*Basado en la adaptación cinematográfica de El señor de los anillos y los libros escritos por Tolkien*
*No es necesario leer la primera parte para entender esta*
Elentari luchó en tantas batallas y la última fue tan significativa porque significaba...
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—¡Ay, qué tiempos de desatino! — dijo Legolas—. ¡Todos somos aquí enemigos del único Enemigo, sin embargo, hemos de caminar a ciegas mientras el sol es alegre en los bosques bajo hojas de oro!
—Quizá parezca un destino. En verdad nada revela tan claramente el poder del Señor Oscuro como las dudas que dividen a quienes se le oponen. Sin embargo, hay tan poca fe y verdad en el mundo más allá de Lothlórien, excepto quizá en Rivendel, que no nos atrevemos a tener confianza, exponiéndonos a alguna contingencia. Vivimos ahora como en una isla, rodeados de peligros, nuestras manos están más a menudo sobre los arcos que sobre las arpas. Los ríos nos defendieron mucho tiempo, pero ya no son una protección segura, pues la Sombra se ha arrastrado hacia el norte, todo alrededor de nosotros. Algunos hablan de partir, aunque para eso ya es demasiado tarde. En las montañas del oeste aumenta el mal; las tierras del este son regiones desoladas, donde pululan las criaturas de Sauron; se dice que no podríamos pasar sanos y salvo por Rohan, que las bocas del Río Grande están vigiladas por el Enemigo. Aunque pudiéramos llegar al mar, no encontraríamos allí protección alguna. Se cuenta que los puertos de los Altos Elfos existen todavía, pero están muy al norte y al oeste, más allá de la tierra de los Medianos. Dónde se encuentran realmente en verdad, quizá lo sepan el Señor y la Dama; yo lo ignoro.