"¡Becky! Uf, ya levántate. Siempre soy yo la que tiene que despertarte."
Becky, con los ojos entrecerrados, murmuró, "Cinco minutos más, Namo. No dormí mucho anoche, estaba repasando."
Namo bufó, cruzando los brazos sobre su pecho. "Levántate, floja. Estamos en el cielo."
Becky hizo una pausa y abrió un ojo perezosamente, mirándola de reojo. "¿Ah sí? Pues en el cielo creen en el descanso eterno, así que shh."
Namo, perdiendo la paciencia, le dio un leve empujón en el hombro. "Becky, ya en serio, ¡levántate! ¿No te das cuenta de que estás durmiendo en plena calle?"
Becky abrió los ojos de inmediato, incorporándose rápidamente al ver que Namo tenía razón. Estaban tiradas en el suelo de una calle sucia y llena de basura, con un olor penetrante a orina que le hizo arrugar la nariz. Miró alrededor y lo que vio no le gustó nada: las paredes de las casas estaban cubiertas de mugre, había gatos callejeros rondando, y montones de basura apilados en las esquinas.
"¿Qué cielo ni qué cielo?" Becky miró a su hermana con incredulidad. "Esto es un basurero. ¿Por qué me trajiste aquí?"
"Uf, yo no te traje aquí. Fuiste tú. ¿No recuerdas lo que hiciste?" Namo la observaba con una mezcla de reproche y curiosidad.
Becky frunció el ceño, completamente perdida. "¿Qué... qué hice?"
Namo suspiró y señaló el cielo encapotado. "¿No recuerdas la tormenta que se formó anoche? Estoy casi segura de que fue por tu culpa."
De repente, los recuerdos comenzaron a volver a Becky. Se levantó de un salto, con el corazón acelerado. "¿Cómo pude hacer algo así?" exclamó, su voz temblando.
Antes de que Namo pudiera responder, un hombre con ropas andrajosas y una larga barba blanca, que parecía haber vivido en la calle por años, se acercó a ellas. "Ustedes son más lentas que sus antepasados."
Ambas lo miraron fijamente, confundidas. Becky parpadeó varias veces antes de hablar. "¿Saint? ¿Qué haces vestido así?"
El hombre se rascó la barba y negó con la cabeza. "Primero, no soy Saint. Soy su guía histórico. Segundo, esto es el efecto de la época."
Namo y Becky se miraron incrédulas.
"No puedo creer que tenga que explicar algo tan obvio," gruñó el hombre. "¿No ven que no hay tecnología? Las casas son antiguas, están hechas de madera, y la gente está vestida de manera diferente."
En ese momento, las chicas se detuvieron a observar su entorno con más atención. Los detalles encajaban: las calles, las carretas tiradas por caballos, la ropa de las personas que pasaban.
"¿Dónde estamos?" preguntó Namo con voz nerviosa.
"En el pasado. Para ser más precisos, estamos en el pasado Géminis. Aquí descubrirán la verdad que sus padres les han ocultado."
Becky lo miró fijamente, procesando lo que había dicho, y de repente aplaudió con entusiasmo. "¡Sabía que Hogwarts y la magia eran reales! ¡Somos magos, Namo!"
Namo la miró con incredulidad y luego le dio un golpe en la nuca. "Y eso que se supone que eres la inteligente. ¿Cómo vamos a ser magos, Becky?"
"En teoría, lo son," intervino el hombre. "Pero no como los de Harry Potter." Se llevó una mano a la frente con un gesto de exasperación. "Dios mío, dame fuerzas y paciencia para explicarles esto."
Becky y Namo se miraron, confundidas pero intrigadas. Becky fue la primera en reaccionar. "Entonces, ¿somos magos o no?"
"El término correcto es brujas géminis."
"¿Brujas? ¿Como las que tienen verrugas y un caldero?" preguntó Namo, provocando que el hombre entrecerrara los ojos y se alejara de ellas con un gesto ofendido.
"¡Ya, perdón!" Namo corrió tras él. "Explícanos mejor, por favor."
Becky se unió a su hermana, suplicante. "Sí, queremos saber."
El hombre se detuvo y las miró con resignación. "Bueno, de todas maneras teníamos que llegar a este punto. Síganme."
Caminaron por las sucias calles hasta llegar a una pequeña casa de aspecto antiguo. A través de una ventana, podían ver a dos chicas jóvenes, idénticas entre sí, sentadas alrededor de una mesa. Se parecían sorprendentemente a Becky y Namo.
"Ellas son Mae y Prim," explicó el hombre, señalando hacia las gemelas. "Al igual que ustedes, tenían poderes, pero los usaron para su propio beneficio. Las brujas géminis pueden controlar los elementos de la naturaleza, hacer hechizos, crear pociones. Tienen visiones del futuro y pueden ocultar su ubicación de quienes intentan encontrarlas."
De repente, Mae agarró a Prim por los hombros, y su cabeza se echó hacia atrás mientras sus ojos se tonarban blancos, entrando en un trance profundo.
"¿Qué le pasa?" preguntó Becky, asustada.
"Está teniendo una visión de su muerte," respondió Saint con tono grave.
"¡¿Qué?!" gritaron Namo y Becky al unísono.
"Las visiones no son certeras, pero en su mayoría se cumplen. Son advertencias para que las brujas géminis pongan todo en orden para la siguiente generación."
Saint las guió a través de otras casas, mostrando la historia de diferentes gemelos hasta que llegaron a una escena que las dejó impactadas. En una casa, vieron a un joven que se parecía increíblemente a su padre y a una mujer a su lado.
"No puedo creer que papá tenga una hermana y nosotras sin saberlo," comentó Namo con la voz temblorosa.
"La tenía," corrigió Saint. "Susana ya no está entre los vivos."
"¿Qué le pasó?" preguntó Becky, con los ojos muy abiertos.
Saint suspiró y les mostró una serie de imágenes dolorosas que contaban la trágica historia de Susana. "Fue asesinada por William Chankimha," dijo finalmente.
"¿El papá de Freen?" Namo se llevó las manos a la boca, horrorizada.
Saint asintió. "Por eso su padre odia tanto a los Chankimha. Y también es la razón por la que no quiere que estés con Freen."
"El problema no es solo eso," continuó Saint. "Las brujas y los lobos no deben mezclarse. Aunque ahora todo parezca estar bien entre tú y la alfa Chankimha, la naturaleza de las brujas es odiar a los lobos. Es inevitable. Terminarás lastimándola, aunque no quieras."
"¡Eso no es verdad! Susana no lastimó al alfa ni a su hijo."
"Susana fue diferente. Creó un vínculo irrompible con los lobos, pero incluso en el momento de su muerte, su lealtad estaba con ellos, no con su propia familia. ¿Estás preparada para hacer una elección así, Namo?" preguntó Saint, dejando a Namo sumida en sus pensamientos.
De repente, ambas chicas cayeron en un trance. Namo tuvo una visión: un bebé que era arrebatado de los brazos de su familia. Becky, por su parte, se vio corriendo por un bosque, persiguiendo a un lobo que sentía extrañamente familiar.
Cuando las visiones terminaron, regresaron al mundo real. Freen, Manaow, Gyo y los trillizos estaban junto a ellas en el cuarto. Las hermanas se miraron, compartiendo un acuerdo no verbal: no dirían nada de lo que acababan de descubrir.
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Las Gemelas
أدب الهواةDos hermanas gemelas atraídas por la misma persona terminan metidas en medio de una rivalidad que las obligara a elegir entre familia y amor. Versión en inglés en el perfil aotg17 :)