre.

Suspiré, bajando la mirada. Era cierto, y aunque tratába de no pensar en eso, la realidad nos alcanzaba cada tanto.

—ya sé, Valen. Pero mientras estemos juntos quiero disfrutarlo, sin preocuparnos porque va a pasar.

—Tenés razón —admitió, su mano acariciando suavemente mi espalda—. No pensemos en eso.

—Exacto —sonreí, intentando animarlo—. aparte, ya estás más viejo, necesitás disfrutar el momento. —me reí.

—¿como que más viejo? Recién cumplo 21 —bromeó, haciéndose el ofendido.

—Ya estás en las dos décadas y un año, no te hagas —me reí, apretando sus mejillas.

—No me importa la edad —dijo, volviendo a mirarme serio—. Solo quiero que vos estés conmigo. Eso es lo único que me importa.

Lo miré a los ojos sintiendo un nudo en el estómago. Sabía lo que significaba para los dos estar juntos.

—Yo también quiero estar con vos, Valen -—le respondí, sin apartar la mirada.

Sonrió, aunque se notaba que sus pensamientos seguían ahí. Me besó suavemente en la frente y me abrazó más fuerte.

—Vamos a estar bien —susurró—. Siempre estamos bien, ¿no?

-—Sí —respondí.

Se quedó en silencio por unos segundos, como si estuviera procesando el momento, y después habló de nuevo.

—Te extrañé tanto... No sé cómo aguanté tanto tiempo sin verte —susurró.

—Yo también te extrañé. Te juro que no veía la hora de verte. —Lo miré a los ojos y sonreí—. Y ahora estás acá, quiero aprovechar cada minuto con vos.

La Fotógrafa del Freestyle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora