Anabella -- 59

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No podía creer lo que les había pedido a las chicas, los nervios me calcomian, aunque a ellas se le hacía divertido para mí era algo jugado.

Cuando Alexa y las chicas se fue a hablar con la de seguridad, yo les conté mí plan a mis amigas, luego ellas les contaría a las demás, la fiesta la verdad se estaba poniendo linda, al fin sentíamos un alivio y un aroma a libertad, la muerte de ese hombre al fin ya había pasado, ahora era tiempo de rehacer nuestras vidas.

Cuando Alexa comenzó con los mareos sabía que era tiempo, sus hermanas la llevaron al cuarto y la prepararon, yo trataba de poner más valor para hacer eso.

** Vamos demuestra quien manda -- me desia Megan, claro ya que ella era la más pervertida de todas--

** Tranqui verás que la pasaran bien, pero si ves que no te animas solo cancela todo -- Ruth siempre estaba entre la perversión y lo desente, dios las amaba demasiado--

** No, lo haré, devo castigarla -- bueno aunque no sabía si sería castigo o premio--

** Bien chicas dejemos que ellas hagan lo suyo, nosotras a seguir festejando -- dijo la señorita Carla tomando a Martín es sus brazos-- suerte -- me dice levantando su dedo gordo, dios solo espero hacerlo bien --

Cuando ya no las note más entre a la habitación, ahí la vi atada de manos y pies total mente desnuda, notaba su cuerpo relajado y brillosa, dios como deseaba a esa mujer que estaba apunto ya de explotar.

En la mesita cerca de la cama ya estaba lo que había pedido y otras cositas más, era momento de cambiarme antes que despertara y por los movimientos no tardaría.

Al estar lista con una lencería casi nada en color negro salgo del cuarto y ya escuché su vos.

** ¿Que demonios sucede y porque estoy atada? -- note su vos de enojo e irritada -- ya sueltenmen maniáticas -- grito desesperada--

** No sé la soltara señorita Alexa -- entre ya en mí papel, hoy sería una dominante castigando a su sumisa--

Dios cuando sus ojos se posaron en mí al instante cambiaron, dios note su lujuria, pero no sé lo dejaría fácil.

** Maldición bebé, demonios te ves preciosa -- desis con jadeos -- ¿pero que hago atada y desnuda?.

** Usted se ha portado mal, señorita Alexa-- digo algo firme y me voy acercando a la mesita-- no solo eso, sino que también has ofendió nuestra integridad -- si aún seguía molesta por lo que hizo, eso era la razón de todo esto--

** Amor no entiendo porque todo esto, ya sueltame si y juguemos entre nosotras -- sabía cómo quería jugar, pero está ves yo mandaría --

** No no, usted será castigada por haber querido rechazar a Martín -- aunque no lo creía, tenía que poner una escusa de su castigo--

Tome unos de los látigos que ella siempre usaba en mí y comencé a pasarlo por su cuerpo, note como se erizaba por el frío de la goma y sin esperarlo le di su primer golpe en sus pechos, dios grito ya excitada que mí sangre comenzaba a hervir.

** Usted es una señorita muy mala, como puede rechazar a un bebé tan hermosa -- dios me costaba ser mala pero a la ves sentía satisfacción --

** Pero de qué hablas, yo jamás ..... O por dios -- gimió cuando le di otro golpe en uno de sus pechos, eso la estaba excitando al igual que a mi-- amor por dios.

** No te di orden a que hables, solo responderás cuando lo ordene ¿entendido? -- estaba por decir algo diferente pero le di otro golpe más, hasta que dijo entendido--

Comienzo a recorrer el látigo por todo su cuerpo tal cual lo hacia ella con migo, notaba su respiración entre costada, dios eso mismo sentía yo cuando me lo hacia, no podía creer lo excitante que es esto, cuando llego a sus muslos doy unos golpes más, eran suave pero ella genia de placer.

Todo por un errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora