Seguíamos tomando, el ambiente seguía lleno de risas y bromas. De repente, West apareció en la sala con una caja enorme de cervezas y un tipo bajito, medio enano, que las traía con esfuerzo. El enano nos miraba con una mezcla de burla y cansancio, como si esto fuera algo que hacía cada fin de semana. West señaló a Pelicanger y a mí, con una sonrisa maliciosa en el rostro.
—El primero que se tome las seis cervezas gana —anunció, y todos los demás estallaron en vítores y gritos.
—¿Y qué gano? —pregunté, levantando una ceja mientras veía la cantidad de alcohol que me esperaba.
—Si ganas, te compro tu carrito de Shein —dijo Anastacia, aplaudiendo como si aquello fuera lo mejor del mundo.
—Pero si pierdes, haces un stream —agregó Pelicanger, con esa mirada retadora que siempre tenía.
—¡Qué hp tema con que me haga streamer! —bufé, ya resignada.
Me preparé mentalmente. El ambiente estaba encendido, y sabía que no podía perder sin dar una buena pelea. Nos sentamos, con las seis cervezas alineadas frente a nosotros, y todos los demás formaron un círculo a nuestro alrededor.
—¡Fondo, fondo, fondo! —gritaban Lucho, Carrascal, Mojica, West, Mr Stiven, Daniel, Anastacia, James y Richard al unísono, animando la competencia como si fuera un partido de la final.
A medida que tomábamos, la gente se volvía más loca. Yo iba ganando, tomando rápido pero con cuidado de no atragantarme. Pelicanger me miraba de reojo, claramente notando que lo estaba dejando atrás.
—¡Vas bien, Yuli! —gritó Anastacia, emocionada, mientras yo levantaba mi quinta cerveza, ya sintiendo la presión.
El grupo seguía coreando "fondo, fondo", y justo cuando me disponía a levantar la última cerveza, Pelicanger, con una agilidad que no esperaba, me adelantó.
—¡Eso fue trampa! —exclamé entre risas, claramente molesta, pero también divertida.
—¡Nada, NADA! —gritó él, levantando los brazos en señal de victoria mientras todos aplaudían y reían a carcajadas.
—Voy a vomitar —dije, mientras me levantaba tambaleando, sintiendo cómo el alcohol ya me hacía efecto.
Caminé lo más rápido que pude hacia el baño, aunque con todo el ruido y las risas a mi alrededor, no fue fácil mantener el equilibrio. Una vez allí, cerré la puerta detrás de mí y me incliné sobre el lavamanos. No vomité, pero las náuseas eran intensas. Me eché agua en la cara, tratando de despejarme, y cuando miré la hora en mi celular, vi que ya eran las 4:38 am.
Respiré profundo, tratando de calmarme. Fue en ese momento cuando escuché la puerta del baño abrirse ligeramente y vi el reflejo de Richard en el espejo, mirándome con curiosidad.
—¿Qué haces aquí? —pregunté, tratando de sonar casual, pero no pude evitar sentir un pequeño nerviosismo.
—¿Qué te importa? —respondió con una sonrisa traviesa, apoyándose en el marco de la puerta.
Le rodé los ojos, pero no pude evitar reírme también. Había algo en su actitud despreocupada que me relajaba, aunque al mismo tiempo me ponía los nervios de punta.
—Pues vine al baño, ¿o qué crees? —dijo él, haciéndose el inocente mientras cruzaba los brazos—. Tú eres como rarita, ¿sabes?
Solté una risa, y le di paso para que entrara al baño.
—Rarita, pero no tanto como tú —respondí, mientras pasaba a su lado para salir.
Antes de que me fuera, él me agarró suavemente del brazo. No era nada invasivo, pero la acción me dejó congelada por un segundo.
—Oye, ¿estás bien? Te vi en la competencia y pensé que ibas a ganar —me dijo, ahora con una expresión más seria.
—Sí, estoy bien. Solo que... bueno, el alcohol y yo no siempre nos llevamos bien —respondí, encogiéndome de hombros, tratando de restarle importancia.
Richard sonrió, soltándome el brazo.
—Bueno, al menos lo intentaste. Aunque te perdiste el premio —bromeó, haciendo referencia al carrito de Shein que me habían prometido.
—Bah, quién necesita un carrito de Shein cuando puede tener una buena historia para contar, ¿no? —respondí, devolviéndole la sonrisa.
Nos quedamos en silencio por un segundo, hasta que él rompió el hielo.
—Bueno, pues espero que la próxima vez que nos veamos, no sea en un baño a las 4 de la mañana.
Ambos reímos, y antes de que pudiera decir algo más, escuchamos la voz de West llamando desde la sala.
—¡Ríos! ¡Ven ya! ¡Te toca a ti el siguiente reto!
Richard me miró y se encogió de hombros, divertido.
—Deberías venir también. Es un reto grupal. No te puedes perder esto.
Suspiré, sabiendo que no había forma de escapar de esa fiesta, pero tampoco quería hacerlo. Asentí con la cabeza y lo seguí de vuelta a la sala.
Cuando regresamos, la música seguía a todo volumen, y todos se habían reunido en el centro, formando un círculo nuevamente. Esta vez, el reto consistía en hacer una especie de juego de preguntas y retos. El que fallara, tenía que tomarse un shot de aguardiente.
—¡Yuli, ven! —me llamó Anastacia, haciéndome un gesto para que me uniera.
Me senté al lado de ella, mientras Pelicanger y Mr Stiven comenzaban a hacer las preguntas. Las primeras rondas fueron fáciles, pero luego las preguntas empezaron a volverse más personales.
—A ver, Yuli —dijo Pelicanger, con una sonrisa maliciosa—. ¿Es verdad que te has sentido atraída por alguien en esta sala?
La pregunta me tomó completamente por sorpresa, y mi cara debió haberlo demostrado porque todos empezaron a reír. Richard, sentado al otro lado del círculo, me miraba con curiosidad, esperando mi respuesta.
Tomé un respiro profundo, sintiendo las miradas de todos encima de mí.
—Uhm... bueno, puede que sí —dije, tratando de sonar despreocupada, aunque por dentro estaba muriéndome de la vergüenza.
—¡Eso significa que sí! —gritó Mr Stiven, mientras todos se reían y aplaudían.
—No he dicho nada concreto —respondí, tratando de desviar la atención.
Pero no había escapatoria. Las risas seguían resonando mientras yo intentaba pensar en cualquier cosa que no fuera el hecho de que Richard me estaba mirando desde el otro lado del círculo.
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Que rarita eres... - R.R
FanfictionEn medio de partidos, celos y emociones reprimidas, Richard, un futbolista famoso, se ve atrapado entre la pasión y la confusión que le provoca Yuli, una joven que nunca imaginó desear tanto. Mientras los malentendidos con su mejor amigo James escal...