¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
|𝐒𝐔 𝐂𝐔𝐄𝐑𝐏𝐎 𝐓𝐄𝐌𝐁𝐋𝐀𝐁𝐀 y su corazón palpitaba rápidamente, sentía que las paredes de su habitación se iban cerrando poco a poco, estaba muy asustada y el sudor comenzó a caer por su frente.
Su herida ardía y sentía que en cualquier momento su mejilla se iba a desprender de su rostro aunque fuera prácticamente imposible. Amelia se intento liberar de la soga pero solo se hacia daño cada vez más, sus muñecas estaban rojas por todo el esfuerzo y su boca dolía debido a la mordaza que llevaba.
Sentía que en algún momento iba a desmayarse por todo el estrés, su cabeza daba vueltas y ella seguía intentando escapar, hasta que la puerta del camarote se abrió dejando ver la figura de un hombre.
Amelia no pudo observar bien de quien se trataba, pues su vista estaba nublada debido al sudor que se hacía presente en ella.
-Que hermoso es el universo, ¿no lo crees? -esa voz, Amelia no sabía si emocionarse o asustarse.
Harry se acercó a ella y se agachó a su altura, este la miró a los ojos, aquellos ojos que lo hiptonizaron alguna vez y lo dejaron completamente enamorado.
-Pero mira quien tenemos aquí, Amer -río el pirata pero se detuvo como recordando algo- oh, lo olvidaba, ese no es tu verdadero nombre, ¿cierto Amelia? -este sonrió al ver el rostro de la chica horrorizado.
Sally, quien estaba detrás de Harry, solo veía como este se burlaba de quien alguna vez ella nombro amiga, Hook al parecer recordó que ella estaba detrás de el y se giro a verla.
-Déjanos solos -ordenó este, Sally lo penso algunos segundos pero no tuvo más remedio que hacer caso, esta se retiró y Harry cerró la puerta con seguro.
Amelia estaba aterrorizada, ¿Porqué no me libera? , pensó ella.
-No sabes cuanto he esperado este día princesita.
Harry paso su garfio por el rostro de ella, y notó que tenía una herida en la mejilla, Hook acercó su garfio a esta y el frío metal hizo que la herida de la princesa arderá aún más, Harry notó esto y sonrió burlonamente.
-Lizzy si que te traía coraje -el pirata río y relamio sus labios.
La chica traía los ojos cristalizados, quería llorar, no porque estuviera secuestrada, si no porque el hombre que tanto ama, se estaba burlando de ella.
-Amelia, Amelia, Amelia -repitió su nombre con cansancio-
La nombrada soltó un quejido ya que la mordaza estaba muy apretada, el pirata frunció la boca, no iba a ayudarla, ¿o si?
Giro los ojos con fastidio y le quito la mordaza, la princesa soltó un suspiro de alivio e hizo una mueca de dolor, tenía roja la cara.
