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A la mañana siguiente, la Reina fue la primera en despertarse, preparó comida para que tuvieran un último desayuno y para que llevaran durante el viaje

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A la mañana siguiente, la Reina fue la primera en despertarse, preparó comida para que tuvieran un último desayuno y para que llevaran durante el viaje. A punto de llamarlos, vio a su hijo visitando la tumba de su amada amiga Gilraen. Cuánto la extrañaba, sonrió con nostalgia al verlo, así se había puesto su querido Eldar cuando visitó la Montaña Solitaria. El montaraz reparó en la elfa, mas no frenó en su actuar, al contrario, lo hizo con más calma, mayor soltura y sabiéndose gratamente acompañado.

Quería proteger a su hijo... pensó que en Rivendel estaría seguro. Supo que serías perseguido toda tu vida. Que nunca escaparías de tu destino— se acercó a él—. La destreza de los elfos puede forjar la espada de los reyes... pero sólo tú tienes el poder de blandirla.

EldarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora