15. Insurrección

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ACTUALIDAD

Martin se encontraba tumbado en su cama, se les había pasado el efecto del alcohol, todos se habían ido ya a su casa, todos menos Chiara, que estaba tumbada a su lado. Martin sabía que tenía que hablar con ella, llevaba un tiempo queriendo llamarle para tener una de sus conversaciones telefónicas de horas poniéndole al día, pero que estuviera allí era mejor. Necesitaba hablar con su mejor amiga, dejar su mente fluir y escuchar lo que tuviera qué decirle o aconsejarle.

—Nos hemos pasado un poco con Juanjo ¿verdad? —interrumpió Chiara el silencio que habían creado entre ellos. Habían dormido juntos la siesta, ambos sabían que necesitaban dejar unas horas pasar antes de tener la conversación.

—¿Un poco? —preguntó irónico Martin, aún era posible escuchar un deje de enfado en su voz.

Podía llegar a entender lo que había estado cruzando la mente de sus amigas, sabía que no habían actuado con maldad, pero le parecía muy feo como habían tratado a Juanjo hace unas horas, sobre todo cuando él no lo estaba haciendo. Sabía que existía un instinto protector entre los tres, él también saltaría si sus amigas se vieran amenazadas, pero si Juanjo había sido su amigo y él había decidido invitarle, esperaba que sus amigas al menos fingieran falsa cordialidad. Sobre todo cuando él todavía no había hablado con ellas.

—Échame la bronca antes de que hablemos si quieres —contestó su amiga.

—Creo que con la que te va a echar Violeta luego tendrás suficiente.

Ya habían roto el hielo, Martin sabía que ahora era momento de, por fin, poder abrirse y de una vez tener a alguien con quien poder compartir todas las ideas contradictorias que habían cruzado su cabeza desde que vio a Juanjo en el restaurante cenando con sus padres.

Lo último que le había dicho es que estaba intentando mantenerse alejado y que se lo había dejado claro a Juanjo desde el principio, así que empezó a hablar sin parar, porque había pasado mucho desde entonces. Empezó a hablar de sus encuentros esporádicos, de como al principio cuando se lo cruzaba por algún lado luchaba para no acercarse a él para entablar una conversación de horas; pero como cuando coincidían, después no lograba conciliar el sueño recordando cada sílaba que habían emitido sus labios y lo bonita que era su voz, pero también cada noche que había llorado por su culpa. Le contó sobre el día en su casa en la piscina, que había ido solo por Nieves pero que después la compañía de Juanjo había tenido un componente nostálgico del que se había impregnado, de la misma manera que le explicó que era imposible mantenerse alejado cuando se había ofrecido a ayudarle con la posada el día que más lo necesitaba. Le habló del día de la playa y de su vuelta al pasado por unas horas, de cómo deseó con todas sus fuerzas que nunca hubiera pasado nada que los separara mientras el agua salada mojaba sus pies. Habló buscando el perfecto equilibrio entre conseguir que le entendiera y guardarse los detalles más íntimos para él, como había hecho hace años, dejando que Juanjo en parte volviera a convertirse en su pequeño secreto. Habló sin parar, dejando que las palabras salieran incluso antes de pensarlas, hasta que sintió una lágrima cayendo seguida de otra por no ser ni él mismo capaz de entender sus sentimientos. O por miedo a entenderlos demasiado bien.

Chiara limpió sus lágrimas, le abrazó con todas sus fuerzas, dejó que Martin sintiera que era un espacio seguro en el que poder desahogarse, aunque esa mañana no lo hubiera parecido. Sabía cuando su amigo le necesitaba de verdad.

—¿Podríamos decir que sois amigos otra vez? —preguntó Kiki, tratando de entender ella misma la situación de Martin con Juanjo, solo así podría darle su opinión correctamente.

—No lo sé —se encogió de hombros—. Desde que llegó he pasado tanto tiempo no queriendo volver a caer que se me hace raro pensar que podríamos serlo. Realmente no hacemos planes ni nada de eso.

14 Veranos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora