14. Rincón exquisito

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VERANO, HACE 10 AÑOS

La primera noche de fiesta comenzó con ellos llegando a las once a la explanada donde iba a ser, a esa hora todavía no había prácticamente nadie, solo un par de grupos de la edad de sus padres y otro grupo de chicos que debían tener su edad, normalmente la gente de pueblos cercanos se trasladaba para las fiestas. No les importó, era su primera vez haciendo algo así y se sentían mayores. Tenían hasta las dos, debían estar muy pendientes de la hora si querían evitar un castigo y que no les dejaran salir al día siguiente. No sabían si era mucho o poco, pero como era la primera vez que Juanjo y Martin salían en el pueblo, no se habían atrevido a exigir más. Juanjo probablemente podría haber conseguido algo más de tiempo, pero Rebeca aun se preocupaba, todavía veía a Martin pequeño. Juanjo no iba a insistir en algo en lo que su mejor amigo no iba a estar.

La música empezó a sonar por los altavoces y el grupo de chicos hizo un círculo para que Martin en el centro pudiera demostrar sus habilidades, iba a clases de baile y moverse al ritmo de las distintas melodías le salía natural, pronto todo el grupo se fue animando y empezaron a bailar todos con todos. Juanjo con Martin, Denna con Ruslana y Chiara con Alex. Denna se giró para bailar junto con los dos últimos, mientras que Ruslana aprovechó para coger a Juanjo del brazo y que bailara con él, lo que hizo encantado, haciendo a Rus dar vueltas sobre si misma mientras que esta última lucía una sonrisa triunfante.

Martin decidió no entretenerse mucho mirando la escena, uniéndose a sus otros amigos que seguían bailando sin pensar en nada más, pero la ausencia de Juanjo y Ruslana en el grupo se hacía notable para él, que había desarrollado un sensor que detectaba a Juanjo en cada momento.

—A Rus le gusta, me lo dijo ayer volviendo a casa —dijo Kiki en el oído de Martin, desviando la mirada a la pareja que seguía bailando sin parar.

—No puede gustarle, le conoce hace horas —contestó Martin, más a la defensiva de lo que debería, pero el pensamiento ya se le quedó incrustado en la cabeza.

—Bueno, ya sabes como es Rus —dijo Chiara, como si eso terminara de explicarlo todo, lo cierto es que lo hacía y eso no le gustaba nada a Martin— ¿Crees que tiene oportunidad?

Martin no quería ni imaginárselo, Juanjo y Ruslana besándose, era una imagen poco natural, parecía incorrecta, algo que no debía pasar y entonces le cabreó que su amiga se hubiera encaprichado con su mejor amigo. Pensaba que como mínimo debería respetarle en eso. Lo que no entendía entonces es por qué estaba enfadado con Juanjo ¿por darle falsas esperanzas a su amiga? porque eran falsas ¿verdad? quizás no lo eran, los dos eran atractivos, habían besado antes a otras personas y tenían una personalidad muy parecida, Martin pensó que encajarían bien cuando se enteró que sus amigas volverían antes ese año, pero no esperaba que eso significara que fueran a liarse. ¿Iban a hacerlo? Ahora que les miraba no le parecía tan rara la idea.

Él no sabía cómo funcionaban estas cosas, nunca había besado a nadie.

—No —contestó seco a su amiga, pero realmente no era lo que creía, era lo que esperaba.

Esa noche fue la primera vez que ignoró a Juanjo en un mismo espacio, le daba vergüenza las ganas que sentía de marcar territorio, de cogerle del brazo y alejarle de su amiga. Lo peor es que no entendía que era lo que dentro de él le llevaba a querer actuar así.

—¿Qué te pasa? ¿he hecho algo? ¿han hecho algo mis amigos? —preguntó Juanjo una hora más tarde, acercándose a su amigo, que se había girado hacia Chiara en cuanto Juanjo había tenido la intención de bailar con él. Chiara había intentado integrarle, pero Martin actuaba diferente.

—Nada, estoy cansado, ya está —contestó Martin. Esa era la explicación que había dado a su mal humor. Necesitaba dormir, tenía que ser eso.

14 Veranos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora