Estos últimos días me estuve sintiendo bastante bien, pero es un sube y baja constante que te hace mierda. Lucas siempre tan compañero conmigo, tenía toda la responsabilidad encima de sus hombros. Se hacía cargo de mi, de hacer la comida, de pagar las cosas, limpiar, y sobre si eso fuera poco también tenía sus cosas de la FMS.
—Ju, el otro día hablando con mi viejo... —empezó a hablar mientras cocinaba— me dijo que sería bueno que vieras a tus papás, que vayas y los visites. ¿Qué decís?
—No se, Lu. Tengo miedo de que mi mamá me descubra. —le confesé con algo de miedo.
—¿Porque te descubriría? —preguntó, dándose vuelta para mirarme.
—Por mi cuerpo, las marcas y demás. —le dije, jugando con los puños del buzo.
—Hace frío y con un buzo no se ve nada. —hablo tan seguro.
—No sé… Aunque sí me gustaría verlos. Pero, yo no quiero quedarme ahí. —dije pensando en la posibilidad de no vivir más con él.
Se dirigió hacia mí, poniéndose en cuclillas y se apoyó en mis rodillas.
—¿Estás loca? Vamos y volvemos juntos, no me voy a separar ni un segundo de vos, mi vida. Estás viviendo conmigo, y eso no va a cambiar. —dijo, tan firme que logró calmarme.
—¿Podemos ir está tarde? —pregunte, con algo de entusiasmo.
—Si, mi vida, le aviso a tu mamá. —me dijo, y volvió a la cocina.
A las 18 hs en punto, estábamos parados en la puerta de casa esperando a que nos abrieran. Mamá corrió a mí, envolviendome con sus brazos protectores de siempre. Nos sentamos a tomar mates, con un budín que nos había hecho.
—Hija, contame cómo estás... Es realmente horrible lo que pasó. —dijo, como siempre sin importarle nada.
—Si, la pasé muy mal, me afectó mucho. —intentaba hablar sin llorar, Lucas tomaba mi mano por debajo de la mesa.
—¿Tanto te afectó que bajaste de peso? —me pregunto mi mamá sin filtro.
—Lo encontré muerto, fui yo quien lo vio primero. —respondí como si mis sentimientos se hubieran apagado en ese momento.
Sentí que me costaba respirar, necesitaba salir afuera a tomar aire. Así que me levanté, sin decir nada más y fui al patio. Respire hondo un par de veces hasta sentirme mejor.
—¿Estás bien, mi vida? —preguntó Lucas, detrás de mí.
Camine hacia él para apoyarme en su pecho y que me abrazara, para sentirme a salvo.
—Creo que fue mala idea venir, necesito volver a casa. —susurré.
—Un ratito más y nos vamos, ella no sabe por lo que estás pasando... Si querés cuando te pregunté cosas así le respondo yo. —me dijo, buscando una solución a todo.
—No, no. Está bien, yo puedo. —dije no tan segura.
Agradezco que mi madre no pregunte más cosas sobre Tadeo, o sobre mi estado, o cosas que me ponían mal.
—¿A qué volviste a Córdoba, hija? —pregunto, cuando me senté en la mesa.
—Me vine a hacer unos análisis, el papá de Lucas me los hace gratis, por qué no tengo obra social. —mentí, realmente no le importaba.
—¿Estás embarazada, Julieta? —preguntó sorprendida.
—¡¿Qué?! No. Es porque estoy anémica nada más. —le dije otra mentira, no importaba.
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La Fotógrafa del Freestyle.
FanfictionSolo una chica amante de la fotografía y del freestyle.