Mark no había sido el mismo desde aquella noche del 16 de febrero de 2032. Los recuerdos eran una herida abierta que, con el tiempo, parecía infectarse más. Su padre, Jonathan, siendo llevado a la fuerza por los agentes de seguridad de Hydronova, su familia rota, su mundo desmoronado. Aquel maletín, guardado la caja fuerte del sótano, seguía intacto, como una caja de Pandora esperando ser abierta.
Los días pasaban, y la vida continuaba. Pero la mente de Mark estaba atrapada en ese maletín, en esa llave que su padre le dejó. Sabía que algún día tendría que enfrentarse a su contenido. Sabía que dentro había algo que podría darle respuestas, pero también estaba el miedo. El miedo a descubrir algo que cambiara para siempre lo poco que aún quedaba de su vida.
Durante semanas, Mark se hundió en una rutina de silencio y aislamiento. Amelia, su madre, no hablaba del tema, como si no mencionar lo sucedido pudiera borrar la noche en que los agentes de Hydronova se llevaron a Jonathan. Ambos evitaban la sala, el lugar donde sus vidas cambiaron para siempre.
La ausencia de su padre dejó un vacío enorme, pero más grande aún era la sombra de lo que escondía. ¿Por qué Jonathan actuaba tan extraño esa noche? ¿Qué era tan importante en ese maletín que lo había llevado a romper los términos de su contrato?
8 de Junio de 2032
Mientras se encontraba solo en la casa, Mark decidió que era el momento. Amelia, su madre, no estaba en casa, pero él sabía que no habría ningún problema si lo hacía. Después de todo, ella también sentía la necesidad de saber la verdad.Tomó la llave que había guardado celosamente y bajó al sótano. La caja fuerte era pequeña, apenas visible tras una pared falsa que su padre había instalado hace años. La cerradura oxidada cedió sin esfuerzo ante la llave. Y ahí estaba, el maletín. Jonathan lo había protegido como si su vida dependiera de ello.
Mark lo llevó hasta la sala de estar, el mismo lugar donde su familia había llorado la partida de su padre. Con manos temblorosas, lo abrió.
Lo primero que vio fue una pequeña muestra de un elemento extraño, parecia Velyrium. Bajo la muestra, había una pila de documentos, informes llenos de teorías y experimentos. Mark no estaba preparado para lo que estaba a punto de descubrir.
Empezó a leer los documentos, su mente absorbida por los intrincados detalles. El Velyrium no era solo un material poderoso, capaz de purificar agua como pensaba el público. Su padre encontró un uso potencial radicaba en su capacidad para alterar el tiempo. Su padre había estado trabajando en una máquina del tiempo.
Cada página revelaba más sobre los experimentos y entre ellos destacaba el Proyecto Umbral. Hydronova no solo quería explotar el Velyrium; querían crear criaturas conocidas como Umbras, diseñadas para ser armas biológicas. Eran criaturas concebidas para el mercado negro, fáciles de domesticar y controlar, pensadas para las guerras y para demostrar los niveles de poder en la sociedad. Jonathan había sido forzado a trabajar en este proyecto, pero lo que realmente temía era el futuro que ese poder descontrolado traería.
Entre las páginas, Mark encontró una nota escrita a mano por su padre:
"Si no detenemos esto, el Proyecto Umbral será el fin de todo. No lo permitiré."
Mark sintió un nudo en la garganta. Su padre no solo había trabajado para Hydronova; había sido un hombre atrapado, obligado a seguir órdenes. Pero en secreto, había diseñado una máquina del tiempo para prevenir el desastre que el Proyecto Umbral desataría. Sabía que si ese proyecto seguía adelante, la humanidad no tendría futuro.
Jonathan no había sido un traidor a la empresa, como los agentes de Hydronova les hicieron creer. En realidad, había estado tratando de salvar al mundo, pero había sido silenciado para no interferir con los verdaderos planes de la compañia.
Mark cerró el maletín, sintiendo el peso de la verdad caer sobre él. Su padre había confiado en él, había dejado todo en sus manos. Ahora, con el conocimiento que poseía, sabía que no podía quedarse de brazos cruzados.
En ese momento, Amelia entró en la casa. Al ver a Mark con el maletín y los papeles esparcidos por la mesa, se quedó quieta. No dijo nada al principio, pero luego caminó lentamente hacia él y se sentó a su lado.
—Lo has visto, ¿verdad? —dijo en voz baja, como si ya supiera lo que Mark había descubierto.
—Papá sabía todo esto... Estaba intentando detenerlos, mamá. —Mark apenas podía articular las palabras—. El Proyecto Umbral va a destruir todo si no hacemos algo. Y papá... Él lo sabía.
Amelia respiró hondo, con los ojos llenos de tristeza y resignación.
—Siempre supe que tu padre guardaba secretos. Pero nunca imaginé que sería algo tan grande. —Sus ojos se posaron en el maletín—. ¿Qué vas a hacer ahora?
Mark no respondió de inmediato. Su mente seguía procesando la magnitud de lo que había leído.
—No lo sé... pero no puedo dejar esto así. Papá no se sacrificó por nada. —Mark cerró el maletín de golpe y lo miró fijamente—. Si él creyó que podía detener el Proyecto Umbral, entonces yo también puedo hacerlo.
Amelia lo miró con una mezcla de preocupación y orgullo.
—Tu padre siempre confió en ti. Y yo también.
Mark asintió, consciente de que el camino que tenía por delante no sería fácil. Pero ahora tenía algo que su padre no tuvo: tiempo y la voluntad de deshacer el daño.
Mientras la noche comenzaba a caer, Mark miró el maletín una última vez antes de guardarlo. Sabía que no podía permitirse vacilar. Tenía la llave, las respuestas y, sobre todo, el legado de su padre en sus manos.
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UMBRAS
Ciencia FicciónHistoria de supervivencia y desesperación en un mundo apocalíptico donde las criaturas conocidas como Umbras cazan en la oscuridad. Los últimos sobrevivientes, Mark, Emma, Alex y David, han resistido el colapso de la civilización refugiándose en una...