23 de septiembre del 2033
Caída la noche El equipo de Mark estaba en el laboratorio, tomando un breve respiro después de horas de trabajo intenso antes de retirarse. El lugar, a menudo vibrante con el zumbido de equipos y el murmullo de la actividad, estaba ahora sumido en una atmósfera de relajación relativa. Las mesas estaban cubiertas con equipo y muestras, y las sillas eran el único refugio que ofrecía comodidad en medio del mar de aparatos científicos. Mark, Emma, Alex y David se habían reunido en una esquina del laboratorio, compartiendo un momento de tranquilidad mientras tomaban un café.
—Es increíble cómo las cosas han cambiado desde la universidad —dijo Emma, sonriendo mientras miraba a sus compañeros—. Recuerdo cuando pensábamos que simplemente se trataría de resolver problemas académicos.
Alex, con una taza en la mano, asintió.
—Sí, nunca imaginamos que estaríamos tan involucrados en algo tan crítico. Pero me alegra que estemos haciendo esto juntos. Nos hemos convertido en un gran equipo.
David, que estaba revisando unos documentos, levantó la vista.
—Es verdad. A pesar de todo, hemos manejado bien la presión. Solo espero que podamos seguir así.
La conversación fue interrumpida por la llegada de un agente de seguridad de Hydronova. El hombre, con un porte formal y una expresión seria, se acercó al grupo. Sus pasos resonaban en el suelo de concreto, y su presencia impuso un silencio inmediato.
—Disculpen la interrupción —dijo el agente con voz grave—. El presidente Aaron Payne los solicita en su oficina de inmediato.
Mark frunció el ceño, intercambiando miradas preocupadas con sus compañeros. El tono del agente y la urgencia en su mensaje eran indicios de que la situación debía ser grave.
—¿Qué sucede? —preguntó Mark, tratando de mantener la calma.
—No tengo detalles sobre el motivo de la convocatoria —respondió el agente—. Solo que el señor Payne quiere discutir algo importante con ustedes. Los espera ahora.
El equipo se levantó rápidamente, dejando sus descansos a un lado. El ambiente tranquilo del laboratorio se desvaneció, reemplazado por un sentimiento de anticipación y nerviosismo. Caminando hacia el ascensor, las conversaciones se centraron en especulaciones sobre la reunión.
—¿Creen que pueda estar relacionado con la crisis de producción? —preguntó Emma.
—Es probable —respondió David—. Aaron Payne no suele convocar reuniones sin un motivo sólido. Lo mejor será que estemos preparados para cualquier cosa.
Mark asintió, sabiendo que la reunión con el presidente de la compañía podría significar grandes cambios o nuevas responsabilidades. Mientras el grupo llegaba a la oficina de Aaron Payne, la tensión era palpable, y cada uno de ellos se preguntaba qué esperar de la conversación que estaban a punto de tener.
Aaron Payne se encontraba de pie junto a una gran ventana, mirando la ciudad con una expresión pensativa. La silueta de su figura alta y robusta se recortaba contra el gris opaco del cielo, proyectando una sombra inquietante en la sala. Aunque parecía calmado, la energía que irradiaba era fría y calculadora, como un depredador que evalúa su presa antes de atacar. El equipo de Mark entró en la oficina, y de inmediato, la atmósfera se volvió sofocante. La luz que entraba desde la ventana se inclinaba en ángulos extraños, resaltando la severidad de los rasgos de Payne, quien se mantuvo en silencio por largos segundos, dejando que el peso de su presencia aplastara al grupo.
—Gracias por venir —dijo finalmente, sin girarse para mirarlos—. La situación en la compañía se ha vuelto crítica, y necesito asegurarme de que todos ustedes estén alineados con los objetivos que tenemos por delante.
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UMBRAS
Science FictionHistoria de supervivencia y desesperación en un mundo apocalíptico donde las criaturas conocidas como Umbras cazan en la oscuridad. Los últimos sobrevivientes, Mark, Emma, Alex y David, han resistido el colapso de la civilización refugiándose en una...