ALEXA -- 62

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No podía creer los que esas locas eran capaces de hacer y lo astutas, cuando mis hombres me venían comentando que cada ves eran peores sus locuras o berrinches lo entendía en parte, incluso hacer huelga de hambre, pero jamás me espere que están débiles y todo lograran hacer un plan de escape.

Luego de la reunión en la empresa nos llamo el que ahora se hizo cargo del bar del gordo, realmente no nos hemos comunicado con él desde que decidimos salir de la búsqueda de las chicas, aunque en su momento el gordo no lo entendía no molesto mas desde entonces, pero nosotras si sabíamos de sus movimientos o al menos algunos de ello.

Pero lo que si hasta ahora nos hicimos las desentendidas de que había muerto el gordo, según sabíamos el no diría nada hasta que él estuviera seguro de tener bien escondido su cuerpo, aparentaba que ya tenía todo organizado.

** Que piensan que dirá el hombre para convencernos -- era verdad, aunque sabíamos que era según el gordo un bueno para nada, realmente ciento que tiene un buen potencial para manejar el negocio—

** No se pero yo no aceptare hacer negocios con él, aunque no sabemos si él seguirá con lo que el gordo dejo establecido o no – Carla tenia un buen punto, aunque a el ahora no les serbia de nada las chicas, seguramente lo haría por honor a su jefe—

** estoy con Carla no pienso aceptar ningún trato con él, pero es obvio que no lo rechazaremos al instante, diremos que lo pensaremos hasta sacar información cual es su plan—

** tienes razón, pero por suerte ya nos adelantamos a los hechos y cambiamos las identidades de las chicas –en eso Erica tenía razón, aunque no lo habíamos hechos con esa intención, creo que ahora era lo mejor—

Las horas pasaron bastante rápido, y tal como lo imaginamos quería que siguiéramos siendo sus vendedoras y tal como lo planeamos dijimos que lo pensariamos, ya que hacer negocios con el gordo era otra cosa de hacerlo con el.

Pero lo que jamás nos imaginamos era que nos llamaran de urgencia de la cabaña, resulta que las locas tenían secuestrado al guardia que les llevo la comida, no saben cómo trabaron la puerta con el hombre adentro y amenazando que si no las dejaban escapar matarían lo matarian, es obvio que no querían eso, pero sabían la orden que ellas de ahí no salían.

Como pudimos salimos con prisa, realmente no queremos que el guardia muera por dos sicópatas, ni que los otros guardias reaccionen y las maten a ellas, realmente quiero que paguen todo lo que sufrió Anabela... al llegar ya se escuchaba el grito de las clocas reclamando salir.

** Bien digan que sucede y como es que se llego a esto?? – cosa que algo estábamos sospechando ya que si es así realmente son unos idiotas—

** Lo sentimos señorita Carla, nos confiamos en algo y resulto salir mal – grandísimos idiotas—

** Bien ya dejen de dar vueltas y digan lo que sucedió – me estaba irritando todo esto—

** no comprendimos bien como paso, fue todo tan rápido, la cosa que como venia pasando estaban rancias a comer, ya cansados nos dimos rápido por vencidos, pero al salir escuchamos a la madre gritar que algo le pasaba a su hija entramos y la vimos en el suelo, supusimos que era uno de esos tantos desmayos por no comer, cuando el guardia entro ella comenzó a retorcerse nos asustamos, la madre gritaba que estaba convulsionando, yo salí afuera para llamarlas y él se encargaba de atenderla, pero para eso la tuvo que desatar, no sé cómo fue como paso pero fui empujado hacia afuera y la puerta fue cerrada y desde ahí solo escuche los gritos de ellas diciendo que si no las dejabas huir tranquilas que matarían al guardia y a todos los que estaban afuera –malditos idiotas, no podía creer lo que sucedía—

** Bien que haremos, no queremos que el guardia muera pero tampoco quiero que esas estúpidas escapen –bien se notaba que hasta Érica quería que pagaran mas—

Todo por un errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora