Capítulo 23

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Desconozco la sensación de dormirse junto abrazado a la persona que quieres hasta ahora.

Nunca antes he dormido con una mujer que realmente estuviera enamorado.

He compartido cama con miles de mujeres pero luego acaba yéndome por qué ninguna me interesaba tanto... como Katrina.

Incluso me desvelé en mitad de la noche por inercia y tenía su cuerpo agarrado al mío mientras que ella dormía como un bebé.

Katrina parecía sentirse segura entre mis brazos y yo me sentía protegido por ella.

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Desperté en la mañana aunque ni siquiera sabía que hora es y lo primero en darme cuenta es que la cama estaba vacía.

¿Donde estaría Katrina?

Me levantaba de la cama encontrándome completamente desnudo y cogía mis bóxer que estaba en el suelo para tapar mi miembro.

Iré en su busca a ver donde puede estar.

Andaba por la casa mientras pasaba mi mano por mi cabello rubio y soltaba un bostezo largo de cansancio.

Un olor muy agradable se aproximaba a mi nariz hasta que llegaba a la cocina.

Katrina parecía estar preparando el desayuno y estaba completamente vestida.

Ella desvió su mirada hacia a mi y sonrió con emoción al verme.

—Buenos días.—

—Buenos días.—le respondí seriamente mientras seguía alborotando mi cabello y me acercaba a ella.—

Tengo que admitir que suelo tener malhumor al despertarme, conscientemente, aún no estoy en mis cinco sentidos.

—Los waffles estan ya mismo preparados y también hice café, un poco de jugo de naranja..—

Me quedé mirando a la mesa que estaba la cafetera puesta, una jarra de jugo de naranja, y un bol pequeño de fresas junto nata montada.

Katrina estaba sirviendo varios waffles en un plato y los dejaba rápido en la mesa mientras sacudía sus manos.

—Ay, quema un poco.—

Ella se dirigía hacia al fregadero y abría el grifo para echarse agua fría en las manos.

Yo desvíe mi mirada a su cuerpo hasta bajarlo mis ojos a su trasero gordo como sus jeans vaqueros le apretaba y me lamía el inferior.

Mi amiguito el de abajo se estaba despertando más antes que yo mismo.

Decidí dar unos pasos lentos hasta colocarme detrás de ella y la abrazaba por detrás con delicadeza.

Katrina se dejó hacer aunque se estremecía y mantenía una adorable sonrisa.

—¿Llevas mucho tiempo preparando el desayuno?—pregunté mientras mi brazo rodeaba su cuerpo sin apretar.—

—Un poco pero no me importa.—

Katrina cerro el grifo repentinamente y se volvía a sacudir sus manos para secarse.

—¿Pero tienes mucha hambre?—

—Pues si, ayer no cené nada.—

A mí me provocó una sonrisa pícara por qué sabía perfectamente el motivo y retiraba su cabello hacia un lado, dándole besos por su nuca.

Katrina repentinamente sentía escalofríos por mis besos y me acariciaba mi mano con su brazo.

—Romeo..—

ROMEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora