—¿Que estás haciendo aquí?—pregunté de forma sorprendido al tenerla en la puerta de mi casa tan temprano y sostenía la puerta.—
—Pareces que te has molestado...—
—No, claro que no.—dije rápidamente mientras la señalaba por segundos.— Es que no me has avisado.—
—Quería que fuera una sorpresa.—
Ella se mordía el labio mientras sonreía con dulzura y estaba cruzada de brazos como si estuviera esperando una reacción mía.
—Entra, entra.—
Katrina asintió con intención de coger sus dos maletas pero la detenía por qué me adelanté y ella me miró por segundos.
La dejé paso para que entrará primero y luego entraba yo tomando sus maletas hasta adentrarnos a la casa nuevamente.
Ella miraba su alrededor sintiéndose intimidada por lo grande que es mi casa y se me quedaba mirándome con inseguridad.
—Yo lo he estado pensando y... me vengo a vivir contigo.—
Mis manos temblaron un poco por los nervios y por la felicidad que me provocó pero decidí mostrarme con frialdad mientras la miraba.
—¿De verdad? ¿Quieres vivir conmigo?—
Ella asintió aunque con una postura cabizbaja y se cruzaba de brazos lentamente.
—Bien.—dije sonando neutral mientras le señalaba el pasillo.— Tengo tres habitaciones en la casa incluyendo la mía y dos cuarto de baños, puedes usar el que quieras.—
Katrina permanecía en silencio aunque seguía asintiendo y con su ceño fruncido.
—Yo ahora tengo que irme.—dije pero volvía a coger sus maletas con fuerzas.— Pero antes llevaré tú equipaje a mi habitación.—
Yo decidí ir a paso rápido para llevar sus maletas hasta mi cuarto y cuando llegué, dejaba el equipaje encima de la cama de matrimonio.
Me daba la vuelta dándome cuenta que Katrina había llegado a la habitación y se quedó mirando con asombro su alrededor.
Pero no parecía estar encantada con la casa, más bien, parecía sentirse fuera de lugar.
—¿A donde tienes que ir?—preguntó.—
—Me voy a rodar un documental.—
—¿A rodar? ¿Vas a salir en un programa?—
—Si, así es.—respondí.— Luego te cuento mejor, ahora tengo que irme rápido o mi entrenador me matará.—dije con diversión para romper la tensión y me acercaba a ella.—
Me colocaba frente suya, sosteniendo de su rostro y ella me miraba a mis ojos con una mirada decaída.
—Me alegro que hayas decidido venir a vivir conmigo.—
—A mi también.—
Yo sonreía de lado, contento, por su respuesta y decidí besarla sin previo aviso.
Ella me seguía el beso cerrando sus ojos y parecía sentirse más tranquila al besarla.
Nos seguíamos besando despacio y pasaba mis manos por su cuerpo hasta llegar a su gordo trasero y lo apretaba.
Katrina me rodeaba el cuello con delicadeza mientras nuestros besos iban en aumento pero decidí detenerme y me reía de mi mismo al desquitarme de sus labios.
Ahora mismo quería hacer el amor con ella, pero no podía o llegaría tarde.
Yo lamía mi labio inferior mientras me seguía riendo aunque sin quitarle la mirada.
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ROMEO
RomanceUn boxeador norte americano llamado Romeo, se dedica al boxeo desde un tiempo atrás y lleva defendiendo el título durante tres años pero en su último años en su profesión ha tenido altibajos por los recuerdos del pasado, y principalmente por su fami...