VERANO, HACE 8 AÑOS
No hubo marcha atrás, ese beso en la habitación de Juanjo con la película de fondo había sido un antes y un después en su decimotercero verano juntos. Habían llegado a la cumbre de la montaña y ahora era el momento de asomarse al precipicio y decidir que si caían, lo harían de la mano.
A partir de ese momento, las muestras físicas de cariño comenzaron a ser más habituales. Se pasaban los días uno encima del otro, escondiéndose de todos, besándose en la cama de Juanjo en mitad de la noche procurando no despertar a nadie. La necesidad que sentían de tocar el cuerpo ajeno era inmensurable, tenían 16 y 17 años y sus hormonas guiaban cada una de sus decisiones. A pesar de ello, en ningún momento de ese verano se plantearon que entre ellos existiera algo más allá de lo físico, más allá de una atracción correspondida y resuelta.
De todos modos, estaba claro que debían hablar, debían fijar desde un principio las bases de lo que fuera que estaba sucediendo, porque la comunicación siempre había sido su mejor cualidad. Por eso, una mañana, después de haber estado besándose desenfrenadamente en casa de Juanjo, habían ido al mirador. Al banco. A su lugar.
—¿Qué cojones estamos haciendo? —preguntó Juanjo, de pie, mirando al horizonte y no a Martin, porque a pesar de haber estado mirándole a los ojos entre sus sábanas hace un rato, esta conversación sacaba su lado más tímido.
Martin sabía que Juanjo se bloqueaba más cuando se trataba de hablar estos temas, ambos reconocían la importancia de una buena conversación, pero a Juanjo la práctica se le complicaba más, aun cuando Martin era con quien más fácil sabía expresarse. Por eso, Martin se levantó del banco y se acercó hasta quedar justo detrás de él, posando una mano en su hombro. Sabía que Juanjo era menos directo, tendía a tener muchos pensamientos por segundo que a veces le costaba exteriorizar o formular.
—¿Fluir? —ofreció como respuesta.
—Joder, Martin —Juanjo se giró a mirarle, frustrado por no encontrar una respuesta clara, pero sabiendo que no la había. No hasta que ambos no dijeran qué pensaban. Aun así, a Juanjo le tranquilizaba que la conclusión no podría ser negativa, no cuando los dos estaban tan dentro del otro.
—Hemos venido a hablar ¿no? —contestó su amigo buscando calmarle, sabiendo dirigir la situación, bajando la mano de su hombro para acariciarle de forma reconfortante la espalda—. Ven, vamos a sentarnos y la única norma es que podamos expresarnos con libertad.
Le recondujo al banco y, una vez más, se fijó en las iniciales, las iniciales que cada verano parecían tomar un significado diferente, cada año las miraba y, aunque seguían iguales, sentía que tenían una capa de profundidad añadida.
—No quiero que las cosas se compliquen —admitió Juanjo—. No me siento distinto por ti, todo sigue igual salvo por el hecho de que a veces siento el impulso de tirarme encima.
Eso era a lo que más vueltas le había estado dando Juanjo, lo que más le confundía, porque él no había sentido nunca nada por nadie, así que no sabía cómo funcionaban estas cosas, los sentimientos todavía eran un terreno por descubrir para él, pero no sentía que sus sentimientos por Martin hubieran cambiado. Sabía que existía una atracción física que antes no había estado, pero quitando el deseo, no creía sentir nada más allá.
Tenía la suerte de que aunque le costará expresarse, Martin entendía lo que decía, porque no era nada que él no se hubiera planteado con anterioridad, estaban los dos juntos en eso, era la misma situación. Sin embargo, Martin había dudado más, había tenido muchas conversaciones con él mismo que no le llevaban a ninguna parte, había buscado dentro de él qué había cambiado, porque estar con Juanjo hacía que sintiera ruiseñores cantando, pero eso no era nada que no hubiera sentido los veranos anteriores a aquel.
ESTÁS LEYENDO
14 Veranos
RomanceJuanjo ha pasado todos los veranos de su vida en el mismo sitio, un pueblo pequeño, sin nada que hacer y lleno de gente mayor. Sería fácil quejarse del aburrimiento o de la falta de gente de su edad, podría decir que preferiría quedarse con sus amig...